Cuando la estimada Adela Soto nos presentó al Embajador de Portugal, Nuno de Mello Bello, de visita en nuestra ciudad, donde mantuvo una extenuante agenda de trabajo y de visita a familiares de descendientes de portugueses, inmediatamente se mostró afable y dispuesto a hacer la entrevista. Su secretaria se preocupó entonces en qué idioma íbamos a conversar, «en portuñol, nos vamos a entender en portuñol», le contestó con una sonrisa.
Buscamos un lugar en la remozada Capilla de la Virgen de Fátima, donde nos encontramos para un diálogo que debió ser breve pero muy rico en información, porque los feligreses esperaban para iniciar la procesión por el barrio.

Está casado, tiene tres hijos. Es del signo de Tauro (del 14 de mayo). De chiquito ya quería ser diplomático. Es hincha de la selección nacional. «Siempre que un portugués juega en un equipo que es de otro país –como en el caso de Cristiano Ronaldo-, yo hincho por ese cuadro».
¿Una comida? Una buena comida en cualquier lugar. ¿Un libro? Me gusta lo que ha escrito José Saramago. ¿Una película? «Amadeus», de Milos Forman.
¿Un hobby? Cuando puedo, hago deporte en vela. ¿Qué música le gusta escuchar? Toda, música clásica y de los años sesenta y setenta.
¿Qué le gusta de la gente? La franqueza, que es una cualidad que encontré aquí en Uruguay, la simplicidad y la franqueza.
¿Qué no le gusta de la gente? La falta de seriedad, la falsedad, todas esas son cosas que me incomodan.
Un dato no menor, ese día, el sábado pasado, llovió durante toda la jornada, salvo minutos antes de dar comienzo la procesión junto a la Virgen, algo que fue destacado por el cura de la parroquia. Si bien dejó de llover, el barro quedó. Terminada la charla con EL PUEBLO, el embajador tomó un paraguas de su auto, se puso una campera, por las dudas, se mezcló con la gente y acompañó la procesión, sin importarle el barro.
– ¿Esta es su primera visita a Salto?
– Sí, es mi primera visita a Salto. Estoy en Montevideo desde octubre del año pasado.
Esta viene a ser mi primera visita al interior de Uruguay, aunque ya conocí Colonia del Sacramento, que es una visita obligatoria para un embajador portugués. Después estuve el fin de semana de Pascuas en Punta del Este, pero al interior real de Uruguay, es esta la primera visita que hago, y es en Salto.
– ¿Qué lo motivó a venir a Salto?
– Varios motivos, todo comenzó con esta invitación de esta asociación parroquial de Cristo Rey que ya unos meses atrás me invitó para venir acá este fin de semana que se conmemora los cien años de las apariciones de Nuestra Señora de Fátima en Portugal. Me vinieron a presentar un proyecto y me dijeron que sería una buena oportunidad para conocer Salto. Después aproveché esta venida a Salto para tener una reunión en la intendencia, para conocer también una escuela rural aquí cerca de Salto que con el nombre de Portugal se enseña portugués, que es donde estuve ayer (viernes 12 de mayo). Conocí también a unas familias de descendientes de portugueses que están muy ligados aquí a la agricultura, productos cítricos, hortalizas, etcétera.
Estuve con ellos, ya no son portugueses, en realidad son portugueses de segunda, tercera o de cuarta generación.
Algunos son portugueses, tienen pasaportes, otros llevan a Portugal en el corazón. Fue muy interesante hablar con ellos.
También tuve la oportunidad de conocer el Chalet Las Nubes del poeta y escritor Amorín, que también tiene ascendencia portuguesa y donde hay un pequeño centro cultural, donde podremos hacer cosas interesantes, y mantener esta ligazón ya distante de estos ciudadanos uruguayos pero que gustan de vez en cuando, remembrar los orígenes de sus padres y de sus abuelos.
– ¿Cuántos uruguayos descendientes de portugueses hay registrados –con pasaporte y nacionalidad portuguesa- en la Embajada?
– No son muchos. Pienso que ahora hay un mayor interés de tener la nacionalidad portuguesa.
Hay pocos uruguayos inscriptos como portugueses, por tanto, que tienen doble nacionalidad. El gobierno portugués decidió alterar la ley, que está ahora en trámite de ser reglamentada, y en principio los nietos de portugueses, van a poder adquirir la nacionalidad portuguesa, lo que puede llevar a que un número importante de uruguayos puedan adquirir también la nacionalidad portuguesa.
También he podido comprobar, desde que llegué a Uruguay, que muchos descendientes de judíos sefarditas viven en Uruguay, y si consiguen probar que son de familias que estuvieron en Portugal hace cuatrocientos años, con registros de sinagogas, también podrán adquirir la nacionalidad portuguesa.
Por tanto, no sé en términos de números cuántos descendientes de portugueses hay, pero debe haber mucha más sangre portuguesa recorriendo por Uruguay de lo que nosotros pensamos.
– Tener carta de ciudadanía portuguesa, en este caso, es muy importante porque implica tener también carta de ciudadanía europea…
– Exactamente. La ventaja de tener la ciudadanía portuguesa, además de la uruguaya, es poder circular por Europa.
También le agrego que teniendo pasaporte portugués no necesita de una visa para ingresar a los Estados Unidos, en fin, tiene varias ventajas. Como se imaginará, la mayor cantidad de portugueses la encuentra en Brasil, en Río de Janeiro pude ver que hay unos trescientos mil portugueses, es una comunidad muy grande, donde también podemos encontrar a mucha gente que ya perdió la nacionalidad, que es algo que encuentro natural, porque desde el buen sentido de lo que ha pasado, se muestra lo que es una integración plena, la que he podido también apreciar sobre todo en Uruguay, donde es de un cien por ciento. Luego, por varias razones, ven que se puede encontrar alguna ventaja tener el pasaporte de otro país, especialmente un país europeo, porque por ejemplo, sus hijos quieren ir a Europa, ahí encuentran la ventaja de tener pasaporte europeo.
En definitiva, hay unas cuantas motivaciones para tener la nacionalidad portuguesa.
– ¿Cómo está Europa hoy luego de los recientes atentados terroristas que ha sufrido, fundamentalmente en Francia? Le pregunto porque nos hemos enterado que se ha restringido un poco el paso de frontera interno entre los países integrantes de la Unión Europea por cuestiones de seguridad.
– La Unión Europea está pasando por desafíos muy largos, sin duda. Cuestiones internas, como turismo.
Tenemos también que enfrentar el desafío de los refugiados, que por millares llegan a la Unión Europea, y que fundamentalmente los países al sur de la Unión Europea tienen mayores dificultades que los países que están al norte porque no los quieren recibir.
A eso hay que sumar la salida del Reino Unido, lo que fue llamado el Brexit. Además de los desafíos que surgen en este momento después de una crisis económica muy grande en que algunos países europeos, como Portugal y Grecia, pasamos por problemas muy graves, generó un malestar en la población, lo que permitió que algunos partidos políticos más populistas, fomentasen un nuevo discurso que infelizmente atrae a mucha gente en Europa.
Pero lo que pasa en Europa es un proceso histórico, que ya tiene más de cincuenta años, y que ha recorrido por diferentes pasos y niveles, por lo que estoy convencido que a esas dificultades, como la salida del Reino Unido que había dejado un panorama muy complejo para la Unión Europea y para el propio Reino Unido, además de la victoria de un demócrata en Francia y en Holanda -estábamos convencidos que los populistas podían ganar las elecciones-, espero, y es el objetivo de Europa, que a partir de estos problemas y de estas crisis que están pasando, y que no pueden ser resueltas por un país sino que deben ser resueltas por el conjunto de los países europeos, Europa se vuelva a levantar y tener una moneda fuerte, donde los países tengan una armonía en sus políticas fiscales, etcétera, etcétera; y por tanto, como desafío Europa no puede tener este año igual al año pasado.
Pienso que los europeos van a preferir que a través de estos desafíos, la respuesta a los mismos deba ser común de la Unión Europea como tal.
– ¿Cómo están las relaciones entre Portugal y Uruguay? La pregunta apunta fundamentalmente a los aspectos comerciales de la relación bilateral entre ambos países.
– Las relaciones comerciales entre Portugal y Uruguay no son muy fuertes, esa es una responsabilidad mía de resolver. Eso sí, tenemos relaciones políticas muy buenas y cercanas. Participamos de todo diálogo político y de sus principios.
Entiendo que es curioso saber que Uruguay y Portugal tienen desafíos muy cercanos, somos países que no dependemos solo de nosotros mismos, también dependemos de factores endógenos, de afuera. Somos países con una población que ha envejecido y con problemas muy similares, lo que termina siendo también un factor de aproximación.
En lo que tiene que ver con el plano económico, vamos a intentar ver si empresas portuguesas se interesan por el mercado uruguayo, porque entendemos que su mercado es también una puerta de entrada para un gran mercado como sin duda es el MERCOSUR, y en particular, todo el sur de Brasil y Argentina.