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jueves, 10 de abril de 2025
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Florencio Sánchez y sus 110 años

Diario EL PUEBLO digital
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Para homenajear a Florencio Sánchez, de cuyo nacimiento se cumplieron ayer 110 años (Montevideo, 17 de enero de 1875 – Milán, Italia, 7 de noviembre de 1910), hemos seleccionado hoy algunos párrafos, con muy certeros conceptos, escritos por el Prof. José Luis Guarino y publicados en EL PUEBLO hace algunos años:

«Es probable, que Florencio Sánchez fuera en camino de convertirse en un gran dramaturgo. Pero el destino le jugó en contra. Murió a los 35 años a poco de llegar a un continente europeo donde pensaba hacerse conocer, y donde seguramente hubiera encontrado muchos elementos provechosos para la maduración de su genio de escritor. No le fue posible. Pero esto no cuenta en el momento de valorar lo que produjo. Cuenta la obra efectivamente escrita. Un legado en cantidad y calidad que, pese a todo, lo torna un autor insoslayable en la literatura dramática de Hispanoamérica. Mirando la totalidad de la obra sancheana, se puede intentar una clasificación de sus piezas teatrales, aunque ellas no respondan a un orden cronológico exacto. Existe un grupo de títulos que están relacionados con el criollo, el hombre de campo, con su conservadurismo, su machismo, su ignorancia, su pasión, y los inevitables choques generacionales. «M’hijo el dotor» (1902), «Cédulas de San Juan » y «La gringa» (1904), «Barranca abajo» (1905).
Un segundo grupo tiene por escenario el suburbio, arrabalero y compadrito, y por personajes los pobres y también los burgueses en decadencia: «Canillita» y «La pobre gente» (1904), «En familia» (1905) «Los muertos»(1905), «Mano santa»(1905), «El desalojo» (1906), «La Tigra» (1907), «Moneda falsa» (1907) «Marta Gruni» (1908), «Un buen negocio» (1909). Un tercer grupo tiene por centro la problemática de los burgueses: una clase de cierto nivel cultural, de tendencia liberal, progresista, que trata de imponer un nuevo estilo de vida: «El pasado» (1906), «Los derechos de la salud» (1907) «Nuestros hijos» (1908).
Estas categorías no son excluyentes, pues un mismo título puede ubicarse en más de un estamento. Hay, además, otras maneras de clasificar, la que atiende a las obras de entorno rural y la ubicada en contexto urbano, por ejemplo. Como se ve una producción incesante en pocos años. Este apresuramiento, obligado a veces por sus problemas económicos, le impidió un nivel de mayor calidad. Peca a veces en su técnica por un excesivo esquematismo y apresuramiento en el desarrollo de las escenas, la ausencia en muchas de ellas de acción dramática, poca definición sicológica de personajes, pasajes inverosímiles y algún desenlace absurdo, excesivo enfoque de la realidad del momento por falta de cosmovisión. En ese panorama total de su obra, algunas de sus creaciones todavía navegan: es el caso de «Barranca abajo» y «En familia». En ambas hay desintegración familiar, derrumbe económico y social. En la primera sopla un viento trágico, que hace del protagonista una víctima de sí mismo y de la sociedad; en la segunda auténtica acción dramática con personajes bien definidos y un conflicto progresivo bien estructurado. En fin, dos excelentes piezas, que hubieran bastado para mostrar el talento creativo de Sánchez y hasta dónde podría haber llegado con una vida más prolongada y asumiendo una disciplina de trabajo más conveniente».

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