La semana pasada se realizó en la sede Salto de la Universidad de la República una Jornada Académica sobre Eutanasia y Suicidio Médicamente Asistido. La misma fue organizada por el Movimiento Estudiantil del Interior (MEI) de Facultad de Derecho y contó con destacados conferencistas.

En el marco de esta actividad, uno de los panelistas, el Dr. Daoiz Uriarte, director del Instituto de Derechos Humanos de Facultad de Derecho, la panelista Florencia Salgueiro del Colectivo Empatía Uruguay, acompañados por la estudiante Sofía Rodríguez de MEI- Derecho, conversaron en el programa estudiantil Viernes con Voz de radio La Regional sobre eutanasia y la jornada académica.
Salguiero comenzó diciendo que existe un proyecto sobre eutanasia que actualmente cuenta con la media sanción de diputados y que está a consideración de la Comisión de Salud en el Senado. “Lo que tenemos ahora es este proyecto, que no es ley todavía, y que cuenta con media sanción desde el pasado 6 de octubre. Es hijo de dos proyectos anteriores, y es importante aclarar que el haber llegado a un único proyecto habla de una muestra de madurez de nuestro sistema político”, narró.
En marzo del 2020 el diputado colorado Ope Pasquet, quien participó de la Jornada, presentó un proyecto sobre eutanasia y suicidio médicamente asistido donde planteaba en determinadas situaciones despenalizar el acto médico para una persona que decide morir.
Otra propuesta por parte de la bancada del partido Frente Amplio propone que además de despenalizar se garantice la eutanasia como un derecho. Esto significaba sumar la garantía por parte de los prestadores de salud de asegurar el acceso al servicio no generando obligación en el cuerpo médico.
Los entrevistados comentaron que de estas dos iniciativas surge un único proyecto que es el que está en estudio luego de ser analizado y consultado por diferentes especialistas del derecho, expertos del extranjero, organizaciones civiles, Facultad de Medicina de Udelar, ASSE, entre otras voces. Lo del suicidio medicamentoso quedó en el camino y hoy solo se habla de eutanasia.
La discusión está centrada en cuál es la interpretación que se tiene de un derecho como lo es el derecho a la vida. “Bien sabemos que la concepción del derecho a la vida ha ido variando. La vida, el concepto, está ligado a la dignidad. Eso quiere decir que no alcanza con que una persona esté en situación biológica de existencia, sino que además debe tener una serie de garantías que le permitían disfrutar del derecho a la vida” agregó Uriarte.
Esta visión y concepción del derecho a la vida no admite limitaciones. Porque no se puede imaginar una forma de limitar el derecho a la vida. Y desde esa concepción ver cuándo ese derecho está incompleto y se ha perdido la dignidad.
“Hay un elemento esencial: sentir disponibilidad sobre mi vida. Una cosa es que haya personas que no quieran que me suicide, y otra es que la sociedad no me pueda garantizar la dignidad que yo pueda tener. Sabemos que existen situaciones límites, donde los cuidados paliativos, por ejemplo, ya no alcanzan. Entonces ahí es donde tenemos que resolver que, ante la falta de dignidad, la persona pueda decidir sobre su derecho a la vida, y eso ese acto médico no sea penalizado” agregó Uriarte.
Nuestro Código contempla el homicidio piadoso; este proyecto se asegura que la situación de la persona que lo pone al borde de la indignidad cuente con garantías, y ante reiteradas manifestaciones; reconocer que es necesario ponerle fin a esa vida indigna. Para Uriarte esto “evidentemente es un avance en cómo debemos considerar el derecho a la vida”.
El actual proyecto de ley consta de 11 artículos, el segundo es el que más discusión e intercambiado ha generado. Cuestiones cómo quién podría solicitar ayuda al morir, fueron las interrogantes planteadas. Salgueiro en este sentido explica “podrá solicitarlo una persona mayor de edad, apto civilmente y con certificación médica que lo declare psíquicamente apto para decidir, y en situaciones de condición o enfermedad que sea irreversible o incurable. Estos elementos tienen que estar presentes y de forma claro. ¿Es complejo? Sí, lo es, pero hemos avanzado mucho. De esta forma descartamos casi todas las enfermedades psiquiátricas, y cuando hablamos de situaciones irreversibles o incurables, hacemos referencia al cáncer cuando yo no hay tratamiento que asegure la vida, enfermedades neurodegenerativas o cardiopatías, casos de personas tetrapléjicas. Hablamos de enfermedades irreversibles o incurables en etapa terminar, o condiciones que generen sufrimientos graves o insoportables y que además signifiquen un grave y progresivo deterioro de la calidad de vida habiendo sufrimiento que la persona considere como insoportables”.
Claramente es dificultoso y complejo de interpretar y tiene una carga importante de subjetividad. Por eso se requiere de dos médicos evaluando la enfermedad, se brinda un período de reflexión para la persona, y el prestador de salud debe garantizar el acto que a su vez no obliga a ningún médico.
“Lo que se pretenda es contemplar situaciones excepcionales donde la persona no deba sufrir más. Y queda muy claro que eso tiene que ser una decisión muy personal. Que la persona sepa que en caso de saber que su vida va a ser cada vez peor, se ponga de acuerdo con un médico que registre el procedimiento, y esa persona pueda terminar con su vida de acuerdo a sus propios valores y sin la incertidumbre de saber hasta cuándo tendrá dignidad”, agregó.
Cuando el Estado ya no pueda garantizar la vida digna, debe garantizar que cada persona pueda decidir sobre su vida. Hay casos en los cuales existen mecanismos y tratamientos; otros en los cuales no; y ahí es donde el Estado debe intervenir.
Sabiendo que son situaciones que ocurren, que existen, este proyecto da las máximas garantías para todas las partes, y no se violentan pactos ni convenciones. “No estamos innovando, el mundo ya habla de esto. Es garantizar un derecho y tampoco se obliga a ningún médico ni se corre el riesgo de que un profesional sea tildado de delincuente. Es un paso muy importante sobre una situación que sabemos sucede” concluyó el responsable del Instituto de Derechos Humanos de Facultad de Derecho.
Finalmente, Sofía Rodríguez, integrante de MEI-Derecho expresó que desde la agrupación existe el compromiso de traer a discusión diferentes temas que se encuentran en agenda. “Este de la eutanasia es abordado de desde diferentes disciplinas aprovechando la riqueza de nuestro Cenur. Desde la óptica del Derecho tratamos varios temas, pero también sumando la mirada de otras disciplinas aprovechando los excelentes profesionales que tenemos aquí concluyó.