Uno de los casos que más ha conmocionado a la opinión pública de nuestro país ha sido la acción criminal, de quien hasta hoy, ha sido catalogado como el primer asesino serial de nuestro país, Pablo Goncálvez.
Hijo de un diplomático que durante la primera presidencia de Julio María Sanguinetti, estuvo apostado en Colombia, Goncálvez vivía en la zona residencial del barrio Carrasco de la capital del país. Tenía un alto grado de instrucción, su familia pertenecía a un estatus socioeconómico alto y era admirado por quienes le rodeaban.
Sin embargo, nadie pensaría que detrás de esa imagen de muchacho simpático, correcto, afable e inteligente, se ocultaría una de las mentes capaces de cometer siniestros crímenes.
La desgracia de tres mujeres, hasta ahora, fue haberse cruzado por su camino y caer en sus manos. Una de ellas, al parecer la última, fue la salteña María Victoria Williams Sánz, que en ese momento con 22 años de edad, estudiaba y trabajaba en la capital del país. Bastó pararse una mañana frente a la parada del ómnibus que estaba en la vereda de la casa de Goncálvez, para que una historia convincente de quien aparecía como un buen muchacho, diera lugar al siniestro desenlace que conmocionó a la sociedad uruguaya.
Hace 19 años y 6 meses de este terrible episodio, el que vive hasta ahora en la memoria de todos. Hoy el caso vuelve a ser noticia. Esta vez, porque el asesino solicitó a la Justicia salir en libertad. La situación generó el repudio de las familias afectadas y de los amigos de las víctimas. Principalmente, en el caso de Salto, el de la familia Williams Sánz.
Rápidamente un grupo de amigos y allegados a María Victoria, se autoconvocaron a través de la red social Facebook, para salir públicamente a manifestarse en contra de la posible liberación de Goncálvez. Lo hicieron ayer de tarde, junto a familiares y allegados a los padres y hermanos de la última víctima de Goncálvez.
En el siguiente informe de EL PUEBLO damos un racconto de la situación. Desde la cobertura realizada en 1993 por este diario sobre la desaparición y posterior hallazgo de María Victoria, hasta la detención y encarcelamiento de su asesino.
Además, un especialista criminólogo da a conocer su posición sobre la posibilidad de recuperación de un homicida sin especificar el caso, y estableciendo específicamente que se pronuncia sobre ningún caso específico, La Suprema Corte de Justicia informa sobre el pedido de libertad de Goncálvez y algunos salteños, en una rápida compulsa al azar de EL PUEBLO, dan su posición sobre este asunto. Esto y más, en nuestro informe dominical.
Desde su desaparición hasta el procesamiento del asesino
Cómo se vivió a través de EL PUEBLO la noticia del asesinato de María Victoria Williams en 1993
Haciendo una mirada retrospectiva sobre uno de los casos más impactantes que ha arrojado la crónica roja de nuestro país, analizamos los hechos anteriores y posteriores al asesinato de la joven salteña María Victoria Williams y damos a conocer cómo se manejó públicamente aquel trágico suceso en nuestro medio, y los pasos posteriores hasta el esclarecimiento del asesinato.
La noticia de su desaparición se conoció el miércoles 10 de febrero de 1993.
En ese momento se anunciaba que la joven salteña se hallaba desaparecida en la capital del país, donde en ese momento residía por motivos de estudio y trabajo.
Miércoles 10 – “EL PADRE DE LA JOVEN CUENTA SU ODISEA A EL PUEBLO”
La joven salió ese lunes a las 7. 30 horas de su domicilio hacia el centro de Montevideo donde trabajaba y nunca más se la volvió a ver.
La Policía comenzaba su despistaje.
Nuestra Redacción viajó al establecimiento agropecuario donde viven los familiares de María Victoria Williams y pudimos entablar diálogo con su abuela.
Ésta manifestó la angustia y tensión que se vivía en ese momento en la casa ya que no tenían idea de lo que podría estar ocurriendo.
Salió para el trabajo
En diálogo telefónico, Pablo Williams, padre de María Victoria, explicaba que su hija había salido temprano de su domicilio ese lunes, rumbo a su trabajo y luego no se supo más nada de ella. No había ningún testigo que pudiera dar una pista o datos sobre su paradero. Nadie sabía nada.
Se la buscó también en Salto
Acongojado por la situación, El Jefe de Policía de ese entonces, el Dr. Néstor Albisu, mantuvo contacto con la familia Williams, e indicó que la búsqueda también se hacía en nuestra ciudad. La Policía remitió a las distintas jefaturas y a las seccionales, datos de la joven, así como su fotografía, con el fin de poder dar con su paradero.
Jueves 11 – “TENAZ BÚSQUEDA DE LA JOVEN SALTEÑA EN MONTEVIDEO”
Si bien seguía incambiada la situación, se efectuó un intenso operativo en torno a la desaparición de María Victoria Williams, el que lamentablemente resultó infructuoso. Ni la Policía ni los familiares pudieron saber algo que los condujera hasta su hija.
Sábado 13 – “DOLOR E IMPOTENCIA: APARECIÓ MUERTA MARÍA VICTORIA WILLIAMS”
Se confirma que la estudiante fue brutalmente asesinada, el día anterior fue encontrado su cadáver. “Montevideo, 12 de febrero- La zona del balneario Shangrilá se vio conmovida cuando pasadas las 8.30 de la mañana, el propietario de un parador avistó sobre la arena entre matorrales y debajo de una acacia, el cuerpo de una mujer”.
“De inmediato el hombre dio aviso a la Policía, presumiéndose desde momento que se estaba en presencia de quien había concitado la atención de todos los ámbitos al desaparecer sin dejar huellas (…). El cuerpo de María Victoria fue abandonado a unos 200 metros de la playa y fue encontrado por la Policía de Canelones. Presentaba la cabeza cubierta de nylon y sin signos de violencia”.
Actuaron la Policía Técnica de Montevideo, el Jefe de Policía de Canelones y el Juez Letrado de Pando Dr. Rolando Vomero. El hermetismo de las autoridades fue total en esos momentos”.
“Cumplidas las actuaciones de rigor, la Justicia determinó que el cuerpo de María Victoria fuera entregado a sus familiares”.
Las investigaciones
Había que armar un rompecabezas para aclarar la situación. Según narran las crónicas periodísticas de la época relatadas por este diario y a cuyo archivo recurrimos para conocer el caso.
“La Dirección de Investigaciones de la Policía capitalina orientó su trabajo sobre la base de pistas encontradas en el propio lugar del hallazgo del cuerpo. Cobró vigencia la presencia de un joven testigo que fue amenazado por el presunto asesino, cuando éste llevaba a la joven a un vehículo tomada por el cuello, consumando el secuestro”.
Domingo 14 – CONGOJA POPULAR
“El velatorio y sepelio de la joven tuvo lugar en la más profunda discreción y respeto, correspondiente al hondo dolor ajeno. Muchos fueron los salteños que se solidarizaron y se acercaron al cementerio a acompañar a la familia. El bárbaro crimen contra la joven estudiante, de vida correcta y ejemplar, fue considerado como una agresión a toda la sociedad”.
Lunes 22 – CAYÓ EL ASESINO
“Le pidió ayuda para auxiliar a su abuela y la asfixió con éter”. “Tuvo el cuerpo de María Victoria durante dos días en su casa”. “Fue detenido el hijo del Ex Diplomático cuando regresaba de Brasil con su madre”.
Tras un arduo trabajo, la Policía detuvo al criminal de María Victoria Williams Sanz, quien aceptó la responsabilidad en el hecho y en la noche se enfrentara al Juez de Pando (Rolando Vomero) que le tomó declaraciones sobre el asesinato, así como también sobre la violación a una enfermera, ocurrida en mayo de 1991, (además el criminal cuenta con) la presunta posibilidad de implicancia en el crimen de Andrea Castro y más remotamente en el de Ana Luisa Miller”.
“El asesino, Pablo Goncálvez Garayalde, de 22 años de edad, fue inmediatamente detenido al tenerse la certeza de que estaba vinculado al crimen de la joven salteña. Se había investigado en su casa y en la de un amigo, donde aparecieron las esposas con las que tuvo cautiva a una funcionaria de un nosocomio ubicado en la Avenida 8 de Octubre para someterla a sus bajos instintos”.
“También se encontraron un frasco con éter, un paraguas que podría pertenecer a Williams, una pistola y un revólver Mágnum 3”.
La asfixió con una bolsa de nylon
“El asesino consumó el crimen utilizando una estratagema. En pocos minutos su irracionalidad quedaba consumada. Según trascendió, el matador aguardaba el paso de María Victoria ese lunes 9 de febrero, inestable y lluvioso para requerirle ayuda, pues su abuela se encontraba enferma. La joven ingresó a su domicilio y de inmediato se dirigió a llamar a una unidad de emergencia médica”.
“El criminal avanzó por detrás de la muchacha hasta abrazarla y ubicarle en la boca y fosas nasales un algodón impregnado de éter. Al parecer, la joven se resistió, entonces le colocó sobre su cabeza una bolsa de nylon, hasta asfixiarla”.
“El cuerpo de la joven permaneció en casa del asesino durante 48 horas.
Ya para entonces, la Policía había comenzado el rastrillaje de la víctima.
Posteriormente Goncálvez cargó el cuerpo en su automóvil para depositarlo momentos más tarde en la playa de Shangrilá, donde finalmente fue encontrado”.
Miércoles 24 – LA
JUSTICIA CONFIGURÓ
CARGOS A GONCÁLVEZ
“La Justicia Letrada procesó al asesino de María Victoria Williams Sanz y de Andrea de Castro, configurándoles graves delitos que lo mantendría entre rejas por espacio de 30 años, según opinaron connotados juristas”.
“Tras tres instancias, el Magistrado de Pando, Dr. Rolando Vomero, en una sentencia que no tiene antecedentes en los anales de la Justicia uruguaya, dictó el procesamiento de Pablo Goncálvez, por los delitos de asesinato configurado por el doble homicidio, violación y atentado violento al pudor en el grado de reiteración real”.
“El insano elemento ya pasó a residir a la cárcel de la Jefatura de Policía, luego de que el fallo de la Justicia fuera dictado, pero cabe esperar otras instancias por cuanto restan crímenes por resolver. Y allí comenzaría a actuar la Justicia de Montevideo. El caso de la joven Mercedes Bell, que fuera asesinada cuando salía de la boutique en que trabajaba”.
Serían 30 años de cárcel
“Por las calificaciones que se otorgó a los hechos consumados por el asesino, se puede afirmar que el mismo deberá permanecer en la cárcel por lo menos 30 años. Destacados juristas consultados, expresaron, sin conocer el expediente, que ello surge de los delitos que le han sido imputados”.
Germán Aller dice que la ley establece claros parámetros para salir en libertad
Cree que en un Estado de Derecho, la opinión popular “no puede decidir” si alguien sale o no
El experto en Criminología, el Dr. Germán Aller, docente e investigador de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, manifestó a este diario al ser consultado para el presente informe, generalidades técnicas sobre la situación de los reclusos y las penas que cumplen subrayando específicamente que no habría de referirse a caso alguno en particular porque no corresponde. Asimismo, puso énfasis en que la privación de libertad “es mala”, aunque sea “un mal necesario”, pero que nunca, en un Estado de Derecho, podemos entenderla como una “expiación”.
Respecto de la recuperación que pueda verificarse en presos que obtienen la libertad, Aller explicó que “cualquiera que esté 20 años en el martirio de la cárcel sale diferente” y que “se esté preparado o no, cuando se cumplen las penas hay que largar a las personas”.
Considera que los parámetros para conceder la libertad de un recluso son los que la ley dispone (cierto período de tiempo, buena conducta, entre otros), pero que no se puede decidir la misma, según lo que opine algún tercero al caso. “¿Vamos a decidir si una persona sale o no sale porque un tercero, de afuera, se ponga a opinar si le parece bien que salga o no?”, se preguntó. “En términos generales los parámetros hay que llevarlos al máximo posible de su reducción, de modo tal que las personas estén privadas de libertad el menor tiempo posible. Y eso es aplicable a todos los casos. ¿Por qué? Porque es el mandato constitucional que la cárcel no sea para mortificar” sentenció.
PROCURAR LA LIBERTAD
Sin referirse a la situación concreta del caso de Pablo Goncálvez, el docente universitario, experto en su especialidad y conferencista internacional, expresó que “si una persona (recluso) tiene informes favorables y son correctos, y si además de eso, se avizora que hay una posible restitución al ámbito social, en cualquier situación de cualquier delincuente, hay que procurar disponer la libertad”.
“La privación de libertad es una medida que me parece mala y eso es un discurso que no se puede cambiar de acuerdo a que conozcamos o no a la víctima. Ahí se pierde imparcialidad. El derecho no está pensado para ello”, dijo Aller.
MAL NECESARIO
“En todo caso”, explicó el criminólogo, “sabemos que la pena es un mal necesario, pero nunca pierde el rasgo de ser algo malo. Hay que sopesar. Yo en este caso no puedo de ninguna manera opinar, si en el caso concreto está bien esto, o lo otro, pero puedo decir, a priori, que en términos generales soy partidario de que las prisionizaciones de los individuos sean lo más reducidas posibles, que es el derrotero desde los tiempos de la Ilustración y en un sistema liberal democrático que tenemos”.
Señaló que “sabemos, y se repite hasta el hartazgo, en cualquier ámbito científico (no me refiero ni a lo político ni a lo periodístico) que la pena no reporta demasiada utilidad, que la idea de resocialización es discutible y escasa, por lo que hay que procurar tenerla lo más acotada posible. Si a eso se agrega que en una persona, ésta (por Goncálvez) o cualquier otra, se hallan evidencias que la persona pueda vivir en sociedad, entonces sería del caso la libertad”.
NO ES UNA EXPIACIÓN
Por otro lado “la pena no es una expiación en el sentido vindicativo. No es, una vida vale tanto, sino que la pena tiene que tener un fin o propósito. Me parece a mí que en ese sentido, en cualquier caso –no en éste, no estoy hablando de este caso (de Pablo Goncálvez)- la pena hay que llevarla a los parámetros mínimos necesarios. Un margen necesario de pena. Éste es un planteo que a esta altura en cualquier país, en cualquier ámbito científico, es más que sabido: la reclusión prolongada no tiene éxitos. El éxito está dado por la persona en sí mismo y el compromiso que asuma el individuo recluido de encauzar su vida a través de parámetros de sujeción a la norma de derecho, nada más”.
El sistema penitenciario ¿cumple con el cometido de rehabilitación?
“En general no. Pero no lo digo yo, se lo dice cualquiera. Es muy difícil. No se cumple siquiera el mandato constitucional del artículo 26 (las cárceles no servirán para mortificar sino para la rehabilitación de los reclusos). Se cumple mal, porque las cárceles son un martirio en Uruguay, no es ninguna novedad.
El individuo que está 20 años recluido ¿está preparado para salir? ¿Sale diferente?
“Obvio que sale diferente. Después de 20 años de vivir una situación atroz nadie sale igual. Esté preparado o no, las penas se cumplen y llegado el momento hay que largar a las personas. ¿Cuál es el concepto de preparado? ¿Qué es estar preparado? ¿Qué pueda convivir con los demás? Este concepto es poco tangible. Porque hay personas que nunca debieron ser apartadas de la sociedad. ¿Por qué se lo va a preparar para algo que nunca debió habérsele privado la libertad? Hay tantos casos de personas que van presos que en todo caso se debería haber dispuesto otro tipo de sanción. Entonces ¿para qué lo va a preparar para vivir en libertad si sabe hacerlo mejor que cualquiera?”, opinó.
“No es un parámetro tangible. Los parámetros en ese sentido son, en definitiva, que una persona en un sistema carcelario, relativamente operativo, en un caso con serios problemas de toda índole, de recursos económicos, etc, y habiendo muy buenos técnicos, pero con poca disponibilidades para acceder a todos, lo que hay que hacer, es que la persona cumpla los tiempos de reclusión. Si tiene buena conducta, llevarlos a los tiempos adecuados. Es decir, a partir de la mitad de la pena está en condición de salir. Con dos tercios de la pena hay un mandato legal de obligación de salir, salvo que haya algo que lo impida. La disposición legal es muy clara: con mitad de la pena posibilidad de salir y lo dispone la Suprema Corte; con dos tercios de la pena es preceptiva la libertad con un régimen de excepciones. Esto está en la ley”, explicó Aller.
COMPULSA
“¿Vamos a decidir si una persona sale o no sale porque un tercero, de afuera, se ponga a opinar si le parece bien que salga o no? Eso yo lo puedo entender en esa persona o en cualquiera por una cuestión social, pero desde el punto de vista jurídico y de derechos humanos es absolutamente insostenible una posición así. Entonces habría que preguntar siempre, hacer una compulsa para ver si el que asaltó una persona debe salir pese a que haya tenido buena conducta, etc”, comentó el entrevistado.
El docente reiteró que “la pena es un mal necesario” y que “como no tenemos otra cosa, en ciertas situaciones extremas se apela a la reclusión”. Aclaró que “el individuo cumple el período de reclusión sujeto a los parámetros legales que le permiten eventuales salidas anticipadas. Si hay mala conducta (y otros parámetros) tiene que cumplir la pena hasta su tope, en cuyo caso también sale al final de la pena, oportunidad en la que no hay que revisar, si la persona uno cree (con unos parámetros intangibles) que va a vivir bien o no en sociedad. ¿Quién tiene ese artefacto para medir eso? Nosotros tenemos que manejarnos con criterios de Estado de Derecho, no antojadizos, no autoritarios. Criterios de ecuanimidad. Eso es fundamental en cualquier caso, y este no este no es la diferencia”, consignó el catedrático de Criminología en la Regional Norte, el Dr. Germán Aller.
Compulsa callejera
Los más jóvenes desconocen el caso, la mayoría de los demás se oponen a la libertad anticipada
EL PUEBLO entrevistó a varias personas, algunos dieron su opinión sobre si están de acuerdo o no con el pedido de libertad anticipada de Pablo Goncálvez, los jóvenes en general desconocen el caso y prefirieron no dar su opinión. La presente consulta popular no pretende valor científico alguno, sino simplemente intenta auscultar, con varias entrevistas callejeras al azar, cual es la opinión más frecuente que encontramos en la población sobre este caso.
Esmeralda 72 años- No está de acuerdo
“Diría que no, que pague lo que tiene que pagar, porque él destruyó familias, terminó con la vida de tres personas, así que no es justo que tenga libertad, que pague por todos los familiares que hizo sufrir. Es un ser humano, pero cometió un error, destruyó familias entonces no merece (la libertad anticipada)”.
María 75 años –“Tiene que cumplir la pena completa”
“Pienso que debe cumplir la pena completa- los 30 años- porque fue muy grave lo que hizo con tres jóvenes, si no hacemos esto (de no estar de acuerdo), vamos a seguir con otros casos que va a pasar lo mismo, que le van a dar la libertad anticipada, y esto va a ser un referente para hechos posteriores. Para mí tiene que cumplir la pena completa”.
Raúl 69 años- “Depende del lado que uno se ponga”
“Hay dos interpretaciones; el familiar no va a querer que lo suelten aunque le den cien años, pero en realidad de acuerdo a lo que se conoce y de acuerdo a lo que habló Oxandabarat (vocero de la Suprema Corte de Justicia), respecto a eso, que a criterio de la justicia puede haber porque él ya pagó, y como que se regeneró, dentro de la cárcel”. De esta manera, concluyó que “Según lo que se dice hoy por hoy que en vez de condenarlos en la cárcel hay que tratar de recuperarlos… así que mi opinión es neutral, porque claro; si me pongo del lado de los familiares me pasaría lo mismo, conozco la familia Williams…” y por otro lado “puede ser rehabilitado, pero muy controlado, si dice (la gente) que está con una familia, que tiene una hija, que está casado… si el comportamiento de él es bueno, por algo los abogados están pidiendo, y por otra parte ya cumplió la mayoría de la condena”.
Sebastián 25 años “Una persona así nunca se cura”.
Si bien no conocía el caso, (porque es de Mar del Plata), de cualquier manera se interesó, y una vez que le explicamos el caso, dio su opinión, “¿es un asesino serial? ¿Cuántas víctimas? Ni loco, no tiene que salir, no lo conozco, pero que le hayan dado 30 años, me parece que la justicia no tiene conciencia de lo que está pasando… ¿Ah, es la pena máxima de acá?- contestó cuando le dijimos que era lo máximo- Allá (en Argentina) se da la perpetua. Pero si están teniendo en cuenta la parte psicológica… una persona enferma puede salir de la cárcel y entrar a un psiquiátrico… Partamos de la base que una persona así nunca se cura, eso es mentira”.
Ximena 23 años – No está de acuerdo
No, no tienen que soltarlo. ¿Darle la libertad a una persona que mató? No me parece. ¿Y por buena conducta? No creo (que deban hacerlo).
Ramón 52 años- Está de acuerdo
“No sé cómo es el régimen, jurídicamente puede salir con anticipación y bueno…”
-¿Cree que se pudo haber rehabilitado, que habría que darle una oportunidad?
-Yo creo que sí.
Cardozo 79 años –No está de acuerdo
“Para mí no tendrían que darle (la libertad), pero, no soy la justicia, porque no puede ser que haya matado tres muchachas y todavía injustamente, si hubiera habido una pelea… que se defendiera ¿no es cierto? Pero no fue una defensa…”
Marta 24
“Estoy en contra (de la libertad anticipada), no estoy de acuerdo porque hay gente que es laburante, igual que yo, que se levanta a las 10 de la mañana y llega a las 12 de la noche a su casa, y hay gente que entra a tu casa, te roba y salen en libertad a la media hora, y también hay que defender que se cumpla la ley, por más que él salga, ¿Quién devuelve a la víctima? Si matan a un hijo tuyo y tu ves que (el asesino) pasa por el frente de tu casa a los meses, o a los años, ¿Quién devuelve a tu hijo? El sentimiento de esa madre… Yo tuve un hermano, una persona mayor, que salía de trabajar, falleció en un accidente, quienes lo chocaron salían del baile y por ser hijos de…. Están libres”.
Suprema Corte resolverá en una semana o dos sobre el pedido de libertad de Pablo Goncálvez
Cuando el recluso que pide la libertad anticipada ha cumplido las dos terceras partes de su pena, recuperará la libertad a menos que los signos de su rehabilitación no sean evidentes. Así lo explicó el Director de Comunicación Institucional de la Suprema Corte de Justicia, Dr. Raúl Oxandabarat, en diálogo que transcribimos parcialmente.
¿El pedido de libertad de Goncálvez llegó a la Suprema Corte?
Aún no, pero se espera que eso ocurra en breve.
¿Qué pasará entonces?
Una vez que el trámite llegue a la Suprema Corte, pasará en vista al Sr. Fiscal de Corte, el Dr. Jorge Díaz, para que dictamine al respecto. Después de eso los Ministros tomarán resolución con todos los elementos a la vista.
¿Cuáles son esos elementos?
Además del dictamen fiscal, está el informe del Instituto de Criminología (dependiente del Ministerio del Interior), que en este caso está conformado por el dictamen de un especialista en psiquiatría y otro en trabajo social. Y el informe del juez de la causa, el Dr. Gabriel Ohanián, para lo cual citó a Goncálvez a una audiencia que se celebró días atrás. En esa audiencia se le preguntó por los hechos del pasado a efectos de determinar la forma en que procesó su actitud hacia los terribles delitos cometidos, y se le preguntó por su futuro, es decir, por las perspectivas laborales y de contención familiar que le aguardan en el hipotético caso de que recupere su libertad.
¿Cómo es el trámite que debe seguir esta solicitud?
La libertad anticipada es una forma de extinción de la pena. El trámite para solicitarla está establecido en el art. 328 del Código de Proceso Penal. Para poder solicitar este beneficio el recluso ya debe tener condena, es decir, que el juicio penal al cual fue sometido haya terminado y el juez le haya fijado por sentencia el tiempo concreto que debe permanecer privado de libertad. Además, si ese tiempo de privación de libertad es de más de dos años (pena de penitenciaría) tiene que haber cumplido la mitad de la pena que le fue impuesta. Cuando se han cumplido las dos terceras partes de la condena la liberación es preceptiva.
¿Qué pasa si ya cumplió las dos terceras partes de la condena?
En ese caso la Suprema Corte de Justicia deberá conceder la libertad. Sólo puede negarla mediante resolución fundada cuando los signos de rehabilitación del recluso no resulten manifiestos. Es decir que si no existen indicios claros de que el condenado se rehabilitó, opera la posibilidad de negar la libertad solicitada. En el caso concreto de Goncálvez debe tenerse en cuenta que se acogió al beneficio de redención de la pena por trabajo y estudio, por lo que es necesario una reliquidación de la misma.
¿Qué significa eso?
Si el recluso trabaja o estudia puede cambiar un día de trabajo o de estudio por dos días de prisión. Goncalvez ha estado trabajando en la Biblioteca del centro carcelario en el que está recluido y, además, estudia programación informática. Eso significa que debe hacerse un nuevo cálculo de la pena que debe cumplir. Ese cálculo es realizado en una oficina especializada encargada de la vigilar la ejecución de las sentencias.
¿Cuánto tiempo estuvo en prisión?
No lo sé a ciencia cierta. Eso es algo que está expresado en los informes que les mencioné, pero que no vi directamente.
¿Y cómo es posible determinar si el recluso se rehabilitó?
Para eso justamente se confeccionan los informes de Instituto de Criminología a cargo de peritos que pueden determinar este aspecto de la psiciología de la persona que pide recuperar su libertad. También pesa el informe del juez de la causa, que es quien tiene conocimiento directo de la situación del recluso porque debe vigilar el cumplimiento de la sentencia.
¿Cuánto tarda ese trámite?
Una vez realizada la solicitud por el recluso, el juez ordena los informes al Instituto de Criminología. Para confeccionarlos tienen un plazo de treinta días. Luego de eso el juez elabora su propio informe y se envía a la Suprema Corte de Justicia, donde se tarda entre una y dos semanas en resolver al respecto.
¿Goncálvez recuperará su libertad?
No puedo saberlo. Esa es una decisión que sólo pueden tomar los Ministros de la Suprema Corte de Justicia porque esa es su competencia. Lo único que puedo decir es que decidirán como siempre lo hacen, con imparcialidad y respetando todas las garantías que exige la ley.
Los crímenes cometidos, según nota del periodista Gabriel Pombo
Gabriel Pombo, en una nota titulada “Historias de Asesinos. Pablo Goncálvez”, que puede leerse en Internet, aporta detalles sobre los tres crímenes cometidos por parte de Goncálvez, lo que sigue es la nota de Pombo.
En Uruguay el fenómeno del homicidio serial deviene singularmente raro y escaso. Pese a ello, a comienzos de la década de 1990 la crónica policial registró un caso dotado de aristas espectaculares que conmocionó hondamente a la sociedad uruguaya. La prensa motejó a aquella secuencia de asesinatos cometidos contra jóvenes mujeres como “Los crímenes de Carrasco”, en atención al barrio montevideano en donde residían las víctimas.
Las presas humanas cobradas por el matador en cadena las conformaron Ana Luisa Miller, Andrea Castro y María Victoria Williams, todas ellas fallecidas a consecuencia de enérgicas maniobras de sofocación inferidas por su agresor, en una variante de la clásica muerte provocada por estrangulamiento. El ultimador de estas muchachas constituía, sin la menor vacilación, un homicida en serie, y durante meses mantuvo en jaque a la policía. Cuando finalmente se lo detuvo y fue difundida su identidad el temor entonces imperante en la población se trocó en desconcierto y extrañeza al saberse que se trataba de un joven de Carrasco que contaba con solo veintidós años, hijo de un diplomático y vecino de una de las chicas asesinadas (María Victoria Williams). Sus nombres y apellidos completos: Pablo José Goncalvez Gallareta.
Este hombre, a quien se conceptúa con toda razón el más moderno psicokiller de Uruguay, había adquirido la nacionalidad oriental luego de nacer en España cuando su padre cumplía funciones diplomáticas en la Madre Patria. De todas maneras, se crió y educó en Uruguay, y a principios de los años noventa era un destacado miembro de la alta sociedad capitalina, estudiante de ciencias económicas, residente en un hermoso chalet de Carrasco en cuyos fondos tenía instalado un taller de reparaciones de ciclomotores.
La tétrica retahíla criminal tuvo su víspera el 31 de diciembre de 1991. Ana Luisa Miller Sichero, de 26 años, licenciada en historia y docente en ejercicio, hermana de la renombrada tenista Patricia Miller, mujer soltera que vivía con sus padres en Carrasco, había salido esa noche con su novio Hugo Sapelli, joven de similar condición social y económica. Recibieron el año nuevo cenando en un restaurante de Carrasco y, luego, próximo a la una de la madrugada del entrante 1 de enero de 1992, la pareja concurrió a bailar al muy conocido club Old Christian´s.
Al despuntar el alba de aquel año ambos jóvenes abandonaron la reunión bailable y, a partir de entonces, los datos referentes a las últimas horas de existencia de la infortunada joven dependen de la versión aportada por su novio. Sapelli le contó a las autoridades que Ana Luisa conducía su automóvil y lo llevó hasta su vivienda a la cual arribaron cerca de las siete menos veinte y, una vez allí, habrían mantenido breves relaciones sexuales.
Después, próximo a la hora ocho de aquella mañana, la muchacha se despidió, y manejando su coche se encaminó rumbo a su propio domicilio. Miller jamás lograría ingresar a su casa. Se hallaría su vehículo estacionado en la calle Eduardo Couture casi Costa Rica en los aledaños del Lawn Tenis del Parque Carrasco. Había manchas hemáticas en el asiento delantero del acompañante, y uno de los cinturones de seguridad estaba cortado. Horas más tarde, el cuerpo sin vida de la mujer fue encontrado yaciendo entre las dunas de la playa del balneario Solymar, a escasos metros de donde estaba instalada la prefectura de la localidad de Lomas de Solymar.
Los médicos forenses que examinaron su cadáver supusieron que la occisa viajaba en el asiento del acompañante de su vehículo cuando se le propinó un fuerte impacto en su mentón que la habría dejado en estado de indefensión, tras lo cual su victimario se le habría arrojado encima para estrangularla mientras ella sangraba profusamente a causa del golpe. El novio de la difunta fue considerado el principal sospechoso y resultó indagado en forma intensa hasta el punto de ser sometido –voluntariamente- a la prueba del polígrafo. No obstante, transcurrieron los meses sin registrarse ningún avance de interés en la investigación policial.