Días pasados el reportero gráfico de EL PUEBLO concurrió hasta la zona del Cuartel General Artigas para hacer una toma de la fachada de ese edificio público. El trabajador de la prensa se apostaba a tomar la nota gráfica cuando de repente fue increpado por dos efectivos militares que cruzaron la calle para advertirle que no podía tomar fotos. Pero ya con años de experiencia en la materia y con varios episodios de estas características vividas con funcionarios de la Policía, de la Fiscalía y del Poder Judicial, que pretenden muchas veces limitar la tarea periodística, el fotógrafo espero a los soldados para escucharlos de cerca. Cuando los mismos se acercaron le espetaron lo mismo. Le decían que no podía fotografiar la fachada del Cuartel, a lo que el trabajador les citó el artículo 10 de la Constitución de la República, diciéndoles que lo que no está prohibido, está permitido, y que no había impedimento alguno para que desde la calle, cualquiera pudiera tomar una foto de la fachada de la sede local del Ejército Nacional, que es un edificio público. A lo que los militares cambiaron el criterio, y si bien le reconocieron el derecho a hacerlo, le pidieron que le diera el nombre y el número de cédula, con el fin de informarle a sus superiores que el fotógrafo de un periódico había estado tomando fotos. A lo que el trabajador accedió y siguió haciendo su trabajo. Resabios de otras épocas.
