Visitó nuestra Redacción un vecino radicado en la zona de confluencia de las calles Itapebí y Colón para dar cuenta de una situación que tiene preocupado al vecindario y que ha dado lugar al reclamo reiterado en la Intendencia, incluso por carta con la firma de los reclamantes.
Ocurre que en el lugar hay una zona que está cubierta por pastizal «y la mugre predomina», nos dice el referente de los vecinos, quien también hace alusión a otro hecho: «el agua que se estanca allí está verde y en el lugar juegan los gurises de los vecinos».
También nos muestra el número de expediente que se elaboró a partir del reclamo escrito, pero que habiendo transcurrido más de un mes del mismo, «todavía no fue atendido el reclamo y nosotros tememos por la salud de todos», nos dice.
No debe resultar una experiencia precisamente agradable estar en un lugar donde se produce un terremoto. Es una angustia a la que los uruguayos no estamos acostumbrados y que siempre al fenómeno «lo vivimos de lejos», más allá que nuestros abuelos contaban que hace muchos años en Salto se sintió la vibración de un movimiento en la frontera argentino-chilena.
Después de todo, la última réplica ocurrida en Chile el pasado jueves, estuvo acompañada por movimientos en varias provincias argentinas e incluso Buenos Aires supo de vibraciones telúricas según las informaciones provenientes del vecino país.