El excremento de perros diseminado por la vía pública (sobre todo en las veredas) constituye una verdadera amenaza a la salud y no estamos descubriendo nada. Sin embargo, caminando por nuestra ciudad es posible encontrar muestras de ello por doquier, lo que además implica adquirir un olor desagradable en nuestros calzados.
Ocurre que sigue sin cumplirse con lo establecido en un decreto que fuera promulgado hace ya varios años sin que quienes se sucedieron en los cargos de decisión hayan tomado cartas en el asunto. Y parece ser un mal generalizado, porque basta con salir a caminar por las calles de Montevideo para encontrarse con similar panorama.
Hablando de la capital de la República. Quienes viajan con alguna asiduidad se asombran por la cantidad de motociclistas que circulan sin casco. Basta alejarse un poco del “pleno centro” para comprobar este hecho que tan denunciado es por aquí.
Dos situaciones llamativas se han desencadenado en el correr de poco tiempo en nuestra ciudad como consecuencia del uso de celulares por parte de quienes conducen vehículos. En un caso al infractor le costó “sumergir” el auto en una calle inundada. En el restante, hace pocas horas, las consecuencias la sufrió un motociclista que fue atropellado.
De todas formas, más allá de las sanciones aplicadas, para nadie resulta extraño observar como un importante número de personas habla por su celular mientras conduce un vehículo.