Protocolo de detención en la vía pública para inspectores de tránsito
Las agresiones a los inspectores de tránsito han vuelto a ser lamentablemente parte de las noticias de la semana. Es por eso que EL PUEBLO contactó una vez más al Técnico en Seguridad Vial Víctor Pacín, manifestándonos la existencia de protocolos que pueden ayudar en ese momento.
“El protocolo de detención siempre tiene y tendrá el mismo propósito que es brindar seguridad al conductor, educar, fiscalizar y generar presencia inspectora en la ciudad”, comenzó diciendo Pacín, agregando que “siempre partimos de la base que cuando nos paran para pedirnos la documentación nos están ‘molestando’”.
PROTOCOLO DE FISCALIZACIÓN
“Cuando se realiza una fiscalización, tiene que ir acompañada siempre de un planeamiento previo y seguro tanto para el inspector como para el conductor”. Veamos los “factores a tener en cuenta al momento del protocolo.
ENCONIZAMIENTO: Los conos deben estar puestos de tal forma, dentro de lo posible, en forma que quede bien claro dónde va a ser realizada la detención vehicular. Bajo ningún concepto se debe cerrar la calle sin dejar una salida para los vehículos que no se van a detener y se les va a dar paso para que sigan su trayecto, así como también, y esto es muy importante, los conductores que por diferentes motivos no quieran ser inspeccionados, si no tienen una salida clara, el conductor que no se detenga puede atropellar al inspector que se encuentre obstaculizando el paso”.
“Normalmente la sociedad tiene la creencia de que las personas que huyen de un protocolo de detención es por falta de documentación” pero “lo más seguro es que sea más peligroso que eso, mínimo que estén en estado de embriagues y quieran evitar la multa, les quiten el rodado y les suspendan la libreta. Otros motivos más peligrosos puede tener que ver con algún otro tipo de delito, como transportar sustancias prohibidas.
PROTOCOLO: La primera regla básica del protocolo es que tiene que ser de a dos inspectores mínimo por vehículo. Una vez que esté detenido el vehículo, el inspector debe pararse del parante del conductor hacia atrás, pudiendo tener control total de las manos del conductor. El otro inspector debe estar atento a lo que sucede con el vehículo detenido así como también con el flujo de vehículos que se aproximan. Nunca ningún inspector debe estar parado delante o detrás del vehículo detenido.
Segunda regla, se le debe solicitar al conductor del vehículo que detenga la marcha del motor, no se debe hacer el protocolo de fiscalización con el vehículo encendido. Esta regla es fundamental para bajar los riesgos. Tercera regla, lo más importante de la detención es la educación y la fiscalización, no la sanción o multa. Cuarta regla, la comunicación con el conductor tiene que ser clara, concisa y concreta. No debe dar lugar a interpretaciones, se debe hablar siempre de una forma educada sin importar de la forma que nos contesten. No se tome nada como personal, nadie gana nunca una discusión. Quinta regla, comunicación verbal, posibilita la prevención de una confrontación y permitirnos el control no violento de una situación que está a punto de explotar o suceder.
El deber no consiste en irritar, molestar o sermonear al infractor, mucho menos castigarlo. Tenga en cuenta que la persona a la que usted se dirige no le agrada que le indique lo que debe hacer y verá en usted un violador de su libertad. Sea amable y edúquelo sobre cuál es la falta y qué es lo que se trata de evitar o proteger. Si el infractor se muestra alterado o irritado, cálmelo para evitar incidentes más graves. Nunca debe dejar de corregir porque tanto usted como el infractor perderán de vista la falta.
Tenga en cuenta siempre que las faltas relacionadas con menores dan origen a peligros. Es recomendable que usted venza la natural resistencia del infractor solicitando su ayuda para hacer mejor su protocolo. En caso de excesivo nerviosismo del infractor, miedo o impresión, sobre todo en menores, es conveniente iniciar una conversación cualquiera para así lograr la calma.
Tenga en cuenta que para corregir de mala forma faltas, ocasionan un mal mayor y la relación e imagen del inspector con la sociedad. El saludo y el uso de frases amables y educadas deben ser practicadas.
INSPECTOR: Prevengo, me adelanto a situaciones que afecten la integridad física. Organizo, capacidad de resolver situaciones; satisfago necesidades de los usuarios de la vía pública. Protejo, solamente mi presencia hace que se eviten infracciones que ponen en riesgo mi vida y la de los demás. Fiscalizo, soy inflexible cuando aplico sanciones que ponen en riesgo la vida de las personas. Educo, enseño obligaciones y derechos que los contribuyentes tienen. Conocimiento, doy normas en toda su extensión claro conciso y concreto sin errores así evito confusiones. Vigilo, mi objetivo es evitar que se produzcan accidentes de cualquier tipo. Priorizo, infracciones que causan accidentes (no significa que no se multen otras infracciones). Participo, no es un buen indicador (del inspector) la cantidad de infracciones que sanciono. Tampoco lo contrario. Proteja a su compañero, esté atento a la fiscalización que este haga. Su trabajo termina cuando el procedimiento concluye y el contribuyente se va”.
Según Pacín, hay instrucciones efectivas básicas que el inspector de tránsito debe atender. Algunas de ellas pasa por “tener siempre una excelente presencia. Ser tan breve como respetuoso. Un inspector no es un mero agente recaudador. Al detectar una infracción, un inspector debe adecuarse a la situación, detener el vehículo en lugar seguro, saludar e identificarse, solicitar los documentos necesarios según el caso, explicar brevemente la infracción cometida, iniciar, si corresponde, la boleta de notificación o contravención”.
“No debe permitir nunca que su recomendación sobre la falta o multa sea tomada por el infractor con signos de ironía o burla, corríjalo con decisión y hágale notar su mal proceder. En algunos casos es conveniente ser inflexible en grado extremo, si lo hace que sea por razones fundamentadas y de importancia. No se deje arrastrar por la natural reacción ante ciertas personas intransigentes; sea al extremo consecuente (si no lo entiende no se gane un enemigo). En caso de conflicto inesperado comunicarse con la Base. Debe respetar al contribuyente. No enojarse, hablar con respeto, ser claro conciso y concreto. Escuchar atentamente, no discutir jamás con el infractor, ningún inspector ganó una discusión. No suponer, si no sabe algo, pregunte. No haga juicios de valor, no tomarse nada como personal”.
“Hay muchísimas más capacitaciones para cada operativo, estas son solamente algunas que espero puedan servir tanto para los inspectores como para el contribuyente”, concluyó Pacín.