Ingeniero Químico y Músico
Es Ingeniero Químico, trabaja como emprendedor, pero su mayor trascendencia se la ha dado la música. Hablamos de Pablo Milich, salteño (nacido el 19 del octubre del 73), que desde hace muchos años vive en Montevideo y suele, por su trabajo, recorrer varios países asiduamente. Él protagoniza hoy esta sección:
1-Empecemos por los orígenes aquí en Salto…
Los recuerdos que tengo de mi infancia son de la casa donde vivíamos con mi familia, al lado vivía mi abuela Elsa y mi tía Elsita, años más tarde se mudaron mis tíos con mis primos. La casa está en 19 de abril 1691, al lado de panadería La Neutral. Cuando era chiquito enfrente estaba El Revoltijo, por Bilbao, mis recuerdos son con la Plaza de Deportes, Alfredito, el quiosco de la Plaza, Ferrocarril, la piscina, el frontón, el Jardín 115, la Escuela 2…Un barrio en el que jugábamos a la escondida, a la mancha y otros juegos, con la sensación de que la vida pasaba a otro ritmo. En el jardín 115 arranqué a los 3 años, lo visité nuevamente hace como 5 años y el lugar donde jugábamos y los jueguitos me parecieron chiquititos al lado de mi recuerdo. Algo similar me pasó con el patio de la escuela. En esa escuela hice los 6 años, tengo los recuerdos más vividos, recuerdo las maestra, las clases, muchos compañeros, y con alguno de ellos seguimos en contacto. No tengo claro si es que realmente le pasa a todo el mundo, que el pasado se recuerda con tanto cariño o pasa que se filtran los recuerdos y quedan solamente los agradables. Tengo la sospecha que es esto último, pero en cualquier caso, tengo recuerdos hermosos de toda mi infancia, mi niñez, de los amigos, de los juegos.
2-¿Tus inicios en la música?
Con 5 o 6 años comencé a interesarme por la guitarra y fui a una profesora que vivía en la misma manzana, María Duré. Comencé a estudiar guitarra, acompañamiento, solfeo y a cantar. Aprendí mis primeros ritmos folclóricos, el acompañamiento era orientado más bien al folclore, el repertorio y la enseñanza. Aprendí mis primeras zambas, cuecas, malambos y chamarritas, los primeros acordes, las primeras canciones. Todavía tengo el cuaderno de canciones guardado. La primera canción que canté «Los ojos negros», fue hace mas de 40 años y todavía la recuerdo como el primer día.
3-¿Ya tocabas la guitarra y cantabas?
Sí, saber tocar la guitarra y que me gustara cantar, me permitió destacarme en la escuela junto con algún otro amigo y hacer mis primeras actuaciones en algún acto o alguna kermés. Hice el estreno cantando a dúo con un amigo, Walter Sosa. Interpretamos «Borracho pero con Flores» de «El Sabalero» en el patio de la escuela. El destino quiso que 20 años más tarde lo grabara con el Sabalero y Falta y Resto. Luego empecé a estudiar en el Liceo 3, allí hice 1ro y 2do, recuerdo mucho el camino que hacíamos con mi hermano, para cortar agarrábamos por la vía, todo el trayecto caminando, jugando a no caerse de la vía y si en algún momento agarramos algún tren, nos subíamos en los vagones, trenes de carga lentos, era una aventura ir colgados del vagón…No sé cómo sobrevivimos a esa época (risas)… En 3er. año me fui al IPOLL, fue un cambio importante, un liceo mucho más grande, un buen cambio y el grupo que me tocó era muy particular, la mayoría varones, muy pocas mujeres. Fue un año revolucionario, había varios repetidores y la sensación era que los compañeros estaban menos enfocados en el estudio y más en lo extra liceal. Una época muy fermental, las primeras salidas, los primeros amores, las primeras pernoctadas, la primera vez que probé alcohol..
4-¿Y el canto continuó?
Sí, ahí me integré al coro liceal dirigido por Beatriz Gómez y al coro «Cantares», también a otro llamado «Ad Libutum». Compartimos viajes al exterior, una hermosa barra de amigos con los que hicimos campamentos, asados, cantarolas… Armamos mi primera banda, con mi hermano Germán, Alejandro López y Eduardo “Chuchi” Rodríguez e hicimos el grupo «Imagine», nuestra primera actuación fue en la Confitería Uruguay, año 90. Después vino la etapa de emigrar a Montevideo y hacer la Facultad de Química. Todo cambió, yo en Montevideo, mi familia quedó en Salto y me enfrenté a una independencia y a desafíos que nunca había tenido. Una ciudad nueva, grande, en la que no conocía casi nada, una facultad nueva en la que ninguno de mis compañeros estaba, me obligó a tener que aventurarme, y ser bastante más arriesgado en la socialización. Una etapa de mucho aprendizaje en lo académico y en lo humano. Esos años retomé estudios de Inglés para dar el First Certificate of English y comencé a trabajar en la Facultad como Ayudante Grado 1, cátedra de Físico Química. Por los años 95 o 96 me integro al coro universitario, muy importante en Montevideo y uno de los mejores a nivel nacional; hicimos varios viajes y encuentros; en paralelo seguía perfeccionándome en guitarra con Pablo Iribarne.
5-¿De la participación en murgas qué podés contar?
A finales del 97 me invitan a participar en una murga que estaba surgiendo en el barrio Peñarol, La Peñarola, así me vinculo al carnaval por primera vez como artista. Antes era solo espectador. En el 98, con La Peñarol hicimos 23 tablados y pasé uno de los más maravillosos veranos de mi vida. Me vieron de Falta y Resto y se interesaron por mí; en mayo del 98 me invitaron a integrarme, ahí me llamó Alejandro Balbis y Felipe Castro. Me integré rápidamente y ahí comenzó un momento muy interesante que marcó mi vida personal y artística. Comenzamos a ir regularmente a Bs. As., Córdoba, Santa Fe, Rosario, Mendoza, Entre Ríos…En ese momento yo podía vivir de la música. Tuve la fortuna de grabar en el primer disco de Tabaré Cardozo, «Poética Murguera, y desde ahí formar parte de la banda y cantar algunas canciones como solista en vivo y grabar en todos los discos subsiguientes. Además me permitió vincularme a otros artistas como «La Vela Puerca» con quienes grabamos la canción «José Sabía» y hacer presentaciones en vivo en escenarios impresionantes. Tuve el privilegio de conocer y trabajar con Gustavo Santaolalla, uno de los productores argentinos más importantes, en el disco «Hijos del culo» de la banda Bersuit Bergarabat, ahí grabamos dos canciones: «Negra Murguera» y «Es Importante». Luego junto a Alejandro Balbis en el disco Sea, con Jorge Drexler, con Jaime Ross y Natalia Oreiro la canción de la selección para el Mundial 2002 de Corea y Japón…La vida musical giraba muy rápido.
6-Me quedé pensando en el salto que diste al irte a la capital…
Esos movimientos me permitieron escalar desde el muchacho del interior que tocaba la guitarra y hacía kermeses a un lugar en el que te codeabas con artista de primera línea. En ese entonces definí que me iba a dedicar profesionalmente a la música y entre 2000 y 2003 me puse a componer. Al mismo tiempo abrimos un espacio de expresión artística, «La Fábrica de Murguistas», que se mantiene hasta hoy. Todo sucedía mientras ya me había recibido de Ingeniero Químico pero no tenía experiencia laboral, entonces en 2003 se dio la circunstancia y dirigí Falta y Resto. Luego decidí retirarme momentáneamente de los escenarios.
7- ¿Es cuando te dedicás a la ingeniería?
Me contrata una fábrica de tubos plásticos como ingeniero de planta, estuve varios años, luego me fuí a Fábrica Nacional de Cervezas. Durante este periodo tuve que dejar de lado la parte artística y el carnaval. En 2008 cambié a un trabajo que me permitió trabajar de lunes a viernes con un horario más amigable y me vinculé nuevamente al carnaval con Curtidores de Hongos, continué con la banda de Tabaré Cardozo y me sumé al movimiento MPU (Música Popular Uruguaya), una corriente muy vigorosa integrada por referentes del canto popular como «Pitufo» Lombardo, Alejandro Balbis, Gerardo Dorado «el Alemán», Nicolás Arnicho, Emiliano y el Zurdo, Damián Salina…Por el 2010 me animé a presentarme en vivo como solista con canciones propias, tomé algunas canciones que había compuesto en entre el 2000 y el 2003, compuse algunas canciones más y tomé algunas canciones de otros compositores. Comencé a compilar mi primer disco. Conocí a Mateo Moreno con quien trabajé un par de años, ex bajista de “No te va gustar”, luego trabajé con Andrés Arnicho, tecladista y productor de varios discos de Ruben Rada. Trabajamos en la preproducción y producción de mi primer disco solista que terminamos de sacar en el 2018 y que se editó en todas las plataformas digitales.
8-Veo que seguías uniendo trabajo como Ingeniero y música…
Sí, pero en paralelo a esta situación dejé de salir en carnavales de 2013 y me desvinculé de la banda de Tabaré Cardozo pero me seguí vinculando al carnaval, desde 2019 hasta el 2022 como Jurado de textos e interpretación en el concurso oficial. Durante todos estos años también he estudiado con el maestro Francisco Simaldoni, técnica vocal y canto, con el Concertista Pablo Iribarne guitarra, con Guzmán Escardó armonía y guitarra y con Esteban Klisich guitarra, armonía, ritmo…
9-Hablemos de tu presente…
Sigo estudiando con Andrés Arnicho producción y grabación. Distribuyo el tiempo entre varias actividades, la primera es mi familia. Tengo un trabajo que no está vinculado a lo artístico, soy emprendedor. Luego me desempeño como docente y coordinador en «La Fábrica de Murguistas», taller que compartimos con artistas como Freddy González y Martín «Papucho» Ambrosio, ya llevamos más de 20 años. Por último me dedico a trabajar como artista, estudiando, componiendo, adaptando repertorio, generando oportunidades de presentaciones…Estoy trabajando en mi próximo disco y en una serie de actuaciones en Montevideo, el interior de Uruguay, Bs. As., el resto de Argentina y Europa. Los invito a que se sumen a mi comunidad en las redes: Instagram, Face, You Tube y Spotifi. Me encuentro en un momento muy creativo de madurez y con un montón de cosas por hacer. Disfruto del viaje, del presente, orgulloso del pasado y muy esperanzado de lo que viene, con la extraña y promisoria sensación de que lo mejor está por venir.
10- Integrá en esta página a tu familia, nombralos…
Alejandra, mi esposa y compañera, Martina y Emilio, con quienes compartimos gran parte del día.