Una prueba de que somos transgresores
La semana anterior fueron instalados alrededor de cincuenta semáforos en la ruta interbalnearia que lleva a Maldonado, Una vez puestos en funcionamiento se realizaron con ellos alrededor de 900 controles,
Estos controles que miden la velocidad de un automotor y obviamente marca mediante una fotografía cuando se exceden la velocidad permitida en cada lugar y cada uno de estos excesos tiene determinada tolerancia, no tuvieron esta vez la misión de sancionar los excesos de velocidad, sino solamente de advertir.
El resultado no nos sorprende, pero reafirma nuestra convición de que somos transgresores y basta con saber que no hay un control eficiente para transgredir una norma o disposición. Nos explicamos, de estos casi 900 controles efectuados en forma experimental, se comprobaron 500 infracciones, la mayoría de conductores compatriotas.
No nos sorprende en absoluto. Es lo que hemos sostenido en reiteradas ocasiones. Aquello de que la letra con sangre entra, que sostenían nuestros mayores, seguramente tiene más vigencia que nunca.
Es probable que los conductores del Este, habituados a que en este tramo y sobre todo en estas fechas no hay control de velocidad alguno, exceden la velocidad permitida y otras disposiciones a “piacere”. Obviamente que cuando se registra un accidente no se informa jamás de estos aspectos, pero si esto sucede es porque la autoridad lo permite.
Muchas veces nos hemos quejado en estas columnas de las infracciones que hemos visto a diario en el tramo carretero que une nuestra ciudad con Ternas del Daymán, a veces ante la mirada de los controladores o de quienes tienen por misión controlar, advertir y sancionar las irregularidades y no lo hacen.
No cansaremos a nuestros lectores enumerando las infracciones que vemos a diario en estos tramos, pero no nos cansaremos de publicarlas. Más aun, en próximas entregas publicaremos las fotografías del lugar y la hora en que éstas se producen.
No somos fanáticos de las sanciones. No pedimos que se instale una “industria” de las multas, pero sí que se hagan ver las infracciones y quienes tienen por misión controlar el tránsito que lo controlen y no miren para otro lado.
Cuando se establecen estas disposiciones es el momento de discutirlas, de aportar elementos para llegar a la mejor solución. Luego no queda otra que acatar lo que se establece y todos por igual. Llega el momento en que lamentablemente no hay otra forma de tratar de ordenar el tránsito que aplicando sanciones “duras” a los infractores consuetudinarios,
Es la mejor forma de cuidarnos y cuidar a los demás.
A.R.D.