Admirable esfuerzo de un grupo de hinchas del club Progreso cuyo compromiso social es ejemplarizante
Llovía intensamente, la explanada de la sede del Club Progreso sobre la avenida Gobernador de Viana (ex Ruta 3) se llenó de agua, pero los hacedores siempre están y allí se encontraban los impulsores de una iniciativa solidaria, que hoy más que nunca, dice mucho de la importancia de la solidaridad en los tiempos que corren.
Había alerta naranja, pero era lunes y había que estar igual. La gente no espera y va por su plato de comida caliente, que un grupo de hinchas del club progreso decidieron hacer consiguiendo donaciones con comercios de plaza.
«Lo más difícil de conseguir es la carne, porque es lo más caro», dijo Javier Oses, uno de los organizadores de la olla popular que se hace todos los lunes en la puerta de la sede de Progreso sobre Viana entre Cervantes y Varela, frente a la Escuela Nº99 para más datos.
«Ya tenemos unos 40 kilos de fideos que nos fueron donados por una empresa local y están almacenados, la verdad que se re portaron con nosotros. Y también tenemos verduras y otras cosas que vamos guardando, pero lo de la carne es fundamental, ella (señalando a una de las mujeres fanáticas de la institución que cocina para los jugadores y que a veces consigue lo que sea para colaborar) trajo hasta una pata de vaca y la hicimos, no sabés como quedó», dijeron a EL PUEBLO.
Enseguida ella metió un bocado, mientras dejaba el paraguas para ponerse el tapabocas y ayudar en el momento de servir la comida. «Hay que ayudar, dar una mano. En mi caso sé lo que es pasar por momentos difíciles, mi marido trabaja en el frigorífico, por suerte en casa comida hay, entonces es necesario venir a dar una mano a los demás y cuando puedo traigo o compro yo, pero esto no puede parar y menos ahora», añadió.
Al mismo tiempo, Facundo Mendoza, un profesor de Matemáticas que extraña dar clases, según dijo a este diario, estaba con los pies mojados pero con las ganas intactas para ayudar en la olla.
«Somos un grupo de hinchas del club que queremos agradecer además a la directiva por prestarnos este lugar, nosotros sabemos que no podemos bajar los brazos porque la gente se va contenta de que tiene algo para comer gracias a lo que uno hace con los compañeros, y eso son satisfacciones bien importantes para nosotros, es lo más importante de todo esto, saber que una familia va a tener un plato caliente en la mesa», expresó.
Justo a la hora de la entrega de la comida, amainó la lluvia y los comensales se acercaron de a uno, con sus recipientes prontos. Cuando les servían, agradecían y se iban contentos para sus casas. «Gracias gurises, gracias», les decía una mujer que se llevaba la comida para cuatro niños que la esperaban en casa. Una noche conmovedora.
Quienes quieran colaborar pueden hacerlo a los teléfonos 098 782 212 o al 092 893 124.