Que las grandes naciones han hecho los mayores desarreglos en materia de medio ambiente, no es secreto para nadie.
Que debido a estas explotaciones extremas sin atención alguna a la preservación del recurso, hoy muchas de ellas corren riesgo de quedarse sin alimentos, agua dulce y energía suficientes, tampoco.
Lo que pocos saben es que en virtud de esta situación, estas naciones ricas y poderosas han concebida una nueva forma de “apropiación” de estos bienes que aún subsisten en alguna medida en naciones del denominado tercer mundo.
En primer lugar, lo que ha estado más al alcance, ha sido África, debido a que muchos de estos pueblos y sus gobernantes siguen sumergidos en la mayor ignorancia en cuando a los intereses económicos y a la situación que se vive en el contexto de las naciones desarrolladas.
Precisamente los recursos naturales en estos países se han conservado debido a que no han sido explotados hasta el agotamiento y por lo general la explotación mayor ha sido y sigue siendo por parte de naciones extranjeras, que envían las materias primas a sus centrales, pero no han podido hacerlo hasta el extremo.
En otras palabras, esto se ha logrado a costillas de la pobreza de esos pueblos que siguen en la mayoría de los casos sumidos en necesidades humillantes que atentan contra toda concepción humanitaria.
Aún así algunos de ellos no han escapado a los desarreglos de las multinacionales del primer mundo que han explotado también allí los recursos, como lo hicieron antes en sus propias naciones y por lo tanto, el agua dulce, por ejemplo, hoy escasea, está contaminada o sencillamente ha desaparecido, dejando grandes extensiones desérticas.
Hoy los nefastos intereses, mediante su poderío económico compran grandes extensiones de tierra en naciones que aún no han decidido protegerse. Lo que es peor, se sospecha que en algunos casos han logrado “convencer” a algunos legisladores influyentes para “distraer” la atención de estos temas o “congelar” la situación a efectos de que ellos puedan seguir usufructuando ilegítimamente de los bienes de los pueblos pobres.
Es una manifestación más de la filosofía del “hacé la tuya…”, aunque los demás “revienten, de hambre, sed y pobreza…”
Uruguay no está exento de esta situación, aún cuando sabemos que algunas medidas se han tomado, sobre todo en cuanto a exigencias del cuidado de la tierra, pero resta saber si estas medidas se están aplicando y controlando debidamente.
De por si ya se han tomado tarde, porque según lo que se ha publicado en los últimos meses, es muy alto el grado de extranjerización de la tierra.
Ojalá estemos a tiempo para impedir que alguien se lleve lo que aquí nos ha regalado la naturaleza o lo arruine para siempre.