Por Rodrigo Albernaz, Diputado por Salto de Cabildo Abierto
Por estos días la Navidad nos invade desde todos lados, la televisión, la publicidad, las vidrieras y las calles de todas las partes del mundo se llenan de luces de colores y de árboles con brillos, y todos bailamos la misma música acorde a esta fiesta. La Navidad con su mensaje de fe, esperanza y amor debe servir para unirnos y que renazca entre nosotros un espíritu que renueve el sentido trascendente de nuestras vidas. América que tiene profundas raíces cristianas, y celebramos la Navidad desde hace 500 años con la llegada de los conquistadores y evangelizadores españoles, inspirados por la obra civilizadora de los Reyes Católicos. Compartir las tradiciones en familia y transmitir la importancia de dar y recibir amor, de alimentar el espíritu y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, se convierten en el mejor regalo que podemos ofrecer. Claro que si ponemos la mirada desde lo cotidiano, está lleno de historias de desavenencias familiares, pero muchos deciden perdonar rispideces y deciden juntarse con sus familias y celebrar juntos. Sea como sea, cada familia es un mundo único e irrepetible y por ese motivo las maneras de celebrar también lo son. Lo más importante es que año tras año compartimos tradiciones, festejos y recuerdos juntos, que harán que sea para todos momentos inolvidables. Para muchas personas es un tiempo de cierta tristeza y melancolía de un tiempo que pasó y que se llevó a personas queridas que ya no están. Por supuesto que son sentimientos que respeto. Aunque también tal vez sea el tiempo de recordar que el renacer no es solamente físico, sino como escribía más arriba, la trascendencia en la eternidad que cada año renacer más allá de la finitud de la vida. Y con el tiempo vamos aceptando que los seres queridos que se fueron, nos dejaron vivos para siempre el amor a la vida, la fe en Dios y nos inculcaron valores de honestidad, generosidad, humildad, gratitud, solidaridad y reconciliación. Y no podemos dejar de lado que la Navidad es tiempo de regalar. Insistimos cada año en decir que lo más importante es regalar momentos compartidos, pero también es importante y es lindo recibir regalos materiales que alimentan una ilusión infantil que parecería no se va con la adultez, porque en el fondo nos gusta abrir un paquete de regalo, sin importar el valor del contenido sino la sorpresa al romper el papel.
Quiero destacar especialmente a las personas que trabajan en Nochebuena y Navidad, en hospitales y casas de salud, bomberos, policías, y muchísimos servicios que no pueden parar. Vaya para todos ellos mi gratitud por estar siempre. Y un saludo especial para todas las familias y las personas que están viviendo momentos difíciles, quienes están internados, quienes han tenido que dejar sus casas como tantos vecinos por las inundaciones, quienes están desempleados etc. Navidad es tiempo de aferrarse a la fe y a la esperanza de mejores momentos que vendrán.
Antes de terminar quiero hacer una oración por la paz para tantos pueblos del mundo que viven guerras y profundos conflictos, sumemos esos deseos cada una de las personas y así podremos formar una corriente de amor y tolerancia por las diferencias.
Para finalizar reciban los vecinos de Salto y de todo el país, los mejores deseos de serenidad y esperanza en esta Navidad, que reine el deseo de estar juntos por encima de todo y que sea un momento de disfrute y alegría. Desde mi familia, mi esposa, mis dos hijitos y yo, les deseamos una muy Feliz Navidad.