El proyecto está en conocimiento de los neutrales y delegados de clubes , los que tendrán como fin analizar y eventualmente generar un pronunciamiento. Desde Hugo Collazo y Matías Alsúa, Instructores de Árbitros, se perfila una idea que pretende ser abarcadora, como la de designar veedores en los distintos campos de juegos.
Realizar una evaluación del equipo arbitral, «para así tener informes que puedan ayudar al Colegio a la hora de las designaciones».
Ese parece ser uno de los aspectos más subrayables, que hace al futuro posible, «si es que el objetivo es el mejoramiento de la actividad referil en nuestro medio».
APOYANDO AL COLEGIO
El grupo de veedores será imparcial y tendrá la capacidad de evaluar a los árbitros centrales y los asistentes. Se apunta a un fin: producir un llamado, sobre todo apuntando a ex jueces de fútbol, «que cuentan con la experiencia de trabajar en campos de juego».
El cuerpo de instructores se compromete a apoyar en cuanto el colegio lo solicite y aconsejar de actuaciones de los árbitros y veedores.

EL DEPARTAMENTO FÍSICO
Los promotores del proyecto, acentúan que «cada árbitro es responsable de su físico, siendo esto muy importante y punto central de evaluación. Por lo menos dos prácticas semanales y a la exigencia a ese nivel, con pruebas físicas que deberán ser salvadas».
Es entonces que se produce el tiempo de elaboración y análisis, en que Hugo Collazo y Matías Alsúa, concluyen en la necesidad de la categorización de los árbitros, planteándose tres categorías. «Garantizar y jerarquizar el arbitraje», proclaman los dos Instructores, «con un reconocimiento que sea adquirido por buenos arbitrajes y un buen comportamiento dentro y fuera de los campos de juego».
LA CARA DEL FUTURO
Las tres áreas para los árbitros del futuro, bien delimitadas: los árbitros que representarán a la Liga Salteña en Torneos organizados por OFI, árbitros categoría «A» y categoría «B», en este último caso pudiendo controlar partidos o como asistentes en el Consejo Único Juvenil y en el Fútbol Femenino.
De lo que no hay dudas es que la mesa se va tendiendo. La propuesta no falta. Por lo menos, las bases articuladas y las razones en cada caso. El porqué, a los efectos que la entonación de un más estimulante futuro, sea definitivamente posible-.
