En fechas especiales se realizan grandes operativos a sabiendas que esa noche habrá mucho tránsito, entonces lo que se busca de esta manera es tratar de ordenar a los miles de vehículos que esa noche se desplazarán por la ciudad, tratando así de prevenir accidentes que luego lamentaremos.
Como ya sabemos, nos referimos a la Noche de la Nostalgia, Navidad y Año Nuevo. Ahí todos quienes salen se compartan divinamente. En esta ocasión, de más de mil cien espirometrías realizadas solo una habría dado positivo. Un éxito, podrá decirse. Pero sucede que ya a la siguiente semana, quienes se cuidaron en particular esa noche, y el resto de los 49 fines de semana pareciera que retornasen a la triste normalidad.
¿Por qué no nos portamos de la misma forma todo el año? Pareciera que se tratase de algo psicológico en los conductores, “vamos a cuidarnos esta noche porque nos estarán controlando con un mega operativo”, pero resulta que el resto de los fines de semana también suelen haber operativos en distintos lugares de la ciudad con el mismo propósito, y sin embargo, algo cambia interiormente en los conductores, volviendo a esa conducta errática e inconsciente que a la corta o a la larga terminan derivando en algún accidente.
¿A qué conclusión se llega entonces? ¿En que hay que publicitar que todos los fines de semana se realizarán mega operativos? No debería ser así, tendría que partir de cada uno cuidarse y cuidar a los demás, y sin embargo, seguimos sin dar en la tecla como sociedad.
