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Por: Jorge Pignataro

Morosoli, el creador de «Perico» y tantos mundos más

Es habitual que en enero, desde esta página, se renueve cada año el homenaje a uno de los mejores narradores uruguayos: Juan José Morosoli. Este martes se cumplió un año más de su nacimiento: nació en Minas –Lavalleja- el 19 de enero de 1899.

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Hace un año, dedicábamos enteramente esta página a un cuento suyo, «Soledad», al que consideramos uno de los mejores cuentos de la literatura uruguaya, y hablábamos del autor como «el minuano que rompió fronteras». Morosoli fue un humilde almacenero de aquella pequeña ciudad, de la que seguramente muy pocas veces salió, pero sí lo hizo, con el tiempo, y lo sigue haciendo, su obra, que rompió las fronteras para convertirse en una de las más importantes de la literatura nacional. Hijo de un albañil pobre, las dificultades económicas de la familia hicieron que solo pudiera cursar hasta segundo año de escuela, y después debió trabajar.
La forma en que describe el interior de cada personaje y cómo logra que el lector siempre se conmueva ante esos «pequeños» mundos interiores, es lo que hizo que Mario Benedetti lo llamara «cronista de almas», un nombre insuperable, que le cabe perfecto.
Hay que recordarlo además a Juan José Morosoli como un gran representante del Criollismo en esta parte del mundo, y como un escritor que –junto a «Paco» Espínola y alguno más- iniciaron un importante camino en la evolución de la narrativa uruguaya, rumbo a lo que luego sería una literatura de corte casi netamente psicológico (con Juan Carlos Onetti, por ejemplo).
Morosoli falleció el 29 de diciembre de 1957 en su lugar natal.

OBRAS
-«Balbuceos» (poesía, incluido en «Bajo la misma sombra», junto a Guillermo Cuadri, Valeriano Magri, José María Cajaraville y Julio Casas Araújo, Minas, 1925)
-«Los juegos» (poesía, 1928)
-«Hombres» (cuentos, 1932)
-«Los albañiles de Los Tapes» (Sociedad de Amigos del Libro Rioplatense, cuentos, 1936)
-«Hombres» (cuentos, Editorial Culturamericana, 1942 – segunda edición con modificaciones, 1943)
-«Hombres y mujeres» (cuentos, 1944)
-«Perico» (cuentos 1944)
-«Muchachos» (novela, 1950)
-«Vivientes» (cuentos, 1953)
-«Tierra y tiempo» (1959), póstumo
-«El viaje hacia el mar» (Ediciones de la Banda Oriental, 1962), póstumo
-«La soledad y la creación literaria» (Ediciones de la Banda Oriental, 1971), póstumo
-«Obras completas» (Ediciones de la Banda Oriental, 1999), póstumo

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Vale la pena mirar «El viaje hacia el mar»

Basada en su cuento de igual nombre, pero también con fragmentos de diálogos extraídos de otros cuentos suyos, «El viaje hacia el mar» es una película uruguaya. Data del año 2003 y fue dirigida por Guillermo Casanova. La protagonizaron Hugo Arana, Diego Delgrossi, Julio César Castro (Juceca), Julio Calcagno, Héctor Guido y César Troncoso. Fue nominada en los Premios Goya 2004 a mejor film extranjero de habla hispana y ganadora del Colón de Oro del 29º Festival de Cine Iberoamericano de Huelva.


¿De qué trata –el cuento y la película-?
Ocurre en el verano del año 1963, en un bar de la ciudad de Minas, el sepulturero Quintana (Julio Calcagno), Rataplán (Diego Delgrossi), barrendero y Siete y Tres Diez (Julio César Castro), vendedor de loterías, esperan a Rodríguez (Hugo Arana) que los va a llevar en su camión a ver el mar por primera vez. Los acompañan El Vasco (Héctor Guido) y un Desconocido (César Troncoso) que se une a último momento. A lo largo del viaje los personajes irán revelando su forma de ver el mundo y vivir la vida.

«Perico»

Es la obra por excelencia de las que escribió Jun José Morosoli pensando en un público infantil; libro de cuentos editado en 1944. Acertadas palabras sobre su vigencia escribía Germán Machado hace unos diez años atrás:
«Obras literarias como el Perico de Morosoli encierran, por su riqueza y fortaleza poética, una dimensión de pasado y futuro siempre a la mano de cualquier presente. Pienso que saber recoger la fuerza literaria de obras como esta, e intentar liberarla en una actividad de escritura y lectura que sea formativa, conmovedora y entretenida es el desafío para la literatura infantil y juvenil actual y, quizás, fue y será el desafío para la literatura de todos los tiempos. Claro que para ello serán necesarias muchas mediaciones, combinaciones y mezclas diversas en el proceso de lectura: desde el diseño del libro a ser re-editado hasta la puesta del libro en un contexto histórico y literario determinado por parte de quien vaya a promover su lectura, amén de tener al alcance un buen glosario de vocablos poco usados. Y también será necesario dejar de prestar tanta atención a la inmediatez del «diver-timen-tómetro» (algo que hoy día rige mucho mejor la televisión o los video-juegos que la lectura) y al tin-tin de la caja registradora (algo que en la actualidad depende de tendencias comerciales extra-literarias y crisis venidas o por venir).


Seguramente, abordar la tarea de acercar libros como este a las nuevas generaciones pueda ser también un modo de abrir puertas a nuevas apuestas literarias: apuestas que sostengan la diversidad y la riqueza del conjunto de libros que el niño pueda elegir de forma autónoma y degustar a su manera. Y viceversa: libros actuales, en la verticalidad de su poesía, pueden fomentar la lectura de clásicos como este».
(Por: Germán Machado, extraído del sitio Garabatos y Ringorrangos).

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