Por Dr. Adrián Báez
Estimados lectores. La Ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, al participar de reuniones con diferentes representantes de la comunidad del Departamento de Cerro Largo, previas al Consejo de Ministros que se reunirá en el día de hoy en la ciudad de Melo, manifestó que: «La construcción de liceos es una necesidad en todo el país, porque el Gobierno apuesta en la universalización de la enseñanza media». Al mismo tiempo, respecto a la situación edilicia de los liceos, la Ministra señaló que es clara la necesidad de nuevos locales, cuando se observa que hay más de 2.200 escuelas y los liceos no llegan a 400. Asimismo, la jerarca en reunión con el sindicato docente de dicho Departamento, les manifestó las aspiraciones del Gobierno de que los grupos sean más chicos, que los profesores perciban «un salario digno» y la idea de llegar al 6 % del Producto Interno Bruto (PIB) para la educación. Finalmente, la titular de la cartera de Educación expresó que ya tienen fechas previstas para la construcción de nuevos liceos, otros se encuentran en llamados para Participación Público Privada (PPP) y que todos los previstos se finalizarían antes de 2020.
Una vez más los anuncios son rimbombantes y similares a los que hemos escuchado a lo largo y ancho del país, cada vez que el Presidente y sus Ministros, recorren el interior, promocionando vaya uno a saber qué, cuando pasa el tiempo y tanto los reclamos efectuados por el “pueblo”, al que dicen escuchar en esas instancias, quedan en la nada, ahondándose las problemáticas y quedando la mayoría en el olvido, razón por la cual varios sectores productivos y comerciales del lugar, adelantaron que no concurrirán y no solicitaron reuniones con los Ministros de sus respectivas áreas, en señal de protesta.
Por supuesto que estamos a favor y damos la bienvenida a toda obra que permita avanzar en un alicaído panorama edilicio, por aquello de que más vale tarde que nunca; sucede que, simplemente, nos parece harto complicado que se lleven a cabo, sea por medios públicos o asociándose con lo privado, pues si no se ejecutaron en plena etapa de bonanza y despegue económico, hoy en día, que vemos como el Estado se viene apretando sistemáticamente el cinturón, tras una década de despilfarro, nos aparece la legítima duda y con ella el pesimismo, que ojalá, sea desautorizado con hechos y concreciones.
El Gobierno intenta por medio de la realización del Consejo de Ministro fuera de la capital, vender la imagen de que está cerca del ciudadano; no estamos en contra de la idea, que nos parece buena para que el que detenta el poder se de un baño de realidad; pero nos parece una tomada de pelo y una subestimación de la inteligencia de los compatriotas, que se desplieguen recursos para hacerlo y se haga una puesta en escena que, no busca otro cometido que el proselitista, en vez del lógico y mucho más leal de saber fidedignamente las carencias existentes, para actuar en consecuencia.
Dicha metodología la hemos visto en varios países latinoamericanos donde los gobernantes arengan al pueblo sobre las virtudes sacramentales del “progresismo”, achacándole culpas de sus inoperancias e incapacidades a la oposición de cada país y al fabuloso complot internacional para combatirlos.
No he visto, nobleza obliga aclarar, semejante desfachatez en los Consejos de Ministros en Uruguay; lo que no quita que se haga un evidente uso y muchas veces abuso de un populismo triste y de pequeñez intelectual a la uruguaya, que más que construir o sostener una buena imagen del quehacer político, lo denigra y envilece, en momentos en que dicho espectro necesita credibilidad ante la opinión pública.
No decimos que no se haya cumplido alguna que otra promesa; lo que sostenemos, sin temor a equivocarnos, es que así como el Sr. Presidente, tan suelto de cuerpo, afirmó ante una desolada Dolores, que el empeño de su gobierno la había dejado en mejores condiciones de las que se encontraba antes del tornado, siendo que aún muchos no han encontrado una solución habitacional y su liceo continúa a la intemperie; de la misma forma, el Primer Mandatario se hace trampa al solitario –a sabiendas o no-, y nos la hace a todos los uruguayos, al creer que con su hablar pausado y con tono de docente erudito, continúa convenciéndonos de que ha hecho algo fructífero por Uruguay, que lo sobreviva y eleve a la condición de Estadista.
Cuando habla, la embarra; y cuando envía a sus pésimos emisarios como la célebre Ministra todo terreno, más aún.
Ergo, nos preguntamos: ¿sirve de algo el Consejo de Ministros itinerante?
