Entre el 27 y el 29 de noviembre, en Chile, se realizó el cierre del proyecto “Cooperación Sur-Sur: Transformación digital e innovación en la agricultura”.
Esta iniciativa, promovida por la FAO y la República Popular China, se enfocó en fortalecer la digitalización en 12 países de América Latina y el Caribe, promoviendo el desarrollo inclusivo en comunidades rurales. En Uruguay, el proyecto piloto «Ecosistema Digital Territorial» fue un ejemplo destacado, implementado con éxito en el departamento de Salto.
Nuevamente Marita González, productora rural de Paso del Tapado, fue protagonista del programa y el evento de cierre y compartió con EL PUEBLO , cómo esta iniciativa transformó su comunidad, destacando las oportunidades generadas y el impacto en la calidad de vida de los habitantes rurales.


“Recibimos apoyo económico de FAO para acondicionar las sedes comunitarias con herramientas como una computadora, impresora, micrófono, parlante y un teléfono. Además, ANTEL proporcionó acceso a internet por dos años, asegurando la conectividad inicial”, explicó.
El impacto va más allá de lo material. La conectividad y los equipos tecnológicos han permitido a los habitantes rurales realizar trámites digitales, como gestiones en el Ministerio de Ganadería, tributos municipales y consultas con el Banco de Previsión Social (BPS). “Esto acorta las distancias entre el campo y la ciudad, facilitando el acceso a servicios esenciales”, destacó.
Capacitación y empoderamiento femenino
Un aspecto clave del proyecto fue la capacitación de mujeres rurales en herramientas digitales. «Gracias al Plan Nacional de Políticas Agropecuarias, varias mujeres de nuestra comunidad recibieron tablets y formación para utilizarlas en trámites y actividades productivas». Este empoderamiento digital no solo mejora la autonomía de las mujeres.
Telemedicina como puente hacia la salud en zonas rurales
El proyecto también abrió la puerta para implementar telemedicina en la zona. “Estamos en diálogo con el Centro Médico de Salto y con ASSE para establecer servicios de salud a distancia, como consultas con especialistas y apoyo en salud mental”, indicó Marita. Este sistema busca facilitar el acceso a atención médica para quienes enfrentan dificultades debido a la lejanía o la falta de transporte.
Aunque todavía está en etapa de estudio, Marita destacó que la telemedicina puede instalarse en nodos comunitarios, como policlínicas locales, donde se centralicen las historias clínicas y se conecte a los pacientes con médicos especialistas.
Educación y acceso intergeneracional a la tecnología
El acceso a internet y el equipamiento también han sido un recurso valioso para la educación en la comunidad. “Esto complementa la biblioteca local, brinda acceso a noticias e información y promueve el aprendizaje entre generaciones”, comentó. Niños y jóvenes tienen la posibilidad de utilizar herramientas digitales para sus estudios, mientras que los adultos mayores reciben apoyo para adaptarse al mundo digital.
Uno de los desafíos señalados por Marita es la sostenibilidad del proyecto una vez finalizado el apoyo inicial. “Será clave el compromiso de las organizaciones locales y el respaldo de las políticas públicas para garantizar la continuidad del ecosistema digital”, expresó. Este aspecto fue destacado también por representantes del gobierno chino, quienes enfatizaron la importancia de la articulación entre comunidades y autoridades para mantener los beneficios alcanzados.
Una experiencia enriquecedora a nivel regional
Como representante de Uruguay, Marita participó en el evento de cierre del proyecto en Chile, donde tuvo la oportunidad de compartir experiencias con otros países de la región. “Encontrarte con personas que enfrentan los mismos desafíos y celebran logros similares fue muy gratificante. Se generó una red de contactos que promete intercambios futuros y aprendizaje mutuo”, relató. “Este proyecto nos ha permitido soñar con un futuro más conectado y lleno de oportunidades para nuestras familias y comunidades”, finalizó.