Entre sidras, turrones y pan dulces
Dicen que en el Uruguay la Navidad se festeja a lo grande, y en este festejo no pueden faltar los mejores platos, esos que se han impuesto a puro sabor.

Y esta es una verdad a media, porque el uruguayo, en su mayoría, se adapta al bolsillo,aunque es muy cierto, que lo hace con un mayor presupuesto en Navidad que el que utiliza en la celebración del Año Nuevo.
El menú de Navidad es variado, son platos tradicionales, que se repiten año a año, de acuerdo a lo que la familia ha recibido de legado y las nuevas generaciones desean comer.
Se ha dicho por ahí que: «En Navidad, la preparación de los platos se reparte entre los familiares, para hacer de la mesa un festín. Entre las propuestas, no pueden faltar la picada, el lechón o carne asada a la parrilla, el pionono, la ensalada rusa, la lengua a la vinagreta, los huevos rellenos, y la sobremesa de postres surtidos».
Sigue siendo una tradición que en la casa de un familiar, quizás de la que sea más amplia, la de mayores comodidades,o la que se encuentre equidistante del resto de la familia, es donde se espera la Navidad.
El dueño de casa, en la ocasión, decora la misma, pero siempre hay una tía, una cuñada, una sobrina, que da una mano, y deja su impronta. Los más jóvenes irrumpen con bebidas que antes la familia no consumía, como el fernet, el vodka, el whisky, las cervezas extranjeras y las artesanales. Los veteranos siguen fieles a las cervezas nacionales, a los vinos, a sidras y champagne.
De acuerdo al orden de llegada en una mesa larga, los invitados y dueños de casa van poniendo toda la gama de comida y las charlas suelen ser bulliciosas y distendidas. La comida comienza a circular y cada uno empieza a servirse sus platos favoritos.
COMIDAS FRÍAS, PERO SI ESTÁ CALIENTE, IGUAL
Se tiene en cuenta que durante la Navidad, habitualmente las temperaturas son muy elevadas, por lo que la comida que se sirve es fría, pero, como, muchas veces el plato principal es carne asada, de vaca, cordero o lechón, apenas queda pronto, se pasa a comer,
Como suele decirse, bien lubricado el menú, sobre la medianoche se pasa de a los postres que van desde la ensalada de frutas, a los budines, el helado, frutos secos y turrones.
CUANDO SE ELIGE EL LECHÓN
Es palabra mayor, hacerlo a fuego lento y desde temprano, no basta tirar la carne sobre la parrilla como suele hacerse con el asado de tira, los chorizos o el pollo a las brasas. Para el lechón, lo mismo que para el cordero, hay una técnica, de llevarlo con pocas brasas, pero que tampoco le falte y en esa paciencia del asador, para no quemarlo, no arrebatarlo, bien sazonado, está la fuente de los elogios de los comensales y el infaltable, “un aplauso para el asador. Es de buen asador acompañar el proceso, con una bebida que le calme la sed, cerveza, vino o whisky, y el sonido de temas musicales a gusto del consumidor.
LENGUA A LA VINAGRETA
No falta la hacendosa tía que todos los años aporta la lengua a la vinagreta, para ir haciendo base, para que la bebida nos nos agarre con el estómago vacío. Todos reconocen la mano de quien la hizo, ese sabroso aporte, tierno, y con ese sabor tan particular que se queda largo rato en el paladar.
Se sirve en rodajas, y la vinagreta se prepara utilizando huevo duro, aceite de oliva, perejil y vinagre, generalmente.
NO HAY NAVIDAD SIN ENSALADA RUSA
Papas y zanahorias hervidas, arvejas, mayonesa, conforman la tradicional ensalada rusa. Un que se expandió rápidamente en la región con la llegada de los europeos.
Están también los huevos rellenos se hacen con la yema cocida del huevo, mayonesa y kétchup. Una vez rellenados, se les da un toque de decoración con perejil picadito, y otros aderezos de ocasión.
QUE NUNCA FALTE LA PICADA
En estos tiempo hay que decir que la picada es la columna vertebral de la Navidad. Fiambres a discreción cortados en cubos o fetas, papas fritas (de paquete), aceitunas, mayonesa, queso cortado en cubos o tiras, maní y aluna torta de fiambre cortada en pequeños trozos.
El pionono salado irrumpe en medio de la fiesta y resiste hasta la última rodaja. El pionono, de origen italiano se hace con la masa del bizcochuelo, y suele rellenarse con jamón, queso, tomate, atún, lechuga y mayonesa, o solo con atún y mayonesa.
Cumplidas estas etapas quedamos prontos para el plato principal, desde la parrilla al plato y después viene el tiempo de los postres, los fuegos artificiales, que piden que no se tiren ,pero, desobediencia debida, de la casa o de los vecinos, en medio del barullo el saludo y el brindis con la sidra bien fría o el champagne.
Los frutos secos son otros de los toques en la mesa de postres. Almendras, nueces, pasas de uvas, en muchísimos casos bañados en chocolate, son perfectos para esas charlas de sobremesa, donde se sigue tomando después de haber saludo y deseado una feliz Navidad a los presentes y a los que vienen a saludar y siguen.Las mejores reflexiones, augurios y deseos surgen en esos momentos.