Por. Máximo San Martín
Asesor de Imagen Personal y Corporativo
La moda tiene sus propios ajustes y sus propios conceptos de armonía y de belleza. A veces es muy dura con las personas, incontrolable e inentendible también. A veces no comprendemos por qué se vuelve tendencia alrededor del mundo algo que jamás usaríamos y ahí está ya en las calles como si de un virus se tratara y se va propagando sin demasiados cuestionamientos excepto para quienes estamos más inmersos dentro de este mundo. Por eso es que siempre recomiendo no seguirlas demasiado. Darles una mirada si es algo que te apasiona, como a mí, pero lo más importante es escucharte a ti mismo. Pensar en tus características personales, conocerte. Conocer tus relaciones y objetivos y a partir de allí desarrollar el Estilo que se adapte más a ti y que no te convierta en alguien que no eres. La fidelidad es, en todos los aspectos de la vida, incluso en el de la indumentaria, siempre lo más importante.
Ahora bien, en algunas épocas la costumbre era seguir estrictamente los modelos de indumentaria que esa época proponía y observar un único estilo era moneda corriente. A lo sumo dos, entre quienes podían pagarlo y quiénes no. Pero incluso quienes no podían siempre aspiraban a vestirse como los demás ya que eso de alguna forma los hacía sentir mejores. Lo que vemos en la actualidad es que los estilos son fácilmente misturados, combinados e interpretados. Incluso cualquier manifestación de individualidad es bienvenida. Esto resulta muy interesante, puesto que la sociedad permite que se erijan personajes únicos e irrepetibles. Completamente originales que logran poblar sus redes sociales y los canales de Internet con sus cientos de miles de seguidores. Esto es algo que solo la actualidad ha podido conseguir y que particularmente a mí me parece algo magnífico.
De todas formas no importa jamás lo que la Moda nos diga o dicte; nadie puede abolir las leyes de la Armonía. De forma consciente las personas son atraídas por lo bello (más allá de que el concepto de belleza pueda ser distinto de acuerdo a la cultura, en cada sociedad existen cánones nos guste o no), por lo que agrada a los ojos, a lo visual, al cuerpo y al alma.
Debo decir que las reglas de la Armonía son las mismas para todos los tipos de arte: pintura, arquitectura, música, poesía y claro está, para el arte de vestirse con destreza. Aquí, vemos que la ropa llega con un lindo tejido, un look interesante y zapatos inusitados, por qué no. En el caso de la indumentaria, el trabajo del Asesor de Imagen y estilo, consiste en configurar, como si de una sinfonía se tratara, las prendas de tu guardarropas, finamente seleccionadas y combinadas estéticamente, de manera de poder componer diferentes looks, pensados para una persona específica. De esta manera, hay que poner en consideración el tipo de figura, sus características faciales, su estilo de vida, los trazos de su carácter, las preferencias individuales, así como el mensaje que se pretende comunicar a través de la imagen creada.
De todas formas , estas características pueden ser aprendidas con un conocimiento adecuado de ti mismo, con disciplina, con observación de la sociedad que te rodea y claro está con estudio. Siempre estudio.
Por eso, se dice que una imagen de éxito es construida siempre por quienes tienen la capacidad de hablar el lenguaje de la ropa al punto tal de ser escuchado y comprendido por ella.
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