El periodista que pretende con sus libros “poner en valor el notable legado de hombres y mujeres, que sin haber sido benefactores de la humanidad, son héroes que toda familia tiene”
Ricardo Javier Cattani Barcia es periodista. “Soy nacido y criado en Paysandú; mi padre es nacido en Salto. Los Cattani, al menos mi rama son de la zona de Corralitos, Las Guayacas, San Mauricio, Costas del Dayman y El Chircal…Es la referencia que tengo luego de hacer un estudio de relevamiento en el territorio, cuando me encontraba iniciando el armado de mi árbol genealógico de la rama paterna”, comenta al conversar con EL PUEBLO. Y así prosigue el diálogo para este Al Dorso de hoy:
1- De Paysandú, pero ubicanos mejor de dónde en tus orígenes….


Soy la cuarta generación de familia en el mismo barrio. Un lugar maravilloso, conocido con el nombre de «barrio Plaza Francisco Acuña de Figueroa”. Barrio al que le dediqué un libro, publicado en 2023. Primaria cursé en la Escuela N° 6 “República del Paraguay”, a tres cuadras de casa; y Secundaria en el Liceo Departamental N° 1. Mis recuerdos de infancia están impregnados con mucho entretenimiento al aire libre, en lugares que fueron el epicentro del barrio. El estadio abierto municipal de básquetbol. Una suerte de escenario multipropósito, en el que recuerdo aquellos extraordinarios campeonatos del litoral y nacionales de básquetbol, con memorables finales entre Salto y Paysandú. No lo recuerdo, porque era un niño en brazos, pero en una de aquellas finales, mi padre me hizo sacar una foto en los brazos del enorme Chumbo Arrestia. No sé que se hizo ese registro. Ese lugar era nuestro potrero. Otro epicentro era la plaza, con mucho cine al aire libre. La empresa Manisse hermanos montaba una pantalla y con un motor generador pasaba películas. En los carnavales, los tablados concentraban la atención; tablados hechos por las comisiones del barrio y de acuerdo a quien le tocaba su armado, era el lugar donde se levantaba el escenario. Un barrio con mucho deporte. No alcancé a conocerlos a todos, pero según cuentan los mayores, en cuatro manzanas a la redonda existieron 11 equipos de básquetbol. Creo que es ciertamente una parte de la historia deportiva de la ciudad que no registra antecedentes en otros lugares. Montevideo, Tabaré, Juventus, Esparta, Touring, Real, Olimpia, Rodó, Peñarol, Deportivo Militar y Racing.
2- ¿Jugaste básquetbol también?
A los 5 años, por una invitación del entrenador Jorge Cabrera Rosas, del club Touring, equipo que entrenaba en la cancha del estadio abierto, porque la cancha del club estaba en reparación, comencé con la práctica de básquetbol. Jugué hasta cumplir la mayoría de edad. Creo que fue el disparador para transformarme en relator deportivo.
3-Vamos entrando en el periodismo, ¿Cómo surge en vos?
Mi vínculo con el periodismo comenzó a muy temprana edad. Primero como espectador de lujo, frente a una vieja radio a válvulas, que reposaba dentro de un antiguo gabinete de madera, apoyado sobre una heladera; de aquellas con su interior forrado en chapa galvanizada. Una suerte de conservadora en la que se depositaban las barras de hielo, envueltas en arpillera para su conservación. Después, la tecnología cambió y los equipos para refrigerar alimentos mejoraron. En aquella vieja radio escuchaba los rotativos del aire, los radioteatros de la noche y aquellas maratónicas transmisiones deportivas. Tengo presente que mis pasatiempos predilectos se concentraban en escuchar mucha radio. Mientras mis amigos pasaban pateando una pelota durante todo un domingo, yo jugaba a ser uno de los de la radio. Creo haber sido un espectador de lujo, sentado en platea preferencial. Un cierto día y tal vez, cansado de escuchar a su hijo hablando solo a viva voz por los rincones de la casa, relatando partidos inventados, en los que curiosamente siempre ganaba el club Nacional de fútbol; mi padre habló con un amigo que era relator de fútbol en una de las radios locales, en tiempos en los que en la ciudad solo había medios de amplitud modulada. Recuerdo que una tarde, de caliente enero, golpean a la casa y cuando atiendo, aparece la imagen de un hombre de espesos bigotes y de pronunciadas entradas en su cabeza. Era Néstor Gerardo Vanzini, quien junto a Luis Enrique Langone, fallecido hace poco, son mis padres intelectuales. Su visita fue para invitarme a conocer el maravilloso universo de la radiodifusión. Pero, de aquellos juegos infantiles, a comenzar a trabajar en radio, había mucha distancia aún; pues apenas tenía 12 años de edad.
4-¿Cómo seguiste después?
Este año cumplo 40 años de actividad profesional. Mi carrera comenzó en 1984, formando parte del equipo periodístico de la Panorámica Deportiva en CW 35 Radio Paysandú. Allí estuve 17 años como productor, conductor de programas, en transmisiones de fútbol y relatando básquetbol. Mi experiencia incluye campeonatos locales, torneos de la OBL, campeonatos nacionales, liga uruguaya, incluido el premundial de básquetbol clasificatorio a Grecia 1998. Luego vino la televisión, como notero de exteriores, conductor de programas periodísticos y presentador de noticias en el informativo central en el «prime time» de la noche en Canal 3, hoy TVRio. Como consecuencia de lo anterior, durante cuatro años tuve a cargo la Sección Interior en la redacción de Diario El Telégrafo; donde todos los viernes publicaba dos páginas sobre historias del interior rural profundo del departamento de Paysandú, recorriendo aldeas, parajes, colonias, villas y pueblos.
5-Justamente, se te identifica mucho como periodista que rescata el interior profundo de Uruguay…
Esa experiencia me valió la publicación de varios libros temáticos, la producción de contenidos audiovisuales para la televisión pública de Uruguay y la posibilidad de generar junto a Sergio Hornos una maravillosa recorrida por el interior rural de Paysandú, Salto, Artigas, Río Negro, Soriano, Colonia y Tacuarembó. Hasta que en 2016, creamos junto a Hornos y Leonardo Muraña el portal web Uruguay Documental, que hoy tiene fuerte presencia en las redes sociales electrónicas de Youtube, facebook e Instagram. También mi recorrido profesional en la comunicación incluye: corresponsalías para radio Carve, Sport 890, Telenoche Canal 4 y Televisión Nacional de Uruguay. Además, tuve pasajes en CX 142 Radio Felicidad, CW 154 Radio Charrúa, Más FM 101.3, La Otra FM 104.5, Latina FM 95.3 y Efusiva Televisión.
6- Hablemos ahora del Ricardo escritor…
Mi recorrido como escritor incluye por autopublicación: El otro Vecino – 2009; La Ventana Interior – 2011; Giacomo, Retorno sin Regreso – 2020; Donde Late la Tierra – 2021; Giovanni, el Zapatero de Basilicata – 2022; Huellas de Identidad, barrio Plaza Acuña – 2023 y el recientemente publicado Llamado Ancestral, una historia de familia – 2024. Además, en 2013, invitado especialmente, participé en la generación de las entrevistas y de la producción fotográfica de Chapicuy, siete décadas de Esperanza; en 2015 formé parte junto al profesor Victor Pizzichillo de la coproducción Lo Contó el abuelo, 100 años de Colonia 19 de Abril; en 2017 realicé algunas de las entrevistas del libro Huelga General de 1973; en 2019 coproduje junto a Pizzichillo Un Italiano en la Familia, de los Apeninos a Paysandú; obra que presentamos en Matera – provincia de Potenza, región Basilicata. Mientras que en 2023 formé parte del proyecto literario Los Pasos que el Tiempo Olvidó, de Selva Iglesias. Es decir de un total de 12 publicaciones, 7 han sido en solitario y por autopublicación.
7-¿Cómo se da en esa carrera, la inclinación por estudiar tu genealogía?
Tengo que tomar como punto de partida el año 2014, cuando me encontraba haciendo las gestiones para obtener mi ciudadanía legal italiana. Allí despertó el verdadero interés por saber quiénes fueron los primeros en llegar a estás tierras y confieso que se abrió una puerta, que una vez abierta, ya no hubo marcha atrás. Se transformó en una suerte de peregrinación hacia un pasado de familia extraordinario. Cierta vez, escuché declaraciones de un diplomático italiano, que dijo que obtener la documentación para la ciudadanía italiana no era como completar un formulario para ingresar a un club deportivo y que el pasaporte no era un carnet con pase libre a un partido de fútbol. Eso prendió tanto en mí, que entendí que tenía que hacer algo a los efectos, por lo pronto, de honrar aquel pasado italiano que ayudó definitivamente a moldear la identidad de Uruguay. Escribir libros de familia, visitar aldeas y parajes perdidos de la campiña italiana, donde existe referencia de aquel extraordinario pasado ha resultado una experiencia maravillosa.
8-¿Qué libros surgieron entonces?
Libros en los que intento poner en valor el notable legado de hombres y mujeres, que sin haber sido benefactores de la humanidad, son esos héroes que toda familia tiene puertas hacia adentro de un hogar. De esas investigaciones y de esos viajes surgieron tres libros: Giacomo, Retorno sin Regreso; Giovanni, el Zapatero de Basilicata y Llamado Ancestral, una Historia de Familia. Este último, una suerte de manual de búsquedas, que voy a presentar el sábado 16 de noviembre en la Casa Diocesana a partir de la hora 20:00. Actividad abierta para todo público.
9-Dijiste que tu papá nació en Salto, contanos más de ese vínculo con nuestro departamento…
Recuerdo por ejemplo cuando mi abuela Alejandrina, madre de mi padre, nos visitaba, al mediodía me hacía sintonizar CW 31 Radio Salto. Escuchaba el informativo, los anuncios fúnebres y los que por viaje se iban de la ciudad o regresaban. Un cierto día y con los años volví a sintonizar esa emisora y para mi sorpresa la cortina musical era la misma. Me sorprendía sobremanera una recaudación que hacían para el banco de estreptomicina. Recuerdo que le decía a mi abuela, por qué en Salto había un banco de estreptomicina.
Tengo los mejores recuerdos de mis abuelos paternos, a lo maternos no lo conocí. Abuelo Santiago también nos visitaba. No alcanzaba a pisar el umbral del zaguán que ya estaba diciendo cuánto extrañaba su casa. Me maravillaba verlo armar su cigarro con tabaco negro. Demoraba más en picar el tabaco y sobar la chala, que en fumarlo.
10-Como buen cronista que sos, contanos la anécdota que quieras, de la época que quieras…
Las vacaciones de verano en la colonia San Mauricio son el recuerdo más vívido que conservo. Visitar la casa de mis primos Alejandra y Pablo y de mis tíos – padrinos Santiago y Delia, era lo mejor que me podía pasar en las vacaciones largas. Cada vez que Ricardito abría la tranquera de entrada, los perros pedían asilo político en chacras vecinas, las vacas escondían la leche, las gallinas dejaban de poner huevos y los gatos se tomaban el primer tiraje que cruzaba frente a la puerta de entrada, con rumbo a la ciudad. Siempre me quedó la duda, si ese comportamiento era natural para los animales durante esa época del año, o sus conductas tenían relación directa con el visitante de turno.