Como el pastor mentiroso
La anterior es una conocida frase que con frecuencia se atribuye al nazi Joseph Goebbels, y tiene que ver con lo que algunos psicólogos llaman “el efecto de la ilusión de verdad”.
Pero también, seguramente muchos lectores han de acordarse del cuento del Pastor Mentiroso. Si no, basta con entrar en internet y leerlo, o leer (es lo primero que aparece) esta reseña:
El pastor mentiroso es una fula atribuida a Esopo, con una moraleja que advierte contra la mentira y el abuso de confianza… Un joven pastor cuidaba de su rebaño de ovejas en las cercanías de un pequeño pueblo. Un día se le ocurrió hacer una broma a los habitantes del lugar, así que acudió al sitio alarmado gritando que se había encontrado con un lobo, y que sus ovejas corrían peligro. Esto preocupó a todos los habitantes, que se dispusieron a ayudarlo. Corriendo, lo siguieron hasta el lugar en donde había avistado al supuesto lobo, pero se encontraron que solo era una broma. Tiempo después el pastor se halló con un verdadero lobo que lo amenazó con sus feroces fauces. Aterrado, acudió al mismo pueblo buscando ayuda, pero esta vez los habitantes creyeron que era otra de sus bromas, y no salieron a ayudarle. El lobo devoró las ovejas y se llevó algunas, dejando al pastor aterrado y arrepentido de haber bromeado con algo tan alarmante”.
Pues lo mismo ocurre con muchos políticos, o gente que pretende “hacer política”. Dicen tantas cosas, arman tantos cuentos y relatos, en algunos casos que ellos mismos llegan a creérselos (y a veces subestiman tanto al pueblo con esos relatos tontos, como si la gente no razonara), que de vez en cuando dicen cosas verdaderas, interesantes e importantes, pero ya no son creíbles. Es una pena, realmente.
Esto por supuesto que viene desde tiempos inmemoriales. Alguna vez en Uruguay se dijo que si ganaba el Frente Amplio iban a secuestrar los niños uruguayos y llevárselos a Cuba o a Rusia; alguna vez se dijo que como en el Frente Amplio están el Socialismo y el Comunismo, si llegaba este partido al poder ya nadie iba a tener nada propio sino que todo iba a ser de la sociedad, de la comunidad… ¡Tantos y tantos disparates…! Y del otro lado también…¿Se acuerda el relato de que los niños comían pasto de tan malo que era el gobierno de Jorge Batlle? Pero no vayamos tan atrás en el tiempo: ahora con el referéndum del 27 de marzo, se llegó a decir que si ganaba el No se iba a privatizar la Educación, o que ya no habría educación preescolar, por ejemplo. Es una lástima, en verdad que sí.
Pero resulta que ahora apareció otro relato, totalmente falso: ahora hay quienes están “dando manija” con que es tan malo este Gobierno Nacional que hubo que empezar a venderse comestibles fraccionados. Seamos sinceros: desde que nos conocemos hay venta de productos fraccionados, en los almacenes de barrio sobre todo. ¿Por qué? Lamentablemente, porque hay quienes no pueden comprar un quilo de yerba (por dar un ejemplo) y entonces el almacenero le vende un cuarto quilo, o incluso una cebadura de yerba suelta. ¿Está bien que eso sea así? Y no, claro que no, o sea: lo que todos quisiéramos es que todos pudiéramos comprar cómodamente un quilo (o la cantidad que quisiéramos) de yerba, de arroz, de fideo…Pero no es de ahora que hay gente que lamentablemente no puede hacerlo porque no le alcanza el dinero, no se empezó a vender fraccionado desde marzo de 2020 cuando asumió este Gobierno… No está bien que deformemos las cosas, el pastor mentiroso ya nos enseñó que eso no es bueno. Porque al final de cuentas, ¿cualquier cosa viene bien para “subierse al carro” y para “dar manija” en contraa de un gobierno que, en definitiva y guste o no, los uruguayos eligieron por mayoría? No debería ser así. Hablemos sí de que se ha perdido poder adquisitivo, porque es cierto e irrefutable; hablemos sí de que el aumento que se viene ahora (2% y 3% para empleados públicos y para jubilados y pensionistas) no compensa ni por asomo la diferencia entre lo que ganamos y lo que nos cuesta ir a hacer las compras, eso sí. Pero este nuevo relato de que “un gobierno hambreador lleva a que se vendan las cosas fraccionadas porque de otra manera el pueblo no puede comer”, eso no.
Antes se envolvía el fideo en papel de estraza, y el arroz, la yerba y tantos productos más… Insistimos, no es que porque siempre fue así esté bien, pero digamos las cosas completas. La necesidad de comprar así porque no alcanza la plata no empezó en marzo de 2020. ¿Se acuerda cuando allá por 2012 o 2013 se disparó de manera impresionante el precio de la yerba? Y no estaba este gobierno. Ni siquiera un gobierno de un partido fundacional estaba, el gobierno era del Frente Amplio y el presidente era José Mujica. Una vez un almacenero nos decía que ese fue el momento en que más yerba suelta vendió. Y entonces preguntamos : en los 15 años de gobierno frenteamplista, ¿no hubo necesidad de miles de uruguayos de comprar fraccionado porque no les daba para comprar el quilo entero? Claro que los hubo. Es decir, seguimos con el mismo problema, problema del que habitualmente hablamos en estas columnas, porque hay que hablarlo, está bien y es natural que se hable, pero sin fanatismos y sin relatos falsos.
Cuando usted compra carne (picada por ejemplo), ¿acaso no está comprando fraccionado? ¿Y cuando compra fiambre, o queso, o dulce…? ¿Y los que compran vino suelto? Evidentemente que sí.
Porque sucede que hay gente que se olvida, o quiere olvidarse, que antes de marzo de 2020, sin pandemia alguna, sin guerra alguna que disparara los precios, había 160.000 uruguayos desempleados, había más de 1.000 personas durmiendo a la intemperie y había 400 mil trabajadores informales. No lo decimos nosotros, están los datos para quien quiera revisralos.
La gente no es tonta. El que piense que la gente es tonta y le siga dando relatos falsos, seguirá perdiendo credibilidad… y seguirá perdiendo plebiscitos, referéndums… y elecciones también.
Contratapa por Jorge Pignataro