Lo ignoramos que podemos pecar de apresurados al opinar sobre el tema, pero entendemos que la importancia del mismo justifica que se obre con toda premura para tratar de desentrañar este enigma.
El hallazgo nada menos que de 700 armas de grueso calibre, consistente en un verdadero arsenal, con miles de municiones y el “bunker” que tenía el principal responsable de este arsenal, el que resistió la acción policial hasta morir, nos debe dar cabal idea de la importancia de este tema.
Prueba de ello, es también el hecho de que el involucrado no tuvo el menor escrúpulo en asesinar alevosamente a un joven policía, padre de dos niños, cuyo único error, quizás si lo tuvo, fue confiar en el dueño de las armas, que en principio nadie creía que pudiera ser un criminal.
No menos grave es el hecho de que según se afirma, al menos cinco de estas armas pertenecerían al Ejército Uruguayo.
¿Cómo fueron a parar estar armas de guerra a manos de un supuesto traficante?. ¿Quién o quiénes fueron los probables vendedores, o proveedores al menos?. ¿Cómo entraron al país las armas que seguramente en buena medida provenían del extranjero?. ¿Cuál era su destino?. ¿Por qué el involucrado, a quien el juez reclamó que se lo capturase vivo, recibió por lo menos diez impactos de bala?.
Son muchas las interrogantes que subsisten en este sentido. ¿Por qué tenía el principal responsable, un verdadero “bunker” de los que se utilizan a nivel internacional para defensa de personas muy importantes o de los narcotraficantes con mayor número de enemigos?.
Por Justicia – en primer lugar – para que la vida de este joven policía no haya sido una pérdida vana.
Por el prestigio del país –luego – que no puede dar elementos para ser considerado un país “bisagra” en el mundo del lavado de dinero y el tráfico tanto de armas, como de oro, drogas y demás.
Es demasiado grave para los intereses del país, la posibilidad de que el mundo internacional se refiera al Uruguay como una nación “cómplice” o de mano blanda al menos, con estos criminales, cuando sabemos que no es así.
Es por lo tanto una verdadero cuestión nacional rascar hasta el hueso en la materia, porque las sombras que pudiera proyectar este hecho podrían ser terriblemente negativas para la nación.
