Días pasados los esposos Marcelo Vázquez y Roxana Gómez ofrecieron una hermosa reunión juvenil al cumplir quince años su hija Melina.
El salón Mevir de Paso Campamento (Artigas) fue el sitio elegido para recibir a familiares y amistades con los cuales pasaron gratas horas de sociabilidad y diversión. Los colores blanco, lila y salmón fueron los predominantes en la decoración, racimos de globos formaban grandes flores alternaban con guirnaldas, debajo se tendieron las mesas destinadas a los invitados con mantelería en composée de color.
Cerca de las 23 hrs. llegó la agasajada, fue recibida por un cortejo de quince parejitas compuesta por sus primos y compañeros de estudios que al saludarla le obsequiaban una rosa.
Melina realzó su juventud vistiendo modelo de baile interpretado en tafeta blanca, corset bordado con lentejuelas formando flores, desde el talle nace amplia falda realizada con vuelos de tul combinando el blanco y lila. En el peinado lució tiara de strass.
Fue recibida por sus padres y las abuelas Blanca Rodríguez de Almeida y Edith Pereira, luego su papá la acompañó hasta el centro de la pista de baile dando comienzo al vals, luego cambió parejas con otros familiares y amistades, posteriormente ritmos de moda se pusieron al aire invitando a todos a participar del animado baile con reparto de variado cotillón.
Una orquesta integrada por sus primos puso una nota más de alegría al festejo, momento muy emotivo fue cuando el papá Marcelo le entonó a la quinceañera y su mamá el tema preferido por ellas “El tiempo se me va”. Secuencias de fotos y video de su vida se pasaron sobre una pantalla gigante.
En un sitio destacado con columnas de globos y cortinados de voile se apreciaba el cuadro de la quinceañera destinado a recoger en los bordes los mensajes y firmas de cuantos le acompañaron en su noche de fiesta.
Llegado el momento del brindis tomó mayor relevancia la mesa principal tendida con mantel de hilo blanco trabajado al crochet por su abuela Blanca y presentado sobre viso lila que permitía resaltar el trabajo artesanal, encima se admiraba la hermosa torta de cumpleaños compuesta por varios pisos escalonados, teniendo sobre la base la fuente destilando champagne y en el piso superior había una muñeca con luces que cambiaban el color del vestido.
En otros sitios del salón habían otras coquetas mesas, la de los dulces que fue muy visitada por los jóvenes y niños durante toda la noche, en otra mesa decorada con un carruaje tirado por caballos blancos portaban las quince velitas del centro de la felicidad, en su entorno se presentaron los variados postres. La fiesta culminó cerca del amanecer recibiendo esta jovencita múltiples y finos obsequios. Retribuyó atenciones repartiendo los souvenirs consistentes en tarjetitas impresas con el mensaje que decía “ Gracias por compartir esta noche que será inolvidable para mí. Melina”.
