La jovencita Andrea María Campos Rosas cumplió quince años, acontecimiento que fue celebrado por su mamá Estefanía conjuntamente con sus hermanos José Pedro y Carolina.
La jovencita se vio rodeada por sus muchos amigos, compañeros de estudios y familiares quienes con su presencia y alegría dieron relieve al acontecimiento que se realizó en un salón de fiestas.
Andrea recibió a los invitados junto a su hermana, mientras la saludaban deseándole mucha felicidad. Vistió juvenil modelo de color marfil, amplia falda y corsage solero de breteles finos, trabajado con sesgos transversales de tela brillante, igual a la faja que aprisionaba su talle con caídas al dorso, como tocado lució torzada de perlas y cristalitos.
El local fue decorado con muy buen gusto, en el recibidor se ubicó bellísimo arreglo floral en los colores amarillo y naranja posado cobre media columna, del lado contrario dos columnas iguales sostenían un vidrio donde se posaba el álbum destinado a recoger las firmas y mensajes de cuantos la acompañaron en su noche de fiesta.
En el salón se extendían torzadas de globos amarillos, naranja y cristal que al centro de la pista convergían en un globo gigante de espejado sobre la pista de baile, en los laterales se veían cortinas de globos intercaladas con esferas colgantes de flores en los mismos colores de la fiesta, que caían desde distintos niveles. Estos armonizaban con la mantelería blanca que cubrían las mesas donde se iban alternando los senderos en amarillo y naranja, los centros tenían tulipas con veloncitos y las de los jóvenes eran bandejitas de mimbre conteniendo variadas golosinas, algunas con diseños de flores o frutas, en ese sector también estaba la barra de tragos delineada con persianas de madera y luces led de colores.
La jovencita comenzó el vals con su hermano, continuó luego con otros familiares hasta que con el cambio de ritmos comenzó el animado baile. En la madrugada se hizo el reparto del cotillón, incrementándose en este momento la alegría. Llegado el momento del brindis , todos acompañaron a la quinceañera a rodear la mesa principal presentada cubierta con fino mantel bordado, allí lucía una pieza de cristal cubierta de gerberas anaranjadas y amarillas donde emergían las quince velas del centro de la felicidad, las que al ser encendidas ella las sopló mientras le deseaban lo mejor para su vida. Luego se cortó la torta de cumpleaños de dos pisos ubicados en desniveles, decorada con arabescos de azúcar y dos ramitos de flores ilusión.
Entre las elegantes de la noche recordamos a la mamá y su hermana, la primera lució modelo de crep color cobre, corsage de amplio escote delineado con galón bordado en pedrería al tono y mangas alas. Carolina lució modelo de fiesta amarillo tenue. Línea solero de un solo bretel rodeando el cuello y ancha faja en el talle recamada de pailletes dorados y transparentes.
Al finalizar la reunión se repartieron los souvenirs para las jóvenes y señoras, eran coquetos espejitos de cartera y para los varones llaveritos con la foto de la quinceañera y para las familias imanes con igual diseño. Recibió muchos y finos obsequios siendo estos otro motivo de alegría.
Quinceañera de fiesta
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