-Cuando opinas, sos «un peso pesado».
«No. No. Para nada. Yo vengo de la cuna de un barrio como el Cerro. Soy además de Cerro. El club tiene que ver con los afectos. Y entonces, cuando opino me siento como lo que soy: un hombre más de fútbol, que a veces le cuesta encontrar el punto de equilibrio entre tantas confusiones o contradicciones».
¿Del fútbol salteño, en general hablás?
«Es lo que siento. El fútbol salteño. Porque hay cosas que no me gustan o que no entiendo».
-¿Te sentís parte del fútbol salteño? A veces te vas y volvés…
«Para nada. No es así, porque no dejo de sentirme uno más. No se necesita estar siempre dentro de la cocina para saber las cosas que pasan. Y las cosas que pasan, a veces me rechinan».-Te calientan.
«No. Me decepcionan. Cuando me invitan para asumir alguna función, la que sea, me pregunto: ¿vale la pena? ¿Para qué? Porque en esto tiene qué plantearse un fin. Si no existe un fin, ¿de qué vale el camino por el que se intenta transitar? Hay que saber que se quiere. Sigo preguntando: ¿realmente está claro lo que se pretende para el fútbol salteño? Y termino: ¿quiénes son los que pretenden?»
LA HUELLA DE UN «VILLANO»
Más de 30 años, en los que el Dr. Luis Alberto Galbarini, tiene una relación de porfiados encontronazos con el fútbol salteño. Quizás porque lo conoce bien. Cuando fue delegado de club o cuando fue hombre del Colegio de Jueces. O la función que fuese. Entonces con él, prolongación de romance con un fútbol al que quiere. Pero también al que lo sufre, cuando las guillotinas amenazan y las cabezas no piensan.
El «Charo» Galbarini, el «Villano» de tantas décadas desde esa singular denominación, se paró frente a EL PUEBLO y fue explorando áreas, sacudiendo modorras argumentales de otros, pero además disparó ideas. Tiene góndola propia, para que se vayan acoplando convicciones, sueños, certezas, pero también interrogantes que abarcan, «porque a veces en este medio más se conversa de lo que se hace. De repente somos bárbaros para la discusión, pero nos cuesta dar el paso. O es falta de audacia, de coraje, de atrevimiento o es conformismo. Pero dudo que a veces se actúe con toda la franqueza que corresponde».
¿Cuándo falta franqueza?
«Yo pregunto si realmente los clubes están convencidos de esa tercera rueda con seis equipos. En verdad, ¿cuál es la chance del quinto y del sexto? Nunca escuché o leí claramente las razones, por las cuales se juega una tercera rueda con seis equipos. Pero digo también, que aquí el pecado es uno: no querer abrir la cancha o la variante, para que surja algo distinto».
¿Qué es algo distinto?
«Que a esa liguilla final o tramo final, se incluya por ejemplo al Campeón de la Liga Agraria o al Campeón de la Liga de Rincón de Valentín. El Campeón de Rincón de Valentín por dos años consecutivos en la Copa de OFI, ¿no es cierto? Entonces, ¿por qué no se le da la chance de ser Campeón Departamental? Aquí hablamos del Campeón Salteño, pero se trata del Campeón de la Liga Salteña y no a nivel departamental. ¿Las otras Ligas no tienen derecho?»
¿Si ello ocurriese de hecho, qué se podría estar encontrando?
«Otra clientela. Otro público y de repente entonces, otra perspectiva, otra proyección».
-Es después de todo, abrir la cancha.
«Es saber qué otra posibilidad puede plantearse. Pero si no se experimenta, nunca se sabrá que es lo posible o no posible. Ese es el fastidio que me produce el fútbol salteño: que no salimos de determinados moldes. Somos reacios a variar, no le buscamos la vuelta. Me enferma el no se puede y el conformismo. Pregunto: ¿cuesta tanto por lo menos intentarlo?»
-Es un tema de voluntad.
«Pienso que no solo de voluntad. También de decisión. Eso: decisión».
-Si no se tiene decisión, ¿qué implica?
«Puede suponerse entonces que se llegó al techo de lo posible. Y en algunos casos llegar al techo, no es consecuencia ni de la inteligencia ni de la dignidad en la búsqueda. Sería un techo de estatura media ¿Se
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
Al rescate de ellos
En los últimos años, el fútbol salteño se fue vaciando de dirigentes. Los clubes padecen el coletazo del ausentismo y en la Liga Salteña de Fútbol, los males igualmente en esa dirección. Las desventuras en torno a los Tribunales y otras áreas, son pautas de la realidad. O ejemplos vivos.
De todas maneras, por una razón u otra, o tantas, hombres de conducción que se alejaron del fútbol,a los cuales aptitud no les ha faltado en sus tiempos no tan lejanos de siembra.
Cabe preguntarse: ¿no es posible rescatar a los que se fueron?
El Dr. Luis Alberto Galbarini, es un caso concreto. Pero la nómina puede ampliarse sin tanto rigor de la memoria y el sentido común. Porque están ahí nomás, a la vuelta de la esquina. Habría que transmitirles algún estímulo para que el retorno sea posible. Revalorizar ellos, el afecto hacia el fútbol. Porque de repente no lo resignaron. Está vivo aún. Y en algún caso, hasta puede llegar a gozar de buena salud.
«Al fútbol Comercial hay que incorporarlo”
Sobre finales de los años 80 y principio de los 90, el Fútbol de la Liga Comercial se transformaba en alguna medida en sonoro polo opositor de la Liga Salteña de Fútbol. Jugadores que no alistaban en equipos de la Liga Salteña, desembocaban en el Comercial. O no faltaron situaciones en que jugadores priorizaban alistar en equipos del Comercial. Fue tiempo de fragoroso debate en la Liga Salteña de Fútbol, mirándose con ojos repulsivos todo lo inherente a aquella actividad paralela.
El hecho es que el Dr. Luis Galbarini tiene otro concepto ahora, a partir de la realidad que va rindiendo cuentas y germinando en señales.
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«Uno se pregunta, sobre cuánta gente gira en torno al fútbol Comercial, entre los que juegan y los que lo van a ver. Entonces, ¿hay que tenerlo en la vereda de enfrente o acercarlo a la Liga?
Desde el punto de vista deportivo, la idea es concreta: que el Campeón de la Liga Comercial se sume a la Divisional «C» y que el último de la «C» pase a jugar en el Comercial. Hay equipos de la «C» que no tienen pretensiones de ascenso, porque de repente tampoco tienen potencial suficiente. A esos tres, cuatro o cinco equipos, sobre todo los que no juegan la segunda rueda, no les cabe ninguna exigencia. No tienen un gran estímulo. Casi se diría que deportivamente no tienen responsabilidad. Entonces, ese descenso, ¿no les crea un estímulo para esforzarse más y volverse más competitivos? A su vez, el Campeón de la Liga Comercial puede terminar algún día jugando en la «A» del fútbol salteño.
Hay quienes supondrán que es una idea disparatada, que no se puede, que está lejos de la realidad o que existen trabas reglamentarias. Si hay voluntad, no hay trabas. Si se quiere tampoco hay trabas. En la Liga se está hablando de cambiar, de transformar aspectos que tienen que ver con la realidad. Desde EL PUEBLO tiro la idea. No sé si es válida o no, pero es una idea.
Aquí no se trata de comprimir, se trata de ensanchar. Al fútbol Comercial hay que incorporarlo a la Liga Salteña de Fútbol. Por lo menos jugarse al experimento. Ver qué pasa.
Si no se prueba nunca se sabrá. Es un tema de mentalidad y de enfoque. ¿O se está jugando al estancamiento deliberado? Alguien tendrá que vencer al estancamiento. Y si son varios, mejor. Eso es lo que vale»
«No se pueden sostener, vendiendo tortas fritas»
«De lo que no hay dudas y es legítimo, que cada cual sume sus recursos o los fabrica, como puede. No siempre se puede lo que se quiere, pero a veces en este medio no funciona la imaginación. O cómo hacer para salir de determinadas crisis. Lo digo con todo respeto: hay clubes de Salto que no se pueden sostener vendiendo tortas fritas. O lo que fuese. En algunos casos, dirigentes que van a las 5 ó 6 de la mañana los domingos a la sede para que todo ese fin pueda concretarse. Nadie discute ese esfuerzo, esas ganas que ponen, porque además representan el sacrificio. Pero pregunto: ¿vale la pena toda esa búsqueda y ese dinero para dónde va?
Tres o cuatro mil pesos por semana, a partir de esa venta. Y después aparece el desgaste de quién o quiénes están en la función, para terminar alejándose del club. Pregunto: ¿no es mejor salir puerta por puerta en el barrio o buscar colaboradores permanentes o los que sientan la causa que se transformen en socios? Creo que además ese tipo de estrategia, jerarquiza a la institución, acerca al vecino y potencia el fin. Los presupuestos de los clubes no son menores y si no hay ingenio, ¿cómo se contemplan las necesidades de toda una temporada?»