Muchas veces nos sentimos decepcionados cuando vemos que a pesar de que nosotros procuramos tener una conducta responsable con el ambiente, es decir evitando acumular plásticos, tratando de usar materiales reciclables, privilegiando las frutas y verduras que se producen o al menos así se lo indica, sin usar químicos, vemos a nuestro lado la mayoría de las personas hace caso omiso a esto y hasta parece divertirse tirando papales en la calle, ensuciando, cuando no rompiendo, destrozando los bienes de todos y ni que hablar tirando botellas de plástico y otros envases del mismo material en cualquier lado.
Parece que no conocen los enormes problemas que ha acarreado esta conducta irresponsable en otros lugares cercanos.
Sin ir más lejos, Montevideo y Buenos Aires están teniendo problemas muy importantes de inundaciones cuando llueve en zona y lugares que n unca se había inundado. Uno de los problemas es el arrastre de las tapitas de plástico de los refrescos, gaseosas en la Argentina, que descuidadamente solemos tirar en la vía pública y luego el agua arrastre hasta juntar cientos o miles y tapiar todos los desagües.
Pero a propósito de esto recurrimos a algunos conceptos del Papa Francisco, que nos dejado suficiente motivo para reflexionar profundamente nos han enseñado que “es muy noble asumir el deber de cuidar la creación con pequeñas acciones cotidianas, y es maravilloso que la educación sea capaz de motivarlas hasta conformar un estilo de vida. La educación es la responsabilidad ambiental, puede alentar diversos comportamientos que tienen una incidencia directa e importante en el cuidado del ambiente, como evitar el uso de material plástico y de papel, reducir el consumo de agua, separar los residuos, cocinar sólo lo que razonablemente se podrá comer, tratar con cuidado a los demás seres vivos, utilizar transporte público o compartir un mismo vehículo entre varias personas, plantar árboles, apagar las luces innecesarias. Todo esto es parte de una generosa digna creatividad, que muestra lo mejor del ser humano. El hecho de reutilizar algo en lugar de desecharlo rápidamente, a partir de profundad motivaciones, puede ser un acto de amor que expresa nuestra propia dignidad”.
Es lo que pensamos y está dicho con mucha claridad. No importa cuan pequeño sea nuestro aporte, lo importante es navegar en la misma dirección y si logramos que todos lo hagamos entonces seguramente llegaremos a buen puerto. En caso contrario, pobre de nosotros.
Poco, pero esencial y dignificante
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