Ricardo Nolé Llaguno – Director del diario Crónicas de Soriano
Ricardo Nolé Llaguno (69) – Director del diario Crónicas de Soriano nació en Mercedes y es padre de dos hijas; Carolina que es Psicóloga en Inau y María Belén Ingeniera Eléctrica de Zonamérica. Sus dos nietos son Rocío e Ignacio y su hermana María Elena. Culminó el Bachillerato en los liceos de Mercedes, luego de desempeñó como oficinista de Escribanía y de una planta de bodega hasta 1973 que ingresó en la radio de Mercedes.

“Podría decirse que Crónicas nació como la imperiosa necesidad de encontrar una solución laboral. A fines de 1981 un año jaqueado por las dificultades económicas y presionado por la dictadura, el medio radial en que me desempeñaba decidió un cambio brusco en los informativos. De un día para el otro tanto yo que ocupaba la jefatura como Nestor Neira (hoy fallecido) nos quedamos sin trabajo después de 10 años de incursionar en el periodismo radial. En ese lapso la emisora en cuestión estuvo en fortísima competencia con sus colegas, escritos y radiales de modo que buscar trabajo en aquellos a quienes habíamos combatido ferozmente se hizo un imposible. Angustiado por la necesidad de trabajar en un departamento que sufría una honda desocupación, salí a buscar caminos alternativos. Un colega me sugirió transformarme en mi propio empleador y trasmití mi idea a mi compañero de penurias, lanzándonos a la aventura de fundar un semanario donde ya había un diario muy fuerte y pujante como Acción de los más viejos del país. La falta de imprentas nos llevó a buscar fuera de las fronteras departamentales y encontramos a una maravillosa familia, los Baccaro de Paysandú que entendieron la idea y nos ofrecieron vendernos el servicio de impresión” – comienza relatándonos el director del diario Crónicas de Soriano.
La salida a la calle del primer número el 11 de marzo de 1982 fue para Nolé, el impacto más emocionante de cuantos le deparó la vida. “Teníamos esa realidad a nuestro favor… una carta fundamental: la consideración de una enorme falange de vecinos e instituciones que habían convivido con el sentir de la noticia, y por un precio módico mensual hicimos los primeros suscriptores. Naturalmente la primera redacción fue el comedor de mi casa materna y yo mismo uno de los cuatro repartidores de los primeros meses. Estaba manejándose en el horizonte el retorno a la democracia que le aportaba a la opinión pública un entusiasmo especial. Con la misma objetividad e imparcialidad política el semanario se abrió paso, pasando a 1.200 suscriptores cuatro meses después. Fue cuando intentamos ir a una apuesta más abiciosa: llegar a tres veces por semana y un año y medio después a la salida diaria para poder competir de igual a igual”.
- ¿Cómo fue el proceso de su formación periodística?
-”Nunca tuve formación periodistica profesional. Como la casi totalidad de quienes vivimos en el interior saltando de un trabajo a otro, llevando la contabilidad, haciendo la fotografía que para mi no era novedad por cuanto era corresponsal de El País, el armado en las viejas Lino Comp, el trabajo periodístico y el diseño ya que entonces los diarios se armaban sobre una mesa iluminada, recortando los artículos y los títulos pegados con cemento de zapatero. El diario El Telégrafo supo ir a la vanguardia en materia tecnológica de modo que cada vez que renovaba sus sistemas heredábamos elementos. Pasamos así por las computadoras Exeter, complejísimas de funcionar hasta que el off set se impuso definitivamente. Toda la tarea se hizo en nuestra redacción y se enviaba por omnibus a la medianoche para retornar en paquetes impresos a la madrugada inmediata. Aún hoy siguen llegando en ómnibus con el consecuente ajedrez de las combinaciones de frecuencias para que en todas las localidades se puedan repartir. - ¿Cómo define el trabajo periodístico
-”Con una palabra: pasión. Si uno sacara cuentas y midiera las horas invertidas, el estrés, las angustias y las consecuencias de las injusticias y las comparara con las ganancias yo hubiera elegido otro camino. Cuando lo aseguro me dicen que no, porque periodista se es para toda la vida”.
El universo de la prensa es tan amplio que se presta para todo incluyendo los generosos, los altruítas, los calculadores y los pillos. Pero con el tiempo cada medio de comunicación va logrando su credibilidad que sin dudas constituye la garantía como ventaja por sobre todo otro factor”. - ¿Un suceso periodístico que pudiera revivir?
-”Sin dudas que el tornado de Dolores fue una tragedia difícil de superar. En cuatro décadas he visto de todo, pero una ciudad dada vuelta como imágenes de la guerra en Siria jamás pensé. Hoy estamos a cinco años de la fatídica tarde en la que yo debía estar precisamente en el lugar de uno de los derrumbes. Había estado en las puertas del juzgado de Paz una semana antes y debía acompañar a mi señora co mo abogada de un demandado. Varias veces me detuve en el mismo sitio reservado y esa vez la audiencia se suspendió. Cuando comprobé que mi auto hubiera quedado aplastado como otros conmigo adentro me paralicé y entendí que Dios tiene atado en sus manos el destino.
-¿Cómo ha sido su vida al asumir la dirección del diario?
-”Complicada. El solo hecho de las horas que insume, las obligaciones en cualquier horario, la inexistencia de los domingos como dia de descanso, le ponen de por sí mala nota a los deseos de hacer este trabajo que tiene encantos y satisfacciones pero que suele estar atado a incomprensiones aún cuando se quiera hacer todo y más que todo”.
-¿Cómo piensa que serán los medios escritos de comunicación en etapas posteriores?
-”El futuro de los diarios es una incógnita total. Nadie lo puede saber ni siquiera especular. Cuando nació la radio vaticinaron el fin de los diarios; cuando apareció la televisión era el fin de las radios, cuando nació el cable el fin de la televisión, y los sistemas cada vez más completos aventuran el fin de los cables. Sin embargo todos han sobrevivido y la sopa se sigue tomando con cuchara”. - ¿Un pensamiento que le haya gustado y que nos la pueda compartir?
-”Creo que los medios en general necesitamos movernos sin tantos inconvenientes. Dimos y seguimos dando. Apuntalamos cuanta iniciativa comercial, deportiva o social aparezca en nuestras horizontes. Y en estos tiempos mucho más. Pero como formadores de opinión creo que no hemos logrado todavía transformarnos en conductores sociales por cuanto cada vez más la opinión pública parece descreer de los valores fundamentales. A mí en lo personal me duele el egoísmo, la insensibilidad y las actitudes banalizadas de medir el éxito en una marca de auto, no poderle cambiar las cabezas a jóvenes a quienes parece no importarles ni el mundo, ni sus semejantes, ni su novia. Me busco en mis recuerdos para saber si también yo era un poco así y no me gusta lo que veo alrededor”.
-¿Cómo se definen los lectores del diario Crónicas?
-”Yo también quisiera saber qué características tienen los lectores de nuestro diario. Debe haber de todo, pero a juzgar por la repercusión de nuestro editorial me imagino que las adversidades del mundo no pasan desapercibidas para un buen contingente que cada mañana espera por debajo de la puerta un amigo que le cuenta las malas y las buenas, desprendido de todo prejuzgamiento. Habría tanto más para decir”…