El histórico dirigente aurinegro fue reconocido en su casa por su trayectoria y compromiso con el club.
Entre abrazos, recuerdos y emociones, recibió el carné de socio vitalicio y un cuadro conmemorativo.
El pasado sábado 18 de octubre, a las 18 horas, en su domicilio y rodeado de amigos, familiares y
dirigentes del Club Atlético Peñarol de Salto, Héctor Martín Rosconi Aguerre —afectuosamente conocido
como el Negro— fue homenajeado por su extensa trayectoria y su incansable apoyo a la institución
aurinegra, incluso durante los años en que ejerció la presidencia del club.
En nombre de la directiva, el presidente José Luis Sica entregó a Rosconi el carné de socio vitalicio,
destacando su compromiso y dedicación a lo largo de los años. A su vez, Hermes Blardoni,
vicepresidente e impulsor del homenaje, le obsequió un cuadro conmemorativo donde se expresa el
reconocimiento del club y de toda la familia aurinegra.
Entre los presentes se destacó también la figura de Enzo Rochetti, exarquero de Peñarol, quien
mantiene una larga amistad con el homenajeado y quiso acompañarlo en este momento tan especial.
Las palabras pronunciadas por los dirigentes y por el propio Rosconi despertaron una profunda emoción
entre los presentes, en una jornada que combinó gratitud, recuerdos y afecto genuino. Hubo abrazos,
lágrimas y un sentido aplauso final que selló el homenaje al Negro, símbolo de una pasión que no
conoce tiempos ni distancias.
UNA ALEGRÍA PERSONAL Y FAMILIAR, POR EL QUERIDO “NEGRO”
Sin dudas fue una grata sorpresa lo del homenaje de Peñarol para el “Negro” Héctor Rosconi, que más
que merecido lo tiene.
Quien me informó del acontecimiento fue su hermano, Ramón Ariel, el “Maestro” Rosconi, amigo de
años y compañero de clase en el Liceo de la Zona Este, y hoy nuevamente edil, y gran jinete aparcero.
Los Rosconi y los Cattani estuvimos muy emparentados con el Peñarol de Salto en los años setenta,
tanto que quien esto escribe supo jugar una temporada en Tercera y Reservas de los aurinegros, pero
sin dudas que mi mayor logro fue ser Secretario de Actas de la Comisión Directiva del Baby Fútbol
aurinegro, donde se alternaban en la Presidencia, Juan Carlos “Manito” Bisio y Héctor Rosconi, los dos
verdaderos alma mater de la institución. Estaban en todo, desde lo mas grandes hasta los mínimos
detalles. Mi padre Secundino “Lilo” Cattani, Quique Vidal, Miguel Gómez, Perla, Miriam, entre otros
acompañaban a estos dos líderes del baby. Y no me olvido de Orestes Rolfo que siempre andaba en la
vuelta.
El “Negro” Rosconi, era incansable a la hora que llegaras, él estaba marcando la cancha, arreglando
algo, desde botines a banderas, mesas, silla, lo que necesitara una reparación.
Un tipo por lo general manso, gentil, muy activo, que se enojaba un poco cuando jugaba Peñarol, y daba unos gritos, pero siempre de aliento y como todos, alguna vez lo hicimos, se le escapaba algún
berrinche, de tanto en tanto.
En aquellos años se había formado un muy buen grupo de directivos del baby, y también de padres de
los gurises. Entonces, más allá de los resultados deportivos, había buenas enseñanzas, se transmitían
valores y amor por la institución.
Retomo el tema de los Cattani y Rosconi, porque mi hermano Daniel jugó junto con uno de los hijos del
“Negro”, el “Flaco”, arquero, en la Primera de Peñarol.
Mi otro hermano, Ruben Walter, el popular “Cocol” fue uno de los máximos goleadores del baby fútbol
de Peñarol de ese tiempo, hacia de a 4 por partidos. También jugaron mis primos Peteco y Marcelo
Cattani, en el baby de Peñarol, Peteco jugó también en una “14 y 15” que se hizo y que tuve la suerte de dirigir.
El “Negro” y Manito se turnaban para transportarnos a la cancha. Se jugaba los domingos por la
mañana, e íbamos de casa en casa levantando a los chicos, estudiantes liceales en esos momentos,
casi todos, que los sábados a las noches asistían a “los cócteles” y les costaba levantarse un domingo a
la mañana.
Fueron lindos momentos los vividos, y el hoy homenajeado, Héctor Rosconi, fue parte muy activa, y
guardo recuerdo de muchas charlas mantenida con él que iban más allá del fútbol, de Peñarol y del
deporte, hablabamos mucho de la vida.
En aquellos años me decían “El Zurdo” y hoy, los únicos que me siguen llamando así son, Ramón Ariel
Rosconi, el edil, el Maestro aparcero (hermano del homenajeado) y Miguel “Paisano” Chilosi, también un
compañero de aquellos años liceales, colega periodista y amigo.
CAMACA
