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viernes, 30 de mayo de 2025
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“Papá era un ser bonachón y muy generoso”

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Albino Oscar Fontes – Principal de “Peluquería París Peinados”

Albino, se casó en el año 1940, con Onelia Tanoni.
Decidieron abrir una peluquería que se llamó París Peinados y sería solamente para damas, siendo la primera de esa época, ya que para hombres, existía.

Albino Fontes
Albino Fontes

Nació su primera hija Sussy en 1941, con las Perlas Musicales de Radio Salto ya que estaban ellos instalados al lado de la emisora y se mudan de allí a un local en Uruguay 968, junto a la ONDA de aquella época, donde nacen los otros hijos del peluquero: Ruben “Neno” , Marisa y Dardo.
Y en esa cuadra del Uruguay al 900, se quedó la familia hasta el día de hoy.
En una narrativa con mucha emoción, es Sussy quien se encarga de contárnoslo:
“Papá y su hermano «Nolo», nacieron y se criaron junto a su madre Matilde, en una chacra de la localidad de Tropiezo”, comienza su relato su hija Sussy.
“Siendo aún niños, toma su mamá la decisión de trasladarse a la ciudad, en busca de nuevos horizontes, ya que eran muy humildes económicamente hablando.
Su madre anhelaba encontraran un oficio, es por ello que tiene la oportunidad de emplearlos en una importante peluquería de la época, llamada Pandolfi.
Papá con 13 años y pantalón corto, cortaba el pelo y afeitaba a los clientes. Además, al salir de trabajar y llegar a su barrio, se encargaba de cortar el pelo a todo aquel vecino que lo necesitara.
De esta forma fue haciéndose conocido, e independizándose laboralmente, tal es así que muchas personas importantes de la época, cuando se casaban o tenían un evento, lo llamaban a domicilio.
Papá y su hermano Arnoldo, fueron los primeros peluqueros de damas de Salto.
¿Dónde fue su primera peluquería?
En calle Brasil, pegadito a Radio Salto, mamá contaba que no necesitaba prender su radio, porque escuchaba todo el día a través de la pared, lindera a su local. Así comenzó papá.
Se había casado recién con mamá y ella lo apoyaba en todo lo que él deseaba hacer. A pesar de que a mamá le encantaba la chacra, la tierra.
Con el tiempo, papá logra comprar una casa en calle Uruguay a la altura del 900 a la familia Devotto, donde allí construye la definitiva Peluquería “París Peinados” y la casa de familia detrás.

Albino en su distinguida París Peinados
Albino en su distinguida París Peinados

¿Le dijo alguna vez, por qué se llamó París Peinados?
Sí, se lo pregunté: porque de allí venía toda la moda y lo nuevo de la época, me dijo.
El trabajo de papá, solamente era el corte y peinados, nunca realizó otra tarea. Lo demás lo realizaba mamá, junto a colaboradoras.
¿Su mamá entregada de lleno, acompañándolo?
Mamá se dedicó a la construcción de pelucas. Lo hacía con pelo natural y con una prolijidad extraordinaria.
Recuerdo a mamá, horas y horas tejiendo pelo.
Aún hoy, recordando a papá, muchas personas que peinan canas como yo, me dicen: “Su papá me peinó cuando me casé” o “su papá peló a todos mis hijos cuando nacieron”.
Una señora me dijo un día: “dos hombres tocaron mi cabeza: mi esposo y Fontes”.
¿Qué le gustaba hacer con papá?
Se levantaba muy temprano y pasaba todo el día en la peluquería.
Pero tengo muy presente de cuando era niña y recuerdo día a día dos cosas: le gustaba cazar perdices los domingos. Nos levantaba a las seis y salíamos en su Fordcito Prefe chico y nos ponía a los cuatro atrás y él con mamá adelante.
Cuando veía que estábamos divirtiéndonos haciendo macanas, nos decía: vamos a hacer un juego, el primero que vea una perdiz, tiene un premio.
Eso nos ponía en alerta para ir fijándonos dónde encontrarla. A la vuelta pasábamos siempre por la casa de algún conocido de visita.
Otra cosa que nos gustaba hacer los domingos, era reunirnos en la quinta del abuelo Tanoni, en Nueva Hespérides y casi siempre lo hacíamos. Son recuerdos hermosos.
¿Con qué otra cosa disfrutaba?
Le gustaba ir a Salto Chico. Era fabuloso como nadaba.
En verano de tardecita, lo esperábamos a papá que saliera de trabajar y se encargaba mamá de preparar la canasta con sándwiches y algo para beber.
Llegábamos allí y él se internaba en el río.
Al pasar los años, adquiere al jubilarse una quintita en Av. Rodó y cultiva allí todo lo que era frutas y verduras. Plantaba mamá todo tipo de plantas de guayabos, membrillos y a las naranjas toronjas, famosas porque eran enormes, les hacía una repisa de madera como soporte, para sostenerla, eran muy pesadas y muy graciosos de ver.
¿Tiene alguna anécdota para compartir?La familia Fontes reunida
Papá siempre fue blanco a muerte. Y mamá insistía, que en época de elecciones, no debería abrir la peluquería, porque papá ahuyentaba a algunos clientes con comentarios en forma de broma que hacía.
Solía decir: “a colorados no atiendo”.
Yo con unos diez años, tocaba el piano, como hasta ahora que lo hago y cada vez que llegaba Herrera a Salto, el me ponía al piano, habría las ventanas y puertas y me hacía tocar la marcha “Tres árboles”, cantidad de veces, de tan fanático que era. Para que Herrera escuchara.
¿Cómo era su carácter?
Era muy bueno, un ser bonachón, muy entregado a su familia además muy generoso, tratando de ayudar a todo el mundo.
Tenía muchos amigos.
¿Cómo lo veía usted dedicándose a su profesión?
Amaba lo que hacía. Fue un verdadero artista, con la tijera y la navaja. Con mucha humildad lo digo, no conozco a otra persona que trabajara y dedicara su vida a esta profesión como mi padre.
Además en la actualidad, no se trabaja tanto con la tijera y la navaja como en aquel entonces.
¿Cuándo cierra sus puertas Peluquería París Peinados?
En el año 1990, donde actualmente en su lugar, se encuentra La Tuerca Chivitería de su hijo Dardo.
¿Cuándo fallece su papá?
Falleció un 24 de octubre del año ´96. Dos días antes había cumplido sus 80 años, hace 19 años.
¿Qué le quedó por hacer con papá?
Poder estar más tiempo juntos, haciendo muchas cosas que nos quedaron por hacer.
¿Cómo lo definiría a su papá?
Era la persona más buena y más querida por todos. Creo que tomaría las palabras del Padre Guidotti en su velatorio, que era muy amigo de la familia: “Lo voy a resumir en pocas palabras: se nos fue un hombre bueno y generoso”.

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