Ferro Carril 2 River Plate 1
En fútbol, no siempre se valida la historia reciente.
O la historia reciente no siempre decide. Si es que por historia reciente, surge el producto del resultado. A veces, definitivamente sí. Y cuando ello sucede, no queda menos que apelar a esos aspectos asociados a la lógica.
Porque en el avance de Ferro a los Cuartos de Finales de la Divisional B en OFI, hay lógica. En las dos imposiciones ante River Plate, también,.
Por eso ayer en el Ambrosoni, la lógica abrió la puerta y Ferro Carril entró, para quedarse con la victoria, sumar tres puntos y llegar a una lotería de goles sobre los dos partidos.
Ferro encendió el mérito. River Plate no había sido «pan comido» para nadie en fases pasadas. Al contrario. El equipo de Alejandro Torrrens fue descubriendo senderos de dignidad y desde la influencia de Gabriel de Souza, poderes acumulados a la hora del gol.
Cuando en los primeros 10′ mandó River Plate y ese remate de Diego Summers obligó a un notable vuelo de Rodrigo Dos Santos para desviar, pareció ser señal a favor de quien llegaba con la obligación de intentar algo. De algo querer.
¿Pero era realmente posible, cambiar tanto la historia de un partido a otro?
Por eso, cuando a los 22′ Gustavo Silveira se queda con el espacio libre por derecha, vuelca hacia el medio, una pelota que en definitiva termina desviándola Jorge Dalmao al gol.
Fue como el comienzo de ese dictado de lógica, por más que en Ferro se fuese expulsado Martín Sosa a los 38′. Pero a River le costó articularse en la partida y en la medida que Ferro le asfixió las vías de llegada, no supo cómo.
¿Encender alguna fórmula potencial, en medio de los escudos de Ferro Carril? ¿A partir de qué razones?
ESA BAJADA DE TELÓN
La sensación que a River le fue doliendo el físico en cada jugador. La resistencia en cada uno. Ferro se quedó con las pelotas divididas, para abrir zanjones y en los 18′, el pase al vacío que localizó a Gustavo Silveira. Derecha en seco frente a Joaquín González y el 2 a 0.
Para River fue un mazazo. Y las variantes en Ferro lo refrescaron, sin variar el molde táctico. La expulsión de Prado primero y en la media hora el golazo de Gabriel de Souza.
Por los 40′ cuando Joaquín sale fuera del área, se queda con la pelota en manos. Es roja.
Ya Ferro Carril con el control técnico y mental.
Ya con River y la brújula resignada, sin saber por donde sorprender. Por eso cayó en repeticiones, más la ausencia de arte creativo.
No ha dejado de extrañar a Facundo Pereira. Eso es verdad inocultable.
Con el «Tato» Viera para mandar en el fondo. La pelota que mal le llegó a los dos puntas y para colmo, las distorsiones defensivas albirrojas.
Ferro terminó como el más convencido. River Plate como el más vacilante.
Al fin de cuentas, a veces la lógica se asocia al fútbol y hasta abre la puerta.
Y entonces….Ferro entró. Y también decidió.
