Sólo mojarse con agua no sirve, las manos deben lavarse con jabón y agua durante 20 segundos como mínimo para mantenerlas limpias y acabar con las bacterias, sin olvidar cerrar la llave mientras se enjabona las manos. Recuerda que la higiene y el aseo personal es importante para tener vida sana».
Algo tan sencillo como lavarse las manos a partir de los primeros días de marzo, se transformó en un hábito más frecuente con consejos dados desde el Ministerio de Salud Pública, sumado a los mensajes o spot aportados por laboratorios, farmacias, centros de salud.
Dichos consejos exhortaron a la correcta manera de higienizar las manos.
Una de los consejos refiere a la cantidad de segundos que lleva el correcto lavado, sugiriendo cantar con los niños para que tengan la referencia del tiempo que las manos deben quedar debajo del agua, para los adultos, el rezo del Ave María, o tararear alguna canción también vale.
Al hábito enseñado en los hogares, se extremaron las medidas de higiene, por lo que aumentó el uso de productos como el alcohol, lavandina, desinfectantes llevando que también aumentara el precio del alcohol en gel, que antes del mes de marzo el litro se conseguía a $400 y a partir del 13 de ese mismos mes el precio subió a $1,000 con la característica que no fue fácil adquirirlo sin hacer largas colas en farmacias y supermercados, hasta llegar a agotarse, convirtiéndose en un artículo de lujo, por el que pedían hasta $ 290 por el cuarto litro.
Este lavado de manos es acompañado del uso de tapabocas, que también en un primer momento se agotó hasta que se comenzaron a fabricar artesanalmente, también se incorporó la limpieza de las suelas de los zapatos, primero con aerosoles hasta la última incorporación de las alfombras desinfectantes.
El lavado de manos más famoso de la historia
¿Qué significa lavarse las manos como Poncio Pilatos?
Esta frase, tan corriente cuando uno se descarta de un asunto, cuando trata de rehuir toda responsabilidad en él, como hizo Poncio Pilato en el proceso de Cristo, alude, según Bastús, a la costumbre simbólica, usada en algunos pueblos antiguos, de lavarse las manos en presencia del pueblo para demostrar que era uno .
Esta es una frase de origen bíblico que suele ser muy usada no solo en nuestro lenguaje popular sino en la mayoría de los hispanohablantes. Se trata de “Lavarse las manos como Poncio Pilatos”.
HISTORIA
Se dice que este procurador romano de Judea en tiempos del emperador Tiberio, determinó con su forma de actuar el destino de Jesús de Nazaret.
Según se narra en la Pasión de Jesucristo, luego de apresado este y conducido al palacio del Sumo Sacerdote bajo la acusación de hacerse llamar “Rey de Israel” y provocar revueltas en el pueblo, se le encontró culpable de Blasfemia, siendo acusado a pena de muerte.
En ese momento pusieron el caso en manos de Poncio Pilatos, el único con la mente clara como para darse cuenta de la inocencia del acusado, pero temiendo una reyerta mayor entre los habitantes del pueblo, cedió ante ellas y lo hizo lavándose las manos mientras decía: “Inocente soy de la sangre de este justo”. Todos conocemos la suerte que corrió Jesús después de esto.
De ahí el origen de lavarse las manos como Poncio Pilatos cuando queremos referirnos a alguien que teme tomar una decisión para no buscarse problemas o que está en una situación difícil y sale de ella sin asumir responsabilidad alguna.
PILATOS COMO SÍMBOLO
Según Pérez-Rioja, «Pilato se ha convertido en un símbolo tradicional de la vileza y de la sumisión a los bajos intereses de la política».
El acto de «lavarse las manos» protagonizado por Pilato en el evangelio de Mateo, junto con otros temas simbólicos emblemáticos de la pasión de Cristo (las treinta monedas de plata, el beso de Judas, el canto del gallo), dejó su marca en el lenguaje cotidiano y en las imágenes.
Según J. L. McKenzie, el acto de «lavarse las manos» no formaba parte del proceso legal: ya no había audiencia ni interrogatorio de testigos, sino más bien una forma de hacer comunicar a la muchedumbre, por medio de una costumbre judía, su desapego al caso. La sentencia estaba implícita. El factor importante no era ya el proceso, sino las presiones que provocaron el resultado del proceso. Los evangelios implican claramente que Pilato se dio cuenta de que no había ningún cargo auténtico contra Jesús, y el lavatorio simbólico de las manos añadido por Mateo, viene a subrayarlo. Este acto quedó en la cultura como símbolo de quien, por conveniencia personal, cede ante la presión de otros al tiempo que pretende desentenderse de un veredicto injusto. El lavatorio de manos implica un acto de purificación vacío de contenido que no consigue en conciencia eludir la responsabilidad, puesto que quien condena a un hombre inocente por presiones no está moralmente muy por encima de los que las ejercen.
Ignaz Semmelweis, el primer médico que habló de la importancia de lavarse las manos
En unos días en los que lavarse las manos se ha convertido más que nunca en una cuestión de vida o muerte, es bueno recordar que, es un tema que proviene de larga data y que no siempre fue comprendido de la manera que lo hacemos en la actualidad. Ignaz Philipp Semmelweis, fue un médico que defendió la importancia de la sana higiene del lavado de manos, que le costó caro, tanto profesional como personalmente al enfrentarse a los modus operandi de su época.
VIDA Y OBRA
Ignaz Philipp Semmelweis (1 de julio de 1818 – 13 de agosto de 1865) fue un médico húngaro de origen alemán que es conocido como el «salvador de las madres» pues descubrió que la incidencia de la fiebre puerperal disminuía drásticamente si el personal sanitario se desinfectaba las manos.
En 1847, Semmelweis propuso lavarse las manos en la clínica obstétrica en la que trabajaba en Viena. En el hospital, la muerte de las pacientes hospitalizadas en la sala atendida por obstetras era de cinco a tres veces más alta que en la sala atendida por matronas.
Desgraciadamente, a pesar de las publicaciones en las que demostraba los buenos resultados que se obtenía con un cuidadoso lavado de manos, sus ideas fueron rechazadas por contrariar a la opinión general. Además, algunos médicos no toleraron que se les acusara de ser responsables de la muerte de sus pacientes.
Sus contemporáneos, incluyendo su esposa, pensaron que estaba perdiendo la cabeza y en 1865, casi veinte años después de su descubrimiento, fue internado en una institución para enfermos mentales, donde murió por una septicemia, posiblemente resultado de una paliza propinada por los guardias.
Sus recomendaciones sólo fueron admitidas tras la muerte del médico.
HISTORIA
Los médicos no siempre se han lavado las manos. Esta técnica, tan promovida en estos tiempos de pandemia, se remonta tan sólo al siglo XIX. Sus antecedentes también están ligados a un país, Austria, y a un lugar: el Hospital General de Viena. Durante este tiempo fue considerado uno de los más grandes y mejores hospitales de Europa. Entre los muchos casos que se trataban en este centro, llama con especial atención los dos grupos médicos que trabajaban con parturientas.
Una mortandad puerperal del 96%
Su mención no se debe al buen trabajo de estos profesionales, sino al elevadísimo índice de mortandad en las mujeres que daban a luz. En diciembre de 1842, las pacientes llegaron a sucumbir una media de 33 mujeres de cada 100 alumbramientos, pero la cifra se hizo alarmante en 1846, cuando la mortandad ascendió a la trágica media de un 96%. La causa siempre era la misma: fiebre puerperal.
En este hospital se elevaban dos pabellones de idéntica construcción dedicados a maternidad. En uno de ellos trabajaba el doctor Philipp Ignaz Semmelweis, protagonista de esta historia, y era dirigido por el doctor Klin.
Semmelweis se dio cuenta de que morían más mujeres en su ala del Hospital que en la otra capitaneada por el Dr. Bartch. La única diferencia que encontraba entre un pabellón y otro era que en el suyo estaban los estudiantes de medicina y en el otro se encontraban las aprendices de matronas.
Un doctor dispuesto a encontrar la causa
Lo primero que pensó fue que la razón de la muerte de las pacientes podría deberse a los violentos tocamientos de los alumnos al examinar a las mujeres; palpaciones que les ocasionaba una inflamación mortal. Para comprobar su hipótesis solicitó a Klin y a Bartch cambiar a los estudiantes de medicina y a las matronas de una maternidad a otra.
Los efectos del cambio no se hicieron esperar y el índice de mortandad disminuyó en el área dirigida por Klin, mientras que, para disgusto del Dr. Bartch, en su pabellón las muertes ascendieron de forma drástica. Obviamente, éste último solicitó de nuevo el cambio de personal y Klin no dudó en despedir a 20 de los 40 estudiantes que trabajaban para él.
¿Por qué los estudianteseran más mortales?
A partir de ese momento Semmelweis centró su atención en los jóvenes médicos. Pese a su esmerada supervisión no encontró nada fuera de lo común en sus prácticas y la media de mortandad no descendía. Poco después se dio cuenta de otra diferencia: los estudiantes de medicina, hacían autopsias como parte de su formación. Además, conoció el caso del Dr. Kolletchka, profesor de anatomía, que murió por una infección a consecuencia de una herida durante una de estas disecciones.
El contacto mortal autopsias-parturientas
Semmelweis comenzó a fraguar la idea de que trabajar con parturientas después de haber estado manipulando cadáveres podría ser la razón de un contagio producido por lo que él llamó una «materia cadavérica» que se quedaba impregnada en las manos de los jóvenes doctores. Esta materia cadavérica se transmitía a las pacientes al tratarlas; la razón de la muerte era, por tanto, una especie de contagio mortal.
Para comprobar su hipótesis, Semmelweis hizo instalar unos lavabos en las salas de atención y pidió a los médicos lavarse las manos antes de tratar a las parturientas. Cuando el doctor Klin, su jefe, exigió una explicación para tal medida, Semmelweis no supo darla y, debido a una mala contestación, sólo consiguió que le despidieran.
Resultados inmediatos
Afortunadamente, el Dr. Bartch lo aceptó dentro de su pabellón, lo que permitió que Semmelweis siguiera indagando las causas de las muertes de las pacientes. Volvió a la carga y solicitó a las estudiantes de matrona y a todo aquel que atendiera a una paciente lavarse las manos con cloruro cálcico. Tras un mes de aplicación de la nueva técnica de lavado, la mortandad de las mujeres por fiebre puerperal en el pabellón de Bartch llegó a ser de tan sólo un 0,23%.
Una idea revolucionaria
Ahora nos parece obvio que un médico se lave las manos antes de atender a un paciente, pero hay que pensar que todavía en pleno siglo XIX se seguía creyendo que el origen de las enfermedades se debía a lesiones internas o, de existir un contagio, éste tenía su origen en la influencia miasmática (emanaciones fétidas transmitidas por el aire).
Es decir, las patologías provenían, principalmente, del interior del cuerpo. No se creía que efectos externos pudieran influir en las enfermedades. Desde este paradigma, no extraña que los médicos no tuvieran ningún interés en una rigurosa asepsia (ni siquiera una escasa limpieza) a la hora de atender a los pacientes.
Esta pandemia «va a reforzar todas las conductas obsesivas, como el lavado de manos»
Para la Psicóloga Corina Roig
Cómo nos afectará psicológica y culturalmente esta pandemia que aún no tiene fecha de vencimiento? Para comenzar a conversar de estos temas, EL PUEBLO consultó a la Psicóloga Corina Roig.
HERRAMIENTAS INTERNAS
«En un principio, cuando se habló de COVID-19, el 13 de marzo, con lo del cierre de frontera y todo lo que después siguió, operó en mí algo inconsciente, de no tomar magnitud de lo que podría llegar a ser. Cuando Argentina y Brasil decidieron cerrar la frontera, pensé qué bueno que era poder encontrar adentro nuestro, esas herramientas que pueden estar dormidas o inconscientes o latentes y que puedan surgir. Apunté mucho a eso, tomando las precauciones como indica el gobierno y asesorándome sobre qué era el COVID 19. En principio era una epidemia, ahora estamos hablando de pandemia, la cosa es mucho más seria e importante de lo que pareció en principio».
«Sigo apostando a lo bueno en cuanto a buscar lo interno y despertar como herramientas internas o hacer cosas internas que tenemos los adultos y también por qué no, en los vínculos con nuestros hijos, sobre todo con los niños y adolescentes, que de alguna manera los padres estábamos como medio distanciados por los horarios de estudio o de trabajo, y con otra vida bastante apartada de ellos. Los adolescentes usaban su casa como un hotel, iban, almorzaban, se bañaban y salían de nuevo a la calle. No había mucho contacto verbal, de diálogo. Sigo apuntando a eso, a que se pueda dar eso. Puedo ver, de alguna manera, un diálogo, una apertura en la pareja y con los hijos, explicarles lo que estamos viviendo, según la edad que tengan, porque por algo no van al colegio».
ASPECTOS NEGATIVOS
«Me enteré, casi de rebote, que en algunos comercios de Salto se habían agotado las computadoras y las laptops, porque de repente en la casa había una sola computadora y los padres con el teletrabajo y los chiquilines con las tareas que le mandaban desde el colegio, tenían que andar repartiéndose la única computadora. Entonces tuvieron que salir a comprar computadoras, y llegó un momento que no había más, tuvieron que encargar a Montevideo. Parece mínimo, pero al haber una sola computadora en la casa y varios usuarios, se fue despertando cierta irritabilidad entre ellos porque tenían que esperar que uno terminase una videoconferencia para poder usarla para encarar la actividad que le habían marcado o comunicarse con el trabajo, porque más allá de las restricciones uno tiene que cumplir con determinado horario o hacer un trabajo en equipo para el colegio».
«Otro aspecto negativo, que muchos padres han dejado de trabajar o están llevando a la casa el teletrabajo, y los niños no tienen clase, entonces, ¿quién los contiene o qué actividades pueden hacer con ellos en conjunto, que los deje trabajar y los niños puedan estar entretenidos?. La parte económica termina pesándonos también a todos porque hay que seguir pagando cuentas o alimentándose».
«No todos vivimos en una casa, apartamento o vivienda, en un hábitat adecuado para la cantidad de personas que somos, a veces se da una sobrepoblación debido al espacio del que se dispone. Imagínese que si antes el espacio de la vivienda no nos alcanzaba cuando se entraba y se salía, si bien dentro de lo positivo se iba a estar más tiempo juntos, también está lo del respeto por el espacio del otro, y en algunas familias terminaban casi amontonándose durante todo el día. Otro aspecto negativo es el distanciamiento que estamos teniendo con nuestros familiares y amistades en la cuarentena».
MIEDOS
Esta pandemia ha traído a la población, algunos cambios culturales relacionados con nuestra higiene personal, como el excesivo lavado de manos, el uso de tapa bocas y desinfectantes, y salir lo menos posible. EL PUEBLO consulto a Roig si estos cambios podrían traer, desde el punto de vista psicológico, algunos trastornos o miedos adicionales o potenciar los que ya teníamos. «Evidentemente que va a reforzar todas aquellas conductas obsesivas. Todos nosotros que tenemos algo de obsesivo, porque nadie es puro en una patología o anormalidad, puede ser que eso nos quede, que antes de almorzar o cuando entremos en casa nos vayamos a lavar las manos. Van a quedar estar cosas, en los niños por modelo al imitar al adulto, y en el adulto porque es una conducta que está en estos momentos internalizando».
«Mañana tendremos que empezar a salir y a convivir de a poco en estos espacios donde podemos tomar un poco de aire, caminar solos con el debido distanciamiento para salir así del encierro. Me da temor a que esto nos lleve psicológicamente a algunas cosas, volvemos a la normalidad con nuestros hábitos cambiados, como el saludo o la demostración afectiva a través de nuestra cara o con los ojos, eso va a ser muy fuerte, porque tampoco sé si vamos a animarnos a tocarnos a través de una caricia, un beso o a abrazarnos. Han pasado cumpleaños y una cantidad de fechas en que uno podía tocar al otro, pero dejó de hacerlo, cambiando todo eso por una llamada por teléfono o por videoconferencia», concluyó.
Es un momento que genera incertidumbres y trae consigo cambios a nivel personal, colectivo y social
La socióloga Alejandra Andreoli brindó su punto de vista desde su profesión. En diálogo con EL PUEBLO comentó que hay diversos niveles de análisis:
COMPORTAMIENTOS INDIVIDUALES
La situación a nivel social, trae consigo muchos cambios; primeramente en lo que atañe a los comportamientos individuales, respecto a los nuevos hábitos que tenemos que tener, a las costumbres que se deben cambiar en función de lo que es una emergencia sanitaria.
La socióloga mencionó en este sentido todos los recaudos que se deben tener; las medidas de higiene personal, cumplir con las recomendaciones de las instituciones de salud que hacen que los comportamientos individuales se tengan que “transformar” de alguna manera, como son: caminar a cierta distancia; mantener cierta distancia física, formas de saludo, formas de convivencia natural que teníamos y debemos cambiar, abuelos que no pueden ver a sus nietos, mantenerse en la casa el mayor tiempo posible, entre otras transformaciones que son a nivel del individuo y de sus relaciones más cercanas como la familia. Eso- indicó- genera tensiones, a algunas personas por no ver a sus seres queridos, otras porque tienen que equilibrar de alguna manera el mantener distancia y un aislamiento social con una necesidad real de trabajo, “porque esas personas íntimamente sienten el mismo miedo, la misma angustia, pero también tienen que salir a trabajar, por lo que es otro plano que le genera algún tipo de problema que hay que tratar de superarlo”.
A NIVEL COLECTIVO
Por otra parte explicó que esos comportamientos individuales, siempre afectan otro nivel que es el colectivo. Explicó que de acuerdo a la pandemia se exhorta a cuidarse a sí mismo, pero también a cuidar al otro, no sólo a integrantes de la familia sino aquellas personas que no conoces pero también tienes que cuidar como seres humanos, así como también el lugar donde vivo (ciudad, pueblo). Entre las medidas que se sugieren, destacó que a su criterio se trata de mantener una distancia “física” y no “social”. “Lo que se nos está pidiendo es distancia física, no tanto social, porque sino sería un aislamiento”.
Para Andreoli lo que los que nos piden es mantener una distancia física, pero no cortar nuestros lazos afectivos ni con nuestros familiares ni con nuestros amigos porque justamente “lo que más se va a necesitar es un acercamiento desde el lugar donde se pueda, estar siempre pendiente de la familia, los amigos, estar relacionados”.
De esta manera “socialmente los vínculos no se pueden perder, la separación es física”, afirmó. Por ello “hay que mantener conductas en formas de acercamientos, contactos permanentes con la familia y los amigos, tratar de no aislarse socialmente sino participar, pero siempre de los parámetros recomendados por las instituciones de salud”.
NIVEL INSTITUCIONAL
Un tercer nivel es el social o institucional que significa incorporar, internalizar normativas que atiendan las recomendaciones de las instituciones de salud como es el cumplimiento de todos los protocolos para entrar a los supermercados, la vacunación contra la gripe, la higienización de las manos, etc., “tenemos que internalizar que eso es lo que recomiendan las instituciones y tratar de cumplirlas en la medida de lo posible”.
INCERTIDUMBRES QUE NOS OBLIGAN A REINVENTARNOS
Por otra parte explicó que desde la sociología hace mucho tiempo vienen analizando que nosotros vivimos en sociedades llamadas de riesgo o sociedades de la incertidumbre, donde muchas veces los hábitos o costumbres de golpe tienen que ser transformados. “Acá justamente el desafío es que estamos ante una situación de riesgo, que provoca muchas incertidumbres, que nos obliga a reinventarnos día a día, desde el plano individual, desde el plano colectivo y desde el plano social e institucional”. Agregó que “no es algo fácil porque la mayoría de las personas añora volver a una situación de seguridad, a una zona de confort, de confianza,- ahora se le llama normalidad – y eso genera muchos desafíos a futuro por todas las incertidumbres que te generan desde cómo vencer los miedos”. Señaló que hay gente con miedo a la propia pandemia pero también a perder el trabajo, a las consecuencias laborales que puedan tener, entonces “es como una época de incertidumbre, pero tampoco hay que perder las esperanzas sino que hay que tratar de equilibrar el esfuerzo de mantener las fuentes laborales con las exigencias de los comportamientos frente a la pandemia, y es un gran desafío individual y como sociedad, cumplir con las normativas de las instituciones manteniendo las actividades posibles que también son necesarias para la vida cotidiana”.“Hay que vivir en un constante equilibrio buscando las alternativas para hacer frente pero sin perder las esperanzas”. La profesional resumió que “evidentemente estamos viviendo un momento nada lindo, donde todo es nuevo, distinto y genera mucha incertidumbre desde distintos planos, tanto personal, en lo económico, el trabajo, hasta la educación de los chicos”.
CHAU BICHITO CHAU: música infantil que enseña a los niños el hábito de lavarse las manos
Pablo Ferreira Pinto – Radio Ozono
Radio Ozono tuvo la iniciativa de crear una música infantil en la que se enseña a los niños el hábito de lavarse las manos. La idea procura concientizar de la necesidad de formar hábitos de higiene, ante la situación creada por la pandemia del coronavirus. EL PUEBLO dialogó con Pablo Ferreira Pinto, con quien informó al respecto de la campaña.
INICIATIVA
Te cuento que la iniciativa del single nace junto a un estudio que se llama Micro Estudio, que es de la ciudad de Córdoba (Argentina), y, junto a ellos, decidimos poder hacer esta producción que era un poco pensando en la pandemia que se venía, esto fue al comienzo de todo esto, y, también, fue pensando, justamente, que los principales, aquellos que nos dan los ejemplos y que nos marcan el quehacer diario, son los niños, nuestros hijos, ya que íbamos a estar encerrados en la casa, conviviendo más horas con ellos. Y, como todo, ellos son los que traen un poco la educación nuevamente a la casa, ¿verdad? Lo que trabajan en la escuela, lo que escuchan en el jardín, ellos, siempre, después lo replican en la casa; creo que nosotros cuando éramos niños, también, hacíamos eso, llevar el ejemplo y la conducta, más allá de que nosotros, también, tenemos esos valores para dárselos a ellos.
Entonces, pensando en ese contexto de que, principalmente era llegarle al niño y que después él tenga ese hábito y lo difunda con sus mayores, y lo vuelva hábito en su hogar, fue que salió esta canción que se llama «Chau bichito, chau».
La canción, la letra y la música, es de un argentino que se llama Mariano Pose, es cantautor y compositor, principalmente con una obra de muchos temas infantiles. Mariano compuso este tema, lo creo al tema y le puso la música que la acompaña, que tiene un estilo a la música uruguaya, o sea, la música de esos cuentos y esos cantos uruguayos infantiles que, principalmente, estaban allá por la década del 80, con todas aquellas producciones que salían en ese entonces. Ahí, de esa manera se compone la letra y música de este tema.
La locución la hace Sebastián Costa, es un locutor de Buenos Aires, muy reconocido, principalmente, por las grandes marcas: Mercedes Benz, Gillette, etc., Si uno ve los comerciales argentinos puede escuchar su voz. Él fue quien dio la locución final al single, donde dice que es un aporte de Radio Ozono a todos los niños del país.
DIRIGIDO A TODOS LOS NIÑOS DEL PAÍS
¿Por qué a todos los niños del país? Porque lo hicimos eco en diferentes radios con las que integramos una cadena de radios comunitarias del Uruguay. Allí lo pasamos para que se pudiera compartir y lo pudieran usar, y con otras radios de colegas amigos, también. La idea es que se pudiera difundir y que los niños tomen el mensaje como un hábito.
EL MENSAJE
En el tema se va a escuchar que hay que lavarse las manos de diferentes maneras, diferentes formas, tal cual se fue indicando por el Ministerio de Salud Pública, siendo la idea mantener ese rumbo. La forma en cómo lavarse las manos; al momento de estornudar, llevarse el codo a la cara de determinada forma; y otras explicaciones de las medidas de higiene a tomarse. Todo está en el single.
El niño, escuchando ese single, escuchando ese tema musical que dura lo que debe durar el lavado de las manos de los niños y de los mayores, también, cuando se la aprendió, justamente, ahí es cuando, digamos, ya está incorporado el mensaje del lavado de las manos diarios.
Mis hijos, por ejemplo, cuando se las van a lavar, cantan ese tema; entonces, sin querer están cantando y, cuando terminó el tema, se dieron cuenta que ya terminó el lavado de las manos, también, y que fue un poco más corto de lo que ellos pensaban, porque, por ahí, es muy monótono que se vayan a lavar las manitos, y que uno les esté diciendo, lávate de abajo, cruzalas, etc.
Ese era el mensaje, justamente. El poder crear un single, una canción que los niños la tomen, que se pegadiza, que la recuerden, que la usen en el momento de lavarse las manos, que se la transmitan a los padres, y que se, al final, un aporte de Radio Ozono para todos los niños del Uruguay.
Este es uno; estamos armando otro single que va a venir en breve, con Omar González, también locutor y compositor argentino, muy reconocido. Se trata de una segunda parte, pero será hecho por sus hijos. Ya estaremos dándole la difusión, para que el hábito llega más hondo aún, porque la pandemia vino para quedarse, aparentemente, entonces, los hábitos hay que reforzarlos.
Muchos comercios debieron reorganizar su atención al público en varios aspectos
«San José», «El Revoltijo», «Divino» son algunos ejemplos
Autoservicio San José, El Revoltijo, Mueblería Divino, son algunos de los comercios que más llamativamente han presentado medidas especiales de atención al público, tendientes a la higiene y por ende a reducir las posibilidades de propagación del Coronavirus. EL PUEBLO los visitó y obtuvo las siguientes impresiones.
Guillermo Luzardo (Autoservicio San José): primero un protocolo para los funcionarios
El principal de Supermercado San José (ubicado en Varela y Forteza), Guillermo Luzardo, dijo a este diario que «nosotros empezamos a implementar medidas ni bien arrancó todo el tema de la emergencia sanitaria. Lo primero que hicimos fue hacer un protocolo de actuación para los funcionarios, con determinadas pautas, básicamente el protocolo dice qué hacer en caso que algún trabajador presente algún síntoma. También habla sobre cuáles deben ser las distancias dentro del local y las normas de higiene, ventilación, reforzar la limpieza de máquinas y utensilios tanto con alcohol como con hipoclorito, sacar los residuos con mayor frecuencia, todo según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. También pusimos cartelería dentro del supermercado informando a los clientes.
Ese fue el protocolo, que fue como decía, lo primero que se hizo. En una segunda instancia, se colocaron los adhesivos en las cajas (en el piso, donde se hace cola para pagar) para que la gente respetara cierta distancia dentro del local. Luego implementamos el uso de los guantes y los tapabocas a todos los funcionarios, antes incluso que fuera obligatorio, porque ya se nos había recomendado usar en algunas secciones que se manejan alimentos crudos como fiambrería y carnicería; y después lo hicimos extensivo para todos los funcionarios: guantes, tapabocas y obviamente alcohol en gel en todos los sectores. Por último, cuando salió el uso obligatorio del tapaboca, hicimos cartelería con eso y a todos los clientes se le pide que ingresen al local con tapabocas. Otra de las cosas que sugerimos es ingresar de a una persona por familia para evitar las aglomeraciones». Respecto a la actitud del público, dijo que «en un principio no tuvo muy buena aceptación de todos los clientes. No a todo el mundo le caía bien la medida (del uso de tapaboca). Después lo fueron entendiendo al ver que era algo obligatorio y no algo que nosotros habíamos impuesto. Fue la única medida que causó un poco de disgusto en la gente al comienzo, pero al fin y al cabo lo terminaron entendiendo, y hoy todo el mundo entra con tapaboca».
Nicolás Piastri (El Revoltijo): «hay de todo, quienes aceptan las medidas y quienes se dan vuelta y se van»
En tanto Nicolás Piastri recibió a EL PUEBLO en el sector de El Revoltijo destinado a automotores (Avda. Batlle y Santa Rosa) y expresó que «la principal preocupación nuestra es en el local del centro (Uruguay y Soca), que es donde hay más movimiento, entonces una de las primeras cosas que hicimos fue reorganizar los horarios, en vez de cerrar a las 22 cerramos una hora antes y el personal entra una hora antes en la mañana, entra a las 7 y se abre al público a las 8, de modo que esa hora pueda utilizarse para reforzar la limpieza». Por supuesto que también, informó Piastri, se dispuso de alcohol en gel para trabajadores del comercio y clientes, adhesivos en el piso donde pararse para mantener la distancia adecuada entre personas, guantes y tapaboca para el personal y tapabocas descartables a disposición de los clientes en el ingreso. «También se controla la cantidad de personas que ingresa, para evitar aglomeraciones, pedimos que no ingrese más de una persona por familia y cuidamos que no haya más de 40 personas adentro del local, eso al principio, ahora dejamos entrar hasta 60 personas. Eso en el local del centro, porque en esta parte (venta de autos y motos, gomería) la afluencia de gente es bastante menor, no hay nunca más de 20 personas como máximo, lo mismo que en la parte de supermercado para comercios (Batlle y Bella Unión), ahí al comienzo tomábamos los pedidos en la puerta y lo acercábamos a la puerta, ahora ya dejamos entrar unas 20 personas», explicó. Finalmente agregó que otras medidas tomadas por la empresa fueron por ejemplo que a la parte de escritorios no se permite el ingreso de público, salvo extrema necesidad, y en el local céntrico se dispuso que la «Caja rápida» se destinara a la atención de personas de alto riesgo (mayores de 60 años). En cuanto a la reacción de la gente dijo que «tuvimos de todo, y hay de todo, desde quienes aceptan y entienden perfectamente las medidas y si se olvidan del tapabocas vuelven con uno, hasta los que ante esta obligación se dan vuelta y se van».
Cinthia da Costa (Mueblería Divino): «los clientes se muestran muy agradecidos»
En Mueblería Divino, que tiene su sucursal en Salto en Uruguay al 600, este diario dialogó con la Sub encargada Cinthia da Costa, quien mostró y explicó que «en la entrada tenemos las alfombras, que tienen amonio, desinfectante que se necesita para combatir este virus; hay además una mesa donde cada persona que entra tiene a disposición alcohol en gel y el tapaboca por supuesto sin costo, ya que es obligatorio el uso en nuestro local, también están los adhesivos en el suelo (para la distancia entre personas) principalmente en la caja, y todos los empleados usan tapabocas».
El comercio estuvo cerrado dos días, al comienzo de la pandemia, mientras se organizaban algunas cosas. Pero, dijo da Costa, «desde un principio, inmediatamente la empresa nos dio a nosotros como empleados los correspondientes tapabocas, guantes, alcohol en gel, desinfectante… Y después se fue incrementando, pusimos las esponjas (alfombras) en las puertas y viendo que mucha gente no traía agregamos la mesa con tapabocas». También fue consultada sobre la receptividad que nota en la población, a lo que respondió: «la verdad que los clientes se muestran muy agradecidos, nos felicitan porque no todos los comercios tienen esponjas y quejas no tuvimos, para nada, todos vienen con tapabocas o el que no tiene toma uno de allí, se lo sugerimos, incluso hay un cartel donde se lo pedimos y no tuvimos ningún problema». El comercio adoptó también la medida de cerrar a la hora 18 y ya no a las 20, como se venía haciendo.
«La gente de alto riesgo tuvo que pasar a usar todo descartable», reflexiona una de sus principales
Hebron, especialista en artículos descartables y para la higiene
Hebron es una empresa salteña dedicada a la venta de envases plásticos y productos similares, que se inició en el año 2016 y está ubicada en calle Washington Beltrán, entre Rivera y Varela. Para este informe, EL PUEBLO dialogó con Deisy Gracés, una de sus principales (junto a tres socios más). Cuando el comerció nació, «fue con pocos artículos –dijo la entrevistada-, pero a medida que nos fueron pidiendo fuimos incorporando más artículos, es decir que nos fuimos agrandando según las necesidades de la gente. Nuestras ventas son en el rubro de envases plásticos, en realidad podría decir que en el rubro plástico y descartable prácticamente tenemos todo. También artículos de limpieza, elementos para envasar… Somos un rubro bastante amplio».
-Y además productos de suma necesidad en este tiempo de pandemia, ¿cuáles por ejemplo?
Sí, y que es lo que más se pide ahora. Los alcoholes (en gel, líquido, eucaliptado, etc.), atomizadores, o sea dispensadores para alcohol tanto líquido como en gel y para jabones, elásticos para confeccionar tapabocas…Con esto de la pandemia se usa muchísimo lo descartable y la gente de alto riesgo tuvo que pasar a usar todo descartable: mantel individual de papel, vaso, tapa boca, a todos esos artículos los proporcionamos. También los rollos de papel, que se usan muchísimo, toallas de mano, guantes de goma, látex, nitrilo, o los más económicos de naylon. Y ahora también la alfombra rulo, que es muy recomendada para combatir este virus, para colocar en la entrada de comercios, casas, centros educativos. Es una alfombra de PVC que admite los productos desinfectantes, incluso en el local hicimos la famosa bandeja sanitaria para colocar la alfombra adentro y estamos a full con eso porque a la gente le gustó mucho. La bandeja funciona como contenedor del líquido de la alfombra.
-Hubo momentos donde estos productos escasearon, ¿cómo lo vivieron ustedes?
Claro, nosotros ayudamos hasta con proporcionar artículos que estaban absolutamente agotados. Nos pasábamos día y noche buscando los artículos para traer, para que la gente no pasara necesidad; tapabocas descartables por ejemplo es un artículo que tratamos de conseguir, y fueron días bastante estresantes. Lo mismo los guantes, que se agotan todo el tiempo, tuvimos que buscar muchísimo y pelear por los precios…
-Justamente, también en algún momento se habló bastante de la suba en los precios de este tipo de artículos, ¿qué puede decir sobre eso?
Sí, de los temas más comentados por la gente. No es que fuésemos nosotros que subíamos los precios. Nos subían a nosotros los precios, entonces es imposible vender muy barato. Hubo artículos que subieron muchísimo, y el que termina pagando es el consumidor final. Pero los clientes que nos siguen todo el año saben que siempre tratamos de mantener los precios bajos, accesibles, aunque a veces es algo que escapa de nuestras manos.
-Dijo en algún momento «ayudamos con proporcionar…», pero han hecho también otras ayudas concretas…
Sí, también hemos ayudado en ollas solidarias, hemos donamos bandejas al Ministerio de Salud Pública y también botellas descartables, porque les habían donado productos desinfectantes pero tenían que diluirlos. Ayudamos en todo lo que pudimos; también donamos bolsas para canastas y a un merendero donamos platos de plástico. En la medida que pudimos ayudamos.
-¿Qué opinión le merece la toma de conciencia de los salteños en cuanto al uso de estos productos para la higiene?
En Salto se concientizó bastante. No fue necesario poner cartelería en el local; sólo pusimos que respetábamos las disposiciones del Ministerio de Salud Pública y que esperábamos que todos las cumplieran. La gente tomó conciencia de la importancia y la gravedad del caso. Vemos por ejemplo que si hay mucha gente adentro del local, esperan afuera. Eso es lo lindo, lo que habla bien de los salteños.
-¿Algunas medidas especiales que hayan tomado ustedes como trabajadores?
Tratamos de cambiar el horario, de no irnos tan tarde sobre todo ahora con el invierno, y además tener todos los artículos necesarios para protegernos. Nuestra prioridad es el buen trato al cliente, solucionar todo lo que esté a nuestro alcance.
Los clientes de siempre pueden avalarlo.
Es una forma de apoyarnos entre todos y avanzar. Esto va a pasar y vamos a salir adelante.