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lunes, 12 de mayo de 2025
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No olvidemos la periodicidad del censo

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Diario EL PUEBLO digital
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En el año 2011 luego de 15 años el país volvió a realizar el Censo Nacional, un estudio que debió hacerse en forma periódica cada cinco años, porque en caso contrario pierde valor comparativo. El VII Censo General de Población y III de Hogares y V de Viviendas, se había efectuado antes el 22 de Mayo de 1996 y los datos ordenados fueron dados a conocer en una publicación que llevó fecha de mayo del 97, es decir un año después.
También por primera vez se recogió en esta oportunidad la información referida al entorno medio ambiental y a otros aspectos que hacen tanto a la vivienda como al “hábitat” de la población del país.
Estos aspectos tienen hoy mayor incidencia aún que en aquellos años y lamentablemente no hemos sabido enfrentar los riesgos de los que nos advertían ya aquellos estudios en esta materia, porque estamos seguros que si hoy se recogiera información de estos mismos aspectos, el deterioro ha avanzado y la realidad es aún más cruda de lo que era.
El Censo Nacional que le sucedió posteriormente se hizo recién en el 2011. El censo es una herramienta imprescindible no sólo para estudiar la evolución de la masa demográfica del país, promedio de edad de sus habitantes, promedio de vida, las condiciones de vida, la vivienda, los hogares, el medio ambiente, sino también otros aspectos similares que tienen mucha incidencia en las futuras generaciones.
Nadie que pretenda hacer alguna inversión seria y responsable en el país, puede desatender la información emanada del Censo Nacional, porque no sólo es una fotografía del presente, sino que muestra las tendencias de futuro.
El valor de esta herramienta es muy grande y por lo tanto el Gobierno Nacional está obligado a rodearla de las máximas garantías y la máxima seriedad para lograr la mayor adhesión posible de la población.
No es secreto para nadie que muchas veces la población tiene cierto recelo de proporcionar información que entiende que no le beneficia para nada, pero si fuera mal utilizada podría llegar a perjudicarle.
Por lo general, lamentablemente, los uruguayos somos reacios a confiarnos en las promesas estatales de seguridad, garantías y demás, porque el campo de estas promesas está “minado” de violaciones a esos derechos.
Aún así, es necesario -en bien de todos – que proporcionemos la información correspondiente y fundamentalmente que el estudio en que consiste un censo se haga en forma periódica y permanente, porque es la mejor forma de sacar conclusiones válidas.
¡No lo olvidemos!

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