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viernes, 27 de junio de 2025
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Niños de 6º Año “A” de la Escuela 105 trabajaron sobre los 200 años de la llegada de Artigas al Salto Oriental

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En el marco del Bicentenario

Recordando que hace 200 años Artigas llegó Al Salto Oriental junto a su pueblo o bien llamado La Redota, 6to año A de la escuela 105 realizó durante este año junto a su maestra María Inés Arbiza, un proyecto llamado “La Patria llama a sus hijos a la batalla”, aquí publicamos algunos de  los trabajos de los niños donde “metiéndose” en cada unos de los personajes del Éxodo, nos cuentan cómo vivieron y sintieron esta experiencia única en la historia de nuestro pueblo.

ARTIGAS

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Llegó el mes de octubre, después de las Asambleas, el pueblo decidió seguirme. Eso es un gran peso para mí ya que tengo que ocuparme de los robos, las peleas y de todos los problemas. Le llaman “la redota” y es impresionante ver cómo las personas dejan todo, prenden fuego sus pocas cosas y me siguen.

 Tengo que estar siempre alerta por el ataque de los portugueses, pero esto a su vez me llena de orgullo. Todavía no sé cuántos somos, pero dentro de unos días haremos el censo, sí sé que es agotadora la marcha y muy muy triste porque me voy y ni sé si podré volver. Al fin llegó diciembre y con mucho calor cruzamos el río Daymán, allí descansamos y pudimos contar ¡son más de 600 flias.

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¡Qué alegría me dio cuando llegué a la zona del Ayuí y vi el río Uruguay bien bajito! Era más fácil para cruzar sobre todo las carretas y la cantidad de caballos.

¡Al fin pudimos cruzar!

! Ahora sí descansaré en el arroyo Ayuí, en suelo argentino. (Jorge Rodríguez)

EL INDIO

Yo me encontraba parado sobre un cerro a la hora del atardecer, cuando a lo lejos avisté un mundo de gente que se venían bien apuraditos por entre los campos. Cuando se acercaron vi esa marcha penosa que seguía  a un hombre grande y montado en buen caballo al que todos llamaban “Pepe” pero su nombre era José de apellido Artigas.

Yo soy un indio y mi nombre es Choñik les cuento que con gran dolor vi cómo mis padres quemaban las tolderías para seguirlo y para cuidar toda esa gente ya que los portugueses podían atacar. Montamos los caballos y allá marchamos nosotros también detrás del  General. En la marcha iban señoras, viejos, viudas, niños eran unas 15000 personas algunos a pie y otros en carreta. ¡Qué cansados estábamos todos aunque a veces parábamos para comer un asado y dormir un poco! Yo cuando llegué a orillas del río Uruguay estaba contento porque conocí un lugar nuevo, un río bajito y con muchas piedras. (Jhonatan González).

EL GAUCHO

Esa noche estaba tomando una en la pulpería cuando de repente miro para afuera y ¡no lo podía creer, era muchísima gente caminando y el pulpero me explicó que eso era el famoso “éxodo”. Yo como gaucho ni me lo cuestioné, si Artigas se estaba yendo yo me iba con él, era mi deber seguirlo y además si me quedaba los portugueses me matarían!

Mientras marchaba pude ver que todos tenían muchos problemas, que  faltaba la comida, que robaban etc. etc. Unos de los tantos días  de la marcha tuve una gran alegría porque el propio Artigas vino a saludarme dándome la mano y preguntando mi nombre.

Otro día no fue nada lindo porque otro gaucho me retó a duelo por unas ”cubijas” que yo tenía para dormir, pelé mi facón de la cintura y ahí nomás se calmó “el guapo” se ve que era un novato. Al cabo de unas cuantas semanas pasamos un río y ahí  nos quedamos como un año entero acampando y yo empecé una nueva vida. (Carlos Trinidad)

UNA NIÑA HUÉRFANA

Yo nací en el éxodo al costado del camino por eso mamá murió al tenerme. Todos se preocuparon por criarme y después que fui grande me contaron qué fue “la redota”. Parece que había que salir de acá lo antes posible porque sino nos matarían a todos. Dicen que cuando llegó el momento del censo, una señora que tenía muchos hijos, me anotó como hija suya así tengo yo este apellido. Pasado el tiempo mi relación con esa familia fue hermosa tenía mamá y muchos hermanos. ¡Cómo nos divertimos al otro lado del río! Allí di mis primeros pasitos. (María Eugenia Cunha)

LA VIUDA

Me llamo René, soy una mujer viuda y muy amiga de Artigas, cuando el éxodo acompañé al general y sin dudar ni un ratito agarré todos mis trapos, unos camastros unas pocas gallinas, mis tres hijos y me fui para sentirme protegida. Me dolió tener que quemar el rancho y otras cosas que no podía llevar y despidiéndome de mi tierra me fui a “la redota”. En la marcha los niños jugaban, corrían porque no entendían todo los peligros que corríamos.

Iban gauchos, indios negros y negras que ayudaban a las mujeres a parir sus hijos. Así caminamos y caminamos dos meses y siempre bajo la amenaza de los portugueses. Cruzamos el río Uruguay con la ventaja que en el mes de diciembre estaba bajo y acampamos del otro lado del río en el arroyo Ayuí más o menos un año. Artigas se fue a Yapeyú. (Nahuel De Freitas)

UN NIÑO INDIO

Me acuerdo que yo estaba con mi familia en la toldería cuando llegó Artigas, era un hombre bien vestido, muy elegante y le dijo a mis padres que debía irse para la gobernación de Yapeyú y mi padre dijo “vamos todos contigo”. Agarramos unas cobijas, gallinas y lo más indispensable y nos fuimos en la marcha. Unos montados a caballo y otros a pie pero todos iban, nadie quería quedarse, hasta las mujeres embarazadas se subían a las carretas y marchaban con Artigas. Dormíamos donde nos agarraba la noche y allí se hacía un gran fogón para poner la carne pero era un poquito porque sino no daba para todos aunque todos llevaron sus animales para carnear. Así llegamos a Salto pero por momentos fue muy trágico el éxodo! (Soledad Maksimchuk).

EL CURA

Soy un cura franciscano del Colegio de los Padres Franciscanos de Montevideo, de allí fuimos echados por el virrey Elío por ser amigos de Artigas.

Muchos curas como yo caminamos junto a Artigas y su pueblo, en el camino nos tocó casar, bautizar y también dar alguna misa porque Josecito siempre nos pedía. También tuvimos que estar en momentos  muy tristes cuando la gente se moría.

¡Gracias a Dios cruzamos el río Uruguay sin que nadie nos hiciera daño! ya que en “la redota” iban muchos viejitos entre ellos los padres de Artigas muy ancianos. (Abril Altamirano).

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