En nuestros días existe una proliferación de noticias o “pseudo” noticias que circula a través de las redes sociales o de la propia Internet. Cualquier persona puede volcar a estas redes su versión, su opinión, o su interpretación de un hecho o de una situación y el lector desprevenido -como sucede en muchos casos – puede confundirse, por la forma en cómo se la presenta, como se la dice, aunque no se mencione concretamente el origen de la supuesta noticia. Esto es sin saber si está ante una información verdadera o un “show” mediático donde incluso la información o los aspectos informativos de un tema pasan a ser parte del espectáculo.
Lamentablemente es frecuente que la gente se confunda. Los programas denominados “periodísticos”, constituyen más un espectáculo, un show generalmente televisivo, aunque también se los encuentra en la prensa impresa, que un noticiero o una información veraz, chequeada y debidamente investigada.
El propio Tomás Linn, en el libro que plantea la interrogante si es el periodismo un elemento destinado a desaparecer, exhorta a esperar para saber qué es lo que habrá de perdurar de todo este “barullo” informático que tenemos hoy.
Después de pasar por el cernedor del tiempo y la historia del periodismo mismo, veremos qué es lo que queda.
Es que estamos seguros que todo lo que es espectáculo, resulta efímero, destinado a desaparecer pronto de escena sin pena ni gloria.
Por lo tanto lo que habrá de permanecer será la información seria y veraz, como ha sido siempre. Es decir, la credibilidad de los medios basada en un periodismo serio, “creíble”, investigativo, comprometido en la búsqueda de la verdad y no en lo más “ruidoso”, lo que puede levantar los puntos de audiencia o determinar buenas ventas en un día o un breve período, pero inexorablemente destinado a extinguirse sin pena ni gloria.
El mismo Tomas Linn señala en su obra que “imaginar un mundo sin periodismo, es imaginarlo sin libertad”, significa que el periodismo libre e independiente es la columna fundamental de la democracia y si este no existe, entonces no existe democracia.
Significa también que la esencia del periodismo informativo no cambia. El lector, oyente, televidente o internauta, pronto va despejando las “versiones” o “pseudo informaciones” de lo que realmente es información.
Esto obliga al periodismo que pretende ser “serio y creíble” a un trabajo metódico, ordenado y profundo, cada vez mas profesional que permita construir un prestigio basado en la labor diaria.
¡En eso estamos!.
En nuestros días existe una proliferación de noticias o “pseudo” noticias que circula a través de las redes sociales o de la propia Internet. Cualquier persona puede volcar a estas redes su versión, su opinión, o su interpretación de un hecho o de una situación y el lector desprevenido -como sucede en muchos casos – puede confundirse, por la forma en cómo se la presenta, como se la dice, aunque no se mencione concretamente el origen de la supuesta noticia. Esto es sin saber si está ante una información verdadera o un “show” mediático donde incluso la información o los aspectos informativos de un tema pasan a ser parte del espectáculo.
Lamentablemente es frecuente que la gente se confunda. Los programas denominados “periodísticos”, constituyen más un espectáculo, un show generalmente televisivo, aunque también se los encuentra en la prensa impresa, que un noticiero o una información veraz, chequeada y debidamente investigada.
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Por lo tanto lo que habrá de permanecer será la información seria y veraz, como ha sido siempre. Es decir, la credibilidad de los medios basada en un periodismo serio, “creíble”, investigativo, comprometido en la búsqueda de la verdad y no en lo más “ruidoso”, lo que puede levantar los puntos de audiencia o determinar buenas ventas en un día o un breve período, pero inexorablemente destinado a extinguirse sin pena ni gloria.
El mismo Tomas Linn señala en su obra que “imaginar un mundo sin periodismo, es imaginarlo sin libertad”, significa que el periodismo libre e independiente es la columna fundamental de la democracia y si este no existe, entonces no existe democracia.
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