Una nota exclusiva de JUANJO ALBERTI, desde Montevideo
REENCUENTRO CON LA GLORIA
Una película del año 1957, «Reencuentro con la gloria» dio a conocer a Martín Karadagián, comenzando de esa manera su carrera como actor. Se trataba de un drama de Iván Grondona, donde «el armenio» -como le decían a Martín- encarnaba a un luchador en decadencia, que accidentalmente mata a un contrincante en el ring. Atraído por los sets, un año después apareció nuevamente en escena con Alberto Olmedo en «Las aventuras del Capitán Piluso en el castillo del terror», pero ya en ese momento había encontrado su propio filón: los espectáculos de lucha en el estadio Luna Park. En 1962 creó su escudería de «Titanes en el Ring», que lograría un impacto tremendo en la televisión argentina y uruguaya, y luego en toda América, incluyendo el área latina de Estados Unidos. Así, le dio nombre a grandes personajes que le acompañaron: Ararat el armenio, Caballero Rojo, Don Quijote y Sancho Panza, El Apache, El Cavernario, La Momia Blanca, La Momia Negra, El Gitano Ivanoff, El Indio Comanche, Pepino, el payaso, El Leopardo, Super Pibe, Hippie Hair, Iván Kowalski el ruso blanco, Kanghai el Mongol, Mercenario Joe, Mister Moto, Nerón, Rómulo y Remo, Rubén Peucelle el ancho, Tufic Memet el árabe, Ulises el griego, Yolanka, Volkano, Rocky Rolando, entre otros. Y como secundarios, figuraban El hombre de la barra de hielo, El fotógrafo, Joe Galera, La Viudita de las flores rojas, El chico del estornudo, El Tío Rico, el juez William Boo, que no peleaban pero que llamaban mucho la atención por las diferentes personalidades. Era el triunfo de los buenos contra los malos. Los personajes nobles eran admirados por el público, a los malos los abucheaban. Con una platea de muchos chicos fanáticos del programa de Martín, se emitió en dos etapas: 1962 y 1982.
HOY SERÍA EL CUMPLE DE MARTÍN
Martín Karadagián -que es su nombre verdadero- es nacido en Buenos Aires, un día como el de hoy: 30 de abril, pero de 1922. Martín que en los estudios se consideraba más o menos, era hijo de inmigrantes; madre española y padre armenio, aprendiendo lucha grecorromana desde muy pequeño, y con solo 16 años se transformaría en campeón mundial en ese rubro. Al unísono que practicaba constantemente esa disciplina que despertaba su pasión, debía trabajar en lo que fuera, ya que su familia era realmente humilde, por lo que no era extraño observarlo en las entradas de las estaciones de trenes con su cajón de lustrabotas. No obstante logró en suertes tener un pasaje por el cine y el teatro, pero sabía que eso no era lo suyo y que en la lucha estaba realmente su futuro, por lo que casi a fines de los cincuenta, irrumpe con «Titanes en el Ring», convirtiéndose Martín en uno de los personajes más queridos por el público. Un auténtico titán.
DOS PELÍCULAS, MUCHOS LUNA PARK, y CILINDRO
En la llegada de «Titanes en el Ring» -prácticamente con la irrupción de la televisión argentina en blanco y negro- los enfrentamientos del programa llamaban poderosamente la atención de chicos y grandes. Muchos se hicieron de seguidores, hasta fanáticos del espacio. Mientras los locutores Carlos Víctor Andris y Jorge Bocacci eran los maestros de ceremonias sobre el ring, recomendaban «Chicos no hagan esto en sus casas!». El éxito de la producción fue tan inmenso que llegaron a hacerse dos largometrajes: «Titanes en el Ring» y «Los Titanes contraatacan», apareció un álbum de figuritas, un LP con los temas musicales de cada personaje en la etiqueta RCA Víctor, y hasta alfajores, golosinas varias y muchos Luna Park con luchas en vivo y en directo de la troupe. En dichos espectáculos, una pelea muy difundida fue la de Karadagián y La Momia Blanca, donde no triunfó ninguno de los dos, fue empate porque eran considerados buenos. Aprovechando esa bullanguera ocasión Canal 9 Libertad de la vecina orilla inauguraba su primer móvil de exteriores. También Martín con su gente se acercó a Montevideo de la mano de Montecarlo TV Canal 4, actuando en el Cilindro Municial, en la década de los ochenta.
UNA VIDA DIFÍCIL
A pesar de los grandes sucesos y fama, Karadagián no supo ser cuidadoso de su salud, y su debilidad hacia los dulces lo llevó a padecer de diabetes, enfermedad responsable de la inevitable amputación de una de sus piernas. Enfermo, y sin la pierna subió nuevamente al Luna Park, venciendo la tristeza, tirando su bastón y acostado sobre la lona gritó: «Gracias, estoy bien porque estoy con ustedes. Estoy vivo!». Martín dejó de existir el 27 de agosto de 1991, a los 69 años, dejando la imagen de un campeón del mundo que todo lo podía. En sus últimas horas no pudo derrotar a la trágica muerte. Más allá de la nostalgia.
