Saber que es un mal silencioso que aqueja a gran parte de la población, muchas veces, después del diagnóstico, nos asusta y nos cuesta reaccionar, y no debe pasar desapercibido.
Actualmente todavía, queda muchísima gente sin saber qué significa “tener lupus”. Comúnmente, cuando lo

mencionamos, nos preguntan. ¿Qué es?
Nos enteramos, cuando comenzamos a sentir dolores en partes del cuerpo, no siendo zonas demasiado expuestas.
Da la impresión de que realizamos mal algún tipo de ejercicio, en forma inconveniente, que nos produce dolor y muchísimas complicaciones más.
Nos acarrea problemas en distintas partes del cuerpo: En los músculos, en las articulaciones, en la piel, en los riñones y en otras zonas.
La mayoría de los pacientes se sienten obligados a consumir corticoides y sabemos que a la larga, no los favorece.
Las personas afectadas, llegaban a esperar meses para tener un diagnóstico acertado. Hoy día ha cambiado. Para tener un informe más completo sobre el tema, EL PUEBLO, ha entrevistado al doctor Carlos Uboldi, Posgrado en Psiconeuroinmunoendocrinología y esto nos decía:
Todo lo que debemos conocer sobre Lupus:
“El Lupus eritematoso Sistémico ( L.E.S.) es una enfermedad sistémica que se caracteriza clínicamente por cursar con sucesivas exacerbaciones y remisiones, serológicamente por la presencia de múltiples auto anticuerpos, en especial anticuerpos antinucleares (AAN) y patológicamente por inflamaciones en diversos órganos con depósitos inmunes. El compromiso del aparato locomotor y de la piel es muy común, pero puede haber manifestaciones clínicas en cualquier órgano.
Junto con la Artritis Reumatoidea es una de las enfermedades inflamatorias del tejido conjuntivo más comunes. Su prevalencia es de 122 cada 100.000 habitantes. La causa es multifactorial, entre los que se destacan son los factores genéticos, hormonales y ambientales.
Estos factores propician un trastorno inmune cuyo denominador común es la hiperactividad de los linfocitos B y la formación de múltiples auto anticuerpos. Suele comenzar entre los 17 y 35 años.
La relación mujer – varón es de 10 a 1. El pronóstico ha mejorado en los últimos años y la sobrevida depende de la afectación de órganos nobles.
Hasta aquí, es un resumen de esta enfermedad. No es nuestro objetivo explayarnos sobre la misma, ya que hace poco, estuvo en Salto el Profesor Catalá hablando de la misma.
Sí nos interesa escribir sobre otros aspectos poco conocidos, y no menos importantes. Vamos a comenzar con una historia verídica sobre el LES.
A finales de la década del setenta, el Dr. Richard Kirkpatrick, médico de Longview, Washington (EEUU), tuvo una paciente filipina de 28 años que se quejaba de sentirse débil. Las pruebas médicas de rutina demostraron que se trataba de un LES.
Luego le recetó los medicamentos habituales para esa época. Ninguno hizo efecto. Aparecieron más complicaciones. El médico recetó otras drogas y aconsejó una biopsia de riñón. Esta vez la paciente se rebeló y resolvió volver a su país natal, Filipinas, para consultar al hechicero local. Este le explicó el motivo de su enfermedad, era la maldición de un antiguo novio. En una ceremonia especial el hechicero anuló la maldición. La paciente volvió a EEUU y según los médicos estaba curada, y la explicación era una remisión espontánea.
El Dr. Kirkpatrick se impresionó tanto, que realizó un artículo y lo publicó en el Journal of the American Medical Association (JAMA) con el título de “Brujería y LES”. A los dos años y medio, la paciente volvió, pero por otro problema, un pequeño quiste. Esto permitió al médico realizar exámenes de sangre y comprobó que no había más LES.
Con esta historia real, pretendemos poner la atención que no solo los medicamentos pueden ser utilizados para curar las enfermedades sino que existen otros aspectos que pueden influir en la generación y solución de las enfermedades.
Cada vez se conoce más de cada una de las enfermedades, gracias a las investigaciones y tecnología disponibles actualmente. Pero, a pesar de ello, todas las enfermedades crónicas siguen aumentando en su frecuencia. ¿Por qué? Porque se conocen mejor las enfermedades actualmente y se diagnostican más, o por el aumento en la esperanza de vida; o ¿es que tal vez la medicina moderna no encara algunos aspectos que consideramos muy importantes?
La medicina actual es preferentemente farmacológica, y separa la mente del cuerpo, dejando de lado los aspectos psicológicos.
El cuerpo es inseparable de la mente. Los neuropéptidos y sus receptores están en el cuerpo y la mente está en el cuerpo. El LES es considerado una enfermedad autoinmune. O sea, que el propio sistema inmunológico agrede al organismo. ¿Cómo puede ser que nuestro propio sistema de defensa nos perjudique? ¿Por qué deja de reconocernos? ¿Qué ocurre para que suceda esto?
¿Por qué el LES siendo una enfermedad autoinmune es
posible que el sistema inmune agreda la propia persona?
George Solomon en 1964 escribe sobre la integración entre inmunidad, enfermedad y cómo podrían influir los estados emocionales.
El psicólogo Robert Ader y el inmunólogo Nicolas Cohen de la universidad de Rochester, en 1975 entrenaron ratones experimentalmente para asociar cierto estímulo con un evento, dar una droga inmunosupresora con sacarina; posteriormente se les dio sacarina sola y la respuesta fue la supresión de la respuesta inmune. Este experimento demostró que el sistema inmune tiene memoria y que puede ser condicionado a nivel subconsciente.
W. L. Farrar en 1987 publica un interesante artículo sobre la relación del sistema inmune y el nervioso.
Es precisamente en la década del 80 cuando aparecen los principales artículos sobre Neuroendocrinología, Inmunoendocrinología, etc, de donde nace la Psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE) que plantea una nueva forma de ver al ser humano como un todo y a la enfermedad como resultado de un desequilibrio en la intrincada red de mensajes, señales y respuestas en la que moléculas como las citoquinas, las hormonas, los neurotransmisores, etc., juegan un rol capital al aumentar o disminuir ante estímulos emocionales o electrofisiológicos.
La autoinmunidad ha sido vista como la pérdida de la tolerancia. El sistema inmune pierde el reconocimiento de lo propio para determinados antígenos. Hay una autoagresión, ya sea, por células citotóxicas o por anticuerpos.
Se dice que la autoagresión es una manifestación de situaciones psicopatológicas subyacentes. También se ve depresión, cuando un individuo se enfrenta a situaciones dolorosas o a pérdidas que no puede “tolerar”, y todo esto genera inmunosupresión.
Siempre que hay depresión, hay inmunosupresión, y la persona puede enfermarse de infecciones, enfermedades autoinmunes, cáncer, etc.
Según George Solomon, la PNIE: “Estudia los mecanismos biológicos a través de los cuales las emociones, las actitudes, la capacidad de asimilación y superación, las características de personalidad y otros factores psicológicos, ejercen una acción en la aparición y la evolución de enfermedades dependientes de la resistencia inmunológica”.
De acuerdo al Dr. D. López Rosetti, de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés: “Está comprobado que la salud está estrechamente relacionada con cuadros emocionales. Cualquier enfermedad siempre está precedida, condicionada o desencadenada por cuadros emocionales”
Howard Hall demostró en 1990 que el sistema inmune puede ser conscientemente controlado con estrategias ciberfisiológicas, con prácticas autoregulatorias como la relajación, imaginería guiada, autohipnosis, biofeedback, etc.
Esto demuestra que la mejor farmacia está dentro de cada uno, disponible todos los días del año, las 24 horas. Solo hay que aprender a recurrir a ella y buscar el medicamento más apropiado a cada situación. Es más fácil buscar la pastilla mágica, y en esa búsqueda, ya que no existe, nos pasamos perdiendo la vida, nuestra calidad de vida. Siempre buscamos fuera de nosotros la solución de nuestros problemas, o en que el médico nos de la solución mágica. Debemos buscar más dentro nuestro para encontrar qué aflige a nuestra alma, para encontrar la verdadera, profunda y definitiva solución.
Para el Dr. Michael Balint (1896-1970) el médico debe “liberar a las personas lo más posible de las miserias innecesarias de la vida”.
“El propósito del tratamiento será entonces capacitar al paciente para que se conozca a sí mismo, para encontrar una mejor solución a los problemas y lograr así una integración entre él y su medio ambiente”.
Por: Mary Olivera.
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