Es estudiante de Relaciones Internacionales, potenciándose su vocación a través de la experiencia de intercambio estudiantil que vivió en Estados Unidos.
Luciano Rosconi (20) desde hace varios años está vinculado con YFU, organismo de alcance internacional.
Con respecto a su experiencia, el estudiante reflexionó: “así como aprendí un idioma, también aprendí a convivir con gente diferente llegando a la conclusión que el intercambio derriba fronteras y enlaza a todas las naciones.
Es bueno sentir que tenemos otro lugar en el mundo”.
¿Qué es y en que consiste el intercambio estudiantil?
Se lleva a cabo a través de YFU, (la sigla traducida significa “Emprendimiento Joven”), organismo internacional cuya presencia se establece a nivel mundial.
Dicha organización tiene más de sesenta años y surge primeramente en los Estados Unidos y Alemania.
El intercambio le ofrece al joven (de entre 15y 18 años) que elige ir a otro país, que pueda aprender una cultura diferente, que se adapte una familia, y sobre todo que madure.
El cambio de clima, de status permite a los estudiantes vivir una realidad diferente, aportándoles en el crecimiento como personas, el conocimiento de la realidad del mundo en que vivimos y la relación de convivencia con muchas culturas.
“Cuando fui en mi intercambio a los Estados Unidos, Minessota, en el liceo donde concurrí pude relacionarme con chicos de Estados Unidos, Suecia, China, Francia, Suiza, entre otros países (el viaje fue en agosto del 2006 y volvió en julio del 2007).
Ello me posibilitó aprender costumbres diferentes en un solo país.
La experiencia fue espectacular.” – compartió el entrevistado.
Como suele suceder en muchos países, solemos etiquetar y calificar a los ciudadanos de otros lugares como de “sociedades frías”, cuando en la realidad no es así; la calidez, solidaridad y camaradería trasciende a las naciones.
ESPIRITU DE
INTERCAMBIO
El objetivo es el cultivar el aprendizaje en la convivencia, divertirse y compartir experiencias enriquecedoras.
Así como existe diversidad de etnias, también lo hay en las religiones, católicos, judíos, protestantes y musulmanes; la razón del intercambio es unir.
Luciano Rosconi presentó en la facultad un proyecto sobre el intercambio con el que obtuvo las máximas calificaciones.
“La experiencia es única. Se aprende tanto que solamente nos percatamos si la vivimos personalmente.
A mí me encaminó en la carrera profesional que estoy emprendiendo” – aseveró.
YFU es una organización que busca darle la oportunidad al joven de viajar y conocer, constituyéndose en un potencial “ciudadano del mundo”, que deja atrás el nacionalismo mal entendido y abre sus fronteras sociales.
SER ANFITRION:
VOLUNTAD DE
COMPARTIR
Los anfitriones son las familias que reciben a estos chicos en sus casas por el espacio de seis meses o un año.
La familia anfitriona debe estar decidida y conciente de que va a recibir a un adolescente en su casa y que debe agasajarlo con cariño, abierta a una experiencia totalmente nueva, que beneficia tanto al chiquilín que llega como a la familia que lo acoge.
Infelizmente se han dado casos de personas que en primera instancia se muestran de acuerdo en recibir a un estudiante y luego cuando éste llega, cambia de opinión, ello genera mucha angustia en el chico que llega a un país que no conoce y necesita contención.
La idea es que el núcleo familiar que está de acuerdo en hospedar a un joven, tenga muchísimas ganas de tenerlo y la responsabilidad y el respeto hacia la organización mentora del intercambio.
Se deja el individualismo de lado, abriéndose la puerta hacia el compartir y el trabajo en equipo.
Hay dos modalidades de intercambio estudiantil; los semestrales y los anuales.
Los adolescentes antes de emprender el viaje son instruidos mediante talleres, tanto en el país de origen como en el que lo recibe.
La orientación previa al viaje consta sobre cultura, las comidas y costumbres y como actuar en el núcleo familiar, entre otras importantes directivas.
Hoy en día en Uruguay por YFU se encuentran alrededor de sesenta jóvenes de intercambio procedentes de Suecia, Suiza, Estonia, Finlandia y Estados Unidos de entre quince y dieciocho años que vienen para hacer por ese año el liceo.
Es de resaltar que esta experiencia se da una vez en la vida, en donde el joven aprende a discernir las verdaderas claves de un mundo integrador.
