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miércoles, 4 de junio de 2025
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Lourdes Arburúas y Fabiana Benedicto, odonto pediatras La encomiable vocación de servicio de dos odontólogas salteñas especializadas en la atención de niños especiales

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Diario EL PUEBLO digital
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Cuando se trata de definir qué es la vocación de servicio, nos encontramos con algunas limitaciones en la palabra, por lo que entendemos mejor dar ejemplos de vida para que el concepto se entienda. Sin duda que el maravilloso trabajo que dos odontólogas vienen realizando en Salto desde hace algunos años con niños con discapacidad, es más que encomiable, al extremo que son parte de una generación de tan solo nueve dentistas en todo el país que egresaron de un curso de tres años realizado en la Facultad de Odontología que trató justamente la peculiaridad de estos pacientes. Las Dras. Lourdes Arburúas y Fabiana Beneditto recibieron a EL PUEBLO para compartir con nuestros lectores su trabajo.

– ¿Cómo surge en ustedes encarar este trabajo que no es para nada sencillo?.
Arburúas- Realmente surge por casualidad, porque como tenemos perfil de odonto pediatras, trabajamos mucho con niños y nos empiezan a derivar niños especiales, niños con discapacidad. Nosotras trabajamos juntas en un servicio y vimos como que solas, cada una por su lado, no íbamos a poder, entonces como tenemos afinidad y ya nos conocíamos, no sé, como que yo invité a Fabiana y empezamos con un chiquito, así empezó todo. Pero desde el principio que empezamos a tratar a estos niños, nuestra idea, el sueño, era revertir la realidad que veíamos, los discapacitados estaban condenados a la odontología extraccionista, o sea, anestesia general, extracciones y nada más.

– ¿No se hacían arreglos en los dientes de los niños discapacitados?.
Arburúas- No había arreglos, o sea, estaban excluidos de la odontología, y nuestro sueño fue incluirlos en la odontología.

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– ¿Ustedes son las únicas profesionales que trabajan con niños discapacitados?
Beneditto- Que trabajamos en block al menos, sí.

– ¿Qué es trabajar en block?.
Beneditto – La discapacidad a veces se puede atender de forma ambulatoria en consultorio como acá donde estamos, por ejemplo, y otras veces la misma discapacidad hace que sea imposible acceder acá en forma ambulatoria. Entonces, otra alternativa de abordaje que se tiene sería la anestesia general, en casos que realmente lo necesiten. En esos casos vamos al sanatorio, ahí nosotras hicimos adaptar una consola para poder llevar nuestro consultorio al block quirúrgico. Ahí, bajo anestesia general, hacemos toda la odontología, que esa es la gran diferencia que te hablaba María Lourdes, no se hacen solamente extracciones sino que se hacen restauraciones hasta dejarle la boca en estado de salud.

– ¿Hay que tener una sensibilidad especial para atender a estos pacientes o lo toman como algo que debería ser normal?.
Beneditto- No, yo pienso que el tema es que te tiene que llegar, tiene que haber cierta afinidad o no se cómo llamarlo pero es más bien vocacional, algo que lo hacés porque te sentís bien haciéndolo…

Arburúas- Porque estamos convencidas que estamos haciendo algo que no se hacía y que es necesario hacerlo. Sentimos gran satisfacción poder hacerlo. Hemos recogido muchos, muchos agradecimientos de padres de niños que después que nosotros hicimos odontología, los padres nos llaman, nos dicen “mi hijo otra vez vuelve a dormir toda la noche”, “le bajaron la medicación”, “no se auto agrede más”, evidentemente son niños que tienen dolor que no lo pueden expresar, entonces para nosotras es una satisfacción tan grande que nos da mucha fuerza.

– ¿Dónde se prepararon?.
Arburúas- En varios lados. Primero hicimos cursos, fuimos a Buenos Aires, aquí mismo en Uruguay hicimos un curso de perfeccionamiento en la Facultad de Odontología de tres años, donde el primer año fue todo teórico donde te daban algunas cosas de psicología, fue un año como para pensar. Si vos te podías parar frente a la discapacidad, no sentir lástima, ser útil y que la discapacidad no pudiera con vos, son cosas que te hacían replantear un montón de cosas. Ese primer año viajábamos con una frecuencia de cada 15 días a Montevideo y después tuvimos dos años de clínica de atención en la misma Facultad. De ese curso egresamos en diciembre del 2008.

Beneditto- El tema de la discapacidad, ahora que se habla mucho de inclusión, la Universidad también está queriendo involucrarse. En nuestra Facultad en particular, en ese año que nosotras hicimos, fue la primera vez que se hizo un curso de larga duración de este tipo. O sea que la Facultad de Odontología piensa en el discapacitado pero, hoy por hoy, ese curso es optativo, si cualquiera de nosotros queremos formarnos, optamos por ese tipo de curso. Hay en otros lugares, como en Mendoza (Argentina), donde los estudiantes tienen de forma curricular que pasar, si o si, por una materia en 5º año que tienen odontología para discapacitados, entonces, tienen siempre contacto. Acá, en la Facultad nuestra, ahora se hace a nivel de estudiantes, cosa que no pasó cuando éramos nosotras estudiantes, que pueden optar por hacer un curso durante un semestre de odontología en discapacitados.

– ¿Hay muchos odontólogos con esta especialización en el país?.
Arburúas- Somos nueve profesionales a nivel país que tenemos esta formación, los primeros, porque es la primera vez que se hace este curso, de los cuales Salto tiene el gran beneficio de tener dos de los nueve. Cuando comenzamos a trabajar juntas, lo hacíamos para apoyarnos, cuando fuimos a los cursos vimos que justamente se recomienda trabajar de a dos.

– ¿Por qué?.
Arburúas- Porque mientras un profesional hace de dentista, el otro contiene tanto la situación del niño como a la familia. Después que terminamos nuestra formación en Uruguay, asistimos este año a un congreso mundial de salud bucal en el discapacitado en San Pablo (Brasil). Además de ir a este congreso, comenzamos a ver centros de referencia mundial, por lo que volvimos con la idea de empezar a visitar un centro por año, y este año fuimos a un centro en Mendoza (Argentina). Entonces, en la Universidad de Cuyo (Mendoza), en la Facultad de Odontología, hace 16 años que está funcionando un centro de atención odontológica para pacientes discapacitados.

– Ustedes han dicho algo muy importante que me parece debemos subrayar, a través de la odontología en chiquitos con discapacidad, han mejorado su calidad de vida.
Arburúas- Hace unos veinte días intervinimos a una niña, los padres nos mandaron flores con una linda tarjeta y nos dijeron que nos agradecían porque ellos se volvieron a reencontrar con la hija que era antes, que estar con su hija era un problema y que ahora la niña dormía, como que se reencontraron todos en la familia. La chiquita tenía una discapacidad severa donde no se pueden comunicar, no pueden decir lo que les está pasando, y a veces es tan sencillo o no tan sencillo, pero se trata de un problema bucal.

Recordemos que con cualquier dolor se ponen agresivos, muerden, en las discapacidades más severas surge la autoagresión, no duermen de noche, le dan medicamentos, psicofármacos, todo un bolo que a veces con la sola intervención odontológica todo eso se calma.

Beneditto- Va más allá todavía, porque se busca el bienestar del paciente, mejorar su calidad de vida pero va mucho más, se refleja en la mejora de la calidad de vida de todo el entorno familiar.

– ¿Cómo llegan los padres con su hijo con discapacidad a ustedes?.
Arburúas- En general llegan por derivación de los padres en el boca a boca, el odontólogo todavía no está formando, no hay ningún equipo multidisciplinario de atención al discapacitado. Todavía la odontología no se ha logrado meter en los equipos, esa es una de las luchas que tenemos.

– ¿En los equipos médicos?.
Arburúas- Sí, en los equipos multidisciplinarios, ahí encontramos a la psicóloga, la psicopedagoga, la fonoaudióloga, el fisioterapeuta, el médico, el neurólogo… pero el odontólogo nunca está. Por ejemplo, en un centro de prematuros como hay acá en Salto, hay cantidad de especialidades, pero el odontólogo no está, donde el ideal es empezar nuestra labor apenas nacido el niño.

Beneditto- Nos han derivado neuropsiquiatras y psiquiatras infantiles más que nada, por ejemplo, pero lo que más se da, es que vengan los padres sin haber sido derivados por algún profesional, eso ocurre en forma mayoritaria.

– Se tiene la idea que ir al dentista es caro. A eso agregamos que los padres con niños con alguna discapacidad han de tener un presupuesto solo para su medicación, ¿qué se le puede decir a los padres en ese sentido?.
Arburúas – La odontología es accesible como cualquier odontología, no es tanto el plus económico. A veces son pequeñas intervenciones que ya modifican una boca y para que sean más baratas, más eficientes, como todo, hay que tener una intervención temprana, precoz. Cuanto más chico se consulta, el niño va a ser mejor desde todo punto de vista, también desde lo económico. El problema es a veces cuando tenemos en general consultas tardías, con una patología acumulada, cualquier persona si llega al odontólogo con casi todas las piezas con caries le va a costar mucho más que si llegara en condiciones más o menos aceptables.

– ¿O sea que la primera recomendación refiere a la prevención?
Arburúas- En todas las personas, consulta precoz.

Beneditto- Hoy por hoy en otros países se habla de odontología del bebé, clínica del bebé, se lleva al odontólogo desde bebé, desde sus primeros meses. Así como hay control pediátrico, hay control odontológico.

– Volviendo a nuestro país, ¿desde cuándo recomiendan a los padres traer a revisación bucal a sus hijos?.
Beneditto- Desde bebé, incluso desde antes que le salgan los dientes, se les puede enseñar a los padres, y a través de los padres a hacer odontología, porque se les va a enseñar conductas que lo irán beneficiando a él posteriormente. Hay muchas cosas que no se hacen porque no se saben, nadie nació sabiendo, alguien se las tiene que enseñar

Arburúas- Aparte la prevención pasa muchas veces en estas primeras etapas por hábito, por cosas conductuales. Es explicando, dando consejos dietarios, un montón de cosas que se hacen hablando.

– ¿Qué tipos de discapacidades han tenido que enfrentar?.
Arburúas- Todas, intelectuales, sordos, ciegos, con parálisis cerebral, retrasos, down, autismo…

– Me imagino que si uno cuando va al dentista se siente algo incómodo con esos instrumentos que usan… ¿cómo logran contener al chiquito con discapacidad en el consultorio?.
Beneditto- En los chiquitos y con cualquiera, es preocupación cualquier cosa desconocida, pero cuando empezás a reconocer, a involucrarte y a insertarte en ese lugar, se van perdiendo los miedos. Por eso decíamos hoy que lo ideal, lo mejor en todo paciente, no solo el discapacitado, es que inicien el consultorio con la boca en salud, comenzando temprano a conocer esos aparatos que usted dice que impresionan tanto y le hacemos el tratamiento donde no va a haber dolor. Nos pasa a todos, los niños después se acostumbran y entran solos, es más, empiezan a quedar más grandes y vienen solos al dentista.

– ¿Cómo es ese primer contacto con un chiquito con discapacidad? ¿Qué es lo que hacen para que entre en confianza?.
Arburúas- El abordaje depende de la discapacidad. Por ejemplo, en ANDA, atendiendo a una niña sorda recordé que en Mendoza tenían tapabocas transparentes…

– ¿Para que viera los labios?.
Arburúas- Claro.

– Dentro de la variedad de discapacidades que pueden existir, se ven en la ciudad chiquitos con problemas psicomotrices o con síndrome de down, ¿cómo es el abordaje en esos casos?.
Arburúas- Esos niños, por ejemplo, son totalmente integrables a un consultorio y a una atención ambulatoria, quizás los tiempos son diferentes. Aunque también dentro de los otros niños hay de todo, hay niños que ingresan olímpicamente…

Beneditto- No hay una única receta, es lo primero que nos enseñan, cada niño, incluso con la misma patología, probablemente vaya a ser atendido en forma diferente porque son dos niños diferentes. Tenemos que tener cierta cintura como para llegar a tener esa comunicación que a veces incluso, con la misma discapacidad, no podés tenerla directamente, tenés que tenerla a través de los familiares. De todas formas alguna estrategia tenés que encontrar, cada una es diferente a la que le sigue.

Arburúas- Las primeras entrevistas en general, nosotras más que hacer, observamos, vemos qué pasa, como se asusta, como mira, qué colaboración hay del padre y de la madre, con quién sería mejor que viniera, si con el padre, la madre o alguien que lo cuida, como que preguntamos mucho para ahondar. Es más, Fabiana muchas veces filma, después nos sentamos en el escritorio a ver la filmación y nos ponemos a discutir las posibles estrategias.

– ¿Qué mensaje les darían a los padres con niños con alguna discapacidad?.
Arburúas- Recomendamos a los padres que hagan una consulta con el odontólogo lo antes que puedan, que no esperen, que no hagan la consulta tardía. La boca es una parte muy importante de la salud de su hijo y que el buen estado de salud de la boca va directamente proporcional a la calidad de vida que puedan tener.

Beneditto- La discapacidad se ve mucho en pacientes de bajos recursos, el gran desafío que tenemos es que la odontología de la discapacidad sea tomada en cuenta desde el mismo Estado, que sea algo obligatorio y acompañado con políticas de salud. Creo que es nuestro sueño porque obviamente María y yo no podemos ser Quijotes ni mucho menos, y vemos que la necesidad es mucha.

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