Días pasados al cumplir quince años Tamara Soledad Olivera Valles Rivas, sus padres Leonardo y Rosario ofrecieron una hermosa fiesta invitando a familiares, amistades y compañeros de estudios con los cuales compartieron gratas horas de sociabilidad y diversión. El local elegido fue Le Park cuyas instalaciones fueron decoradas en los colores naranja y blanco. En la entrada se extendió una alfombra roja que conducía al recibidor donde se decoró con bandas de telas entrelazadas y moños anaranjados, en este sitio se ubicó el atril con el cuadro destinado a recoger las firmas y mensajes.
En el salón el techo lucía surcado de telas y globos espejados sobre la pista de baile, las columnas fueron recubiertas de telas blancas y luces led color salmón, en armonía de colores fueron los manteles que cubrían las mesas, al centro lucían esferas de vidrio con gemas hidratadas y veloncitos encendidos.
La quinceañera llegó al salón vistiendo solero de baile blanco, satén revestido de gasa, corsage de un solo bretel delineado el escote con flores bordadas en canutillos y mostacillas blancas con los centros anaranjados, la falda larga y evasée y en el peinado lució delicado hilo de strass.
Fue recibida por sus padres y hermanos Kevin y Katerine, también se encontraban las abuelas Brenda Rivas y Hilda de Mora, junto a la madrina Paola Texeira.
A la medianoche con su papá inició el baile con el tradicional vals, por varios minutos cambió parejas con sus invitados varones, posteriormente ritmos de moda fueron una invitación a la alegría y diversión en el animado baile. En la madrugada se repartió el cotillón.
Llegado el momento del brindis la familia se ubicó junto a la mesa principal enmarcada con cortinado de voile en ambos colores y al medio una gigantografía de Tamara, al frente la mesa fue tendida con fino mantel bordado, encima se lucía la torta de cumpleaños, eran tres pisos separados ubicados en diferentes planos bañadas de fondant blanco y detalles de flores de azúcar tono salmón, acompañaban las quince velas del centro de la felicidad ubicadas en un candelabro y detalle floral en ambos colores al medio.
Fue una noche muy divertida, recibió la jovencita múltiples y finos obsequios, estos fueron otro motivo de alegría.
Días pasados al cumplir quince años Tamara Soledad Olivera Valles Rivas, sus padres Leonardo y Rosario ofrecieron una hermosa fiesta invitando a familiares, amistades y compañeros de estudios con los cuales compartieron gratas horas de sociabilidad y diversión. El local elegido fue Le Park cuyas instalaciones fueron decoradas en los colores naranja y blanco. En la entrada se extendió una alfombra roja que conducía al recibidor donde se decoró con bandas de telas entrelazadas y moños anaranjados, en este sitio se ubicó el atril con el cuadro destinado a recoger las firmas y mensajes.
En el salón el techo lucía surcado de telas y globos espejados sobre la pista de baile, las columnas fueron recubiertas de telas blancas y luces led color salmón, en armonía de colores fueron los manteles que cubrían las mesas, al centro lucían esferas de vidrio con gemas hidratadas y veloncitos encendidos.
La quinceañera llegó al salón vistiendo solero de baile blanco, satén revestido de gasa, corsage de un solo bretel delineado el escote con flores bordadas en canutillos y mostacillas blancas con los centros anaranjados, la falda larga y evasée y en el peinado lució delicado hilo de strass.
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Fue recibida por sus padres y hermanos Kevin y Katerine, también se encontraban las abuelas Brenda Rivas y Hilda de Mora, junto a la madrina Paola Texeira.
A la medianoche con su papá inició el baile con el tradicional vals, por varios minutos cambió parejas con sus invitados varones, posteriormente ritmos de moda fueron una invitación a la alegría y diversión en el animado baile. En la madrugada se repartió el cotillón.
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Llegado el momento del brindis la familia se ubicó junto a la mesa principal enmarcada con cortinado de voile en ambos colores y al medio una gigantografía de Tamara, al frente la mesa fue tendida con fino mantel bordado, encima se lucía la torta de cumpleaños, eran tres pisos separados ubicados en diferentes planos bañadas de fondant blanco y detalles de flores de azúcar tono salmón, acompañaban las quince velas del centro de la felicidad ubicadas en un candelabro y detalle floral en ambos colores al medio.
Fue una noche muy divertida, recibió la jovencita múltiples y finos obsequios, estos fueron otro motivo de alegría.
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