Días pasados los esposos Daniel Lura y Patricia Nacimento ofrecieron una hermosa fiesta agasajando a su hija Florencia al cumplir quince años.
El salón de fiestas fue decorado al más puro estilo shabby chic con detalles artesanales realizados por su papá en hierro forjado, cortinados de voile y brocatos combinados en los tonos rosa tenue, rosa salmón, blanco y marfil. Daban especial marco hermosos bouquet de flores primaverales.
En la entrada se ubicó bicicleta metalizada, patinado en blanco, decorada con canasta de mimbre sosteniendo flores y follaje. En el recibidor en ambos costados, había altos candelabros realizados con varillas de hierro también patinados de blanco, en sus brazos extendidos portaban velones redondos y destacado bouquet de rosas y claveles salmón e ilusión unidos a pequeños jazmines perfumados, estos arreglos realzaban el cuadro donde los invitados dejaban sus firmas y mensajes; acompañaba una de las tantas gigantografías que adornaban el salón.
Avanzando por el salón se ubicó un sitio con dos sillones blancos de respaldo alto y almohadones de raso rosados bordados en pedrería, al centro una mesa de living antigua, detrás se veían cortinados de voile combinando blanco y salmón que se mecían con la suave brisa reinante. En la cortina central se colgó una lona con fotos de la quinceañera en la estancia familiar, y en lo alto iluminaban dos arañas de pantallas rosada salmón y caireles.
Florencia llegó al salón en un auto de colección acompañada de su hermano Ignacio y el padrino Carlos Lura, vistió modelo de fiesta confeccionado por su abuela materna, piel de ángel color natural, corsage trabajado con alforzones y destacadas las líneas de breteles, escote, talle y zócalo de la amplia falda con guardas bordadas en canutillos y perlas,sus largos cabellos peinados con trencitas a los costados retenidas atrás con broche artesanal de perlas y flores.
La esperaban sus padres y los abuelos Juan Francisco Nacimento y María del Carmen Pérez, José María Lura y Lucy Piastri, la madrina Beatriz Motta.
Luego de saludarlos, con su papá, ingresó al salón comenzando el vals, esta danza se extendió por varios minutos al ir cambiando de parejas con familiares, amigos y compañeros de estudios, luego ritmos de moda fueron una invitación a la alegría y diversión que se extendió hasta el amanecer. El momento de mayor bullicio fue cuando se repartió el colorido cotillón.
Los invitados mayores disfrutaron del festejo ubicados en coquetas mesas y sillas vestidas de blanco con los centros logrados con transparencias en forma de copón llevando en la base marmolina salmón y un velón encendido, mientras que los jóvenes se ubicaron en un sector de puf, sillones y mesas bajas, en este lugar estaba la mesa de las variadas golosinas y la barra led de tragos, con el entorno decorado con cortinados blancos y grandes flores en los colores de la fiesta.
Al momento del brindis tomó relevancia un sitio con cortinados combinados, a su frente se ubicaron dos altas mesas de hierro sosteniendo la del centro la tres tortas de cumpleaños, redondas, blancas con detalles de flores de azúcar y arriba rosas salmón y claveles blancos, dos pisos sostenidos con cubos metalizados, en ambos costados sobre las mesitas restantes había tres cubos metalizados de diferentes alturas sosteniendo de a cinco las quince velas rosadas emergiendo de entre claveles blancos e ilusión, la restante portaba destacado ramo en forma de abanico de flores naturales logradas con rosas salmón, claveles e ilusión sobre base de cristal.
Como muestra de afecto y amistad recibió múltiples y finos obsequios, siendo estos otro motivo de alegría.
Días pasados los esposos Daniel Lura y Patricia Nacimento ofrecieron una hermosa fiesta agasajando a su hija Florencia al cumplir quince años.
El salón de fiestas fue decorado al más puro estilo shabby chic con detalles artesanales realizados por su papá en hierro forjado, cortinados de voile y brocatos combinados en los tonos rosa tenue, rosa salmón, blanco y marfil. Daban especial marco hermosos bouquet de flores primaverales.
En la entrada se ubicó bicicleta metalizada, patinado en blanco, decorada con canasta de mimbre sosteniendo flores y follaje. En el recibidor en ambos costados, había altos candelabros realizados con varillas de hierro también patinados de blanco, en sus brazos extendidos portaban velones redondos y destacado bouquet de rosas y claveles salmón e ilusión unidos a pequeños jazmines perfumados, estos arreglos realzaban el cuadro donde los invitados dejaban sus firmas y mensajes; acompañaba una de las tantas gigantografías que adornaban el salón.
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La esperaban sus padres y los abuelos Juan Francisco Nacimento y María del Carmen Pérez, José María Lura y Lucy Piastri, la madrina Beatriz Motta.
Luego de saludarlos, con su papá, ingresó al salón comenzando el vals, esta danza se extendió por varios minutos al ir cambiando de parejas con familiares, amigos y compañeros de estudios, luego ritmos de moda fueron una invitación a la alegría y diversión que se extendió hasta el amanecer. El momento de mayor bullicio fue cuando se repartió el colorido cotillón.
Los invitados mayores disfrutaron del festejo ubicados en coquetas mesas y sillas vestidas de blanco con los centros logrados con transparencias en forma de copón llevando en la base marmolina salmón y un velón encendido, mientras que los jóvenes se ubicaron en un sector de puf, sillones y mesas bajas, en este lugar estaba la mesa de las variadas golosinas y la barra led de tragos, con el entorno decorado con cortinados blancos y grandes flores en los colores de la fiesta.
Al momento del brindis tomó relevancia un sitio con cortinados combinados, a su frente se ubicaron dos altas mesas de hierro sosteniendo la del centro la tres tortas de cumpleaños, redondas, blancas con detalles de flores de azúcar y arriba rosas salmón y claveles blancos, dos pisos sostenidos con cubos metalizados, en ambos costados sobre las mesitas restantes había tres cubos metalizados de diferentes alturas sosteniendo de a cinco las quince velas rosadas emergiendo de entre claveles blancos e ilusión, la restante portaba destacado ramo en forma de abanico de flores naturales logradas con rosas salmón, claveles e ilusión sobre base de cristal.
Como muestra de afecto y amistad recibió múltiples y finos obsequios, siendo estos otro motivo de alegría.
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