Los esposos Eduardo Pereira y Miriam Verdala ofrecieron días atrás una hermosa y divertida fiesta agasajando a su hija Camila al cumplir quince años.
Recibieron a familiares y amistades en la planta alta del club Peñarol, la escalinata fue decorada como un teclado de piano, en el recibidor estaba la mesa con el álbum destinado a recoger las firmas y mensajes de cuantos acompañaron a Camila en su día.
El salón fue ambientado con notas musicales de color fucsia ubicadas en las paredes laterales, mientras que en el techo sobre la pista de baile habían torzadas de globos plateados, negros y blancos unidos a telas, la pared donde estaba la mesa principal fue tapizada con cortinados donde se adherían notas musicales.
Las mesas fueron tendidas con manteles negros y senderos intercalados en los colores fucsia y plata, los centros de mesas eran originales violines de madera apoyado en una corchea y vela.
La quinceañera llegó a la fiesta acompañada de su abuelo Orestes Verdala y su tío Marcelo Verdala que viajó expresamente desde Cuba, mientras inundaba el lugar el tema “Balada para Elina”.
La joven realzó su prestancia vistiendo modelo de baile interpretado en raso y organza blanco, corsage de corte solero y breteles recamados con lentejuelas al tono y fucsia, amplia falda aprisionando el talle faja fucsiaag extendiéndose sobre uno de los laterales, complementó con tiara de strass en el peinado.
Fue recibida por sus padres y hermana Sofía Milagros, luego se acercó la abuela Sara Pereira Castro y el padrino Daniel Pintos, posteriormente ingresó al salón siendo recibida con un emocionado aplauso. Para comenzar el animado baile Camila cambió la falda por una más corta y así poder lucir las botas largas blancas, fue coronado sobre la madrugada cuando se repartió el cotillón.
Llegado el momento del brindis tomó mayor relevancia la mesa principal donde estaba la torta de cumpleaños de tres pisos ubicados en desniveles bañadas de fondant blanco y decorada con un pentagrama en negro, acompañaba el árbol de la vida con las quince velas fucsia ubicadas en la parte superior de notas musicales.
Entre las elegantes de la noche recordamos a su mamá, vistió solera larga de color azul petróleo, la parte superior drapeada y retomada con barrita de strass señalando el talle imperio, desde allí se extendía paneaux flotante sobre la falda de suave movimiento, su hermana lució vestido straples de raso color fucsia revestido con organza bordada, falda con terminación de vuelo de tul negro.
Como muestra de afecto recibió múltiples y finos obsequios, retribuyó atenciones repartiendo los souvenirs consistentes en corcheas fucsia donde se adhería la tarjetita de agradecimiento.
Para acompañarlos llegaron familiares de Montevideo, Paysandú y Cuba.
