Tres estrenos invitan a ir al Cine Salto Shopping esta semana, una de abogados, «Culpable o inocente» y dos comedias, «Quiero matar a mi jefe» y «Los pingüinos de papá» con lo nuevo de Jim Carrey. Mientras por una semana más, renuevan «Los Pitufos», «Linterna Verde» y «Mi vecino es un espía» con Jackie Chan.
QUIERO MATAR A MI JEFE
Tres amigos se apoyan mutuamente al compartir una de las grandes desventuras de la vida moderna: tener un jefe espantoso. Pero el asunto se pone serio cuando surge la idea de asesinar a sus torturadores, en un plan de homicidios cruzados directamente plagiado de «Extraños en un tren» (1951), del gran Alfred Hitchcock. Sin embargo, a lo que de veras recuerda esta comedia negra es a «Cómo eliminar a su jefe» (1980), sátira donde tres secretarias (Jane Fonda, Lily Tomlin y Dolly Parton) fantaseaban con liquidar a un jefe tirano y misógino. Solo se trata de una película algo graciosa. El buen reparto no alcanza a salvar del todo a la película, sin embargo, Kevin Spacey, Jennifer Aniston, Colin Farrell, Jamie Foxx, Donald Sutherland, Jason Bateman, Charlie Day y Jason Sudeikis invitan a pagar la entrada para ver cómo tratan de defender a un guión liviano.
n
CULPABLE O INOCENTE
Se podría decir de esta película que es una más de abogados, donde se muestran una vez más las falencias y yerros del sistema judicial anglosajón. Donde se puede ver como siempre, a los abogados de las grandes corporaciones o de gente rica, que también tienen sus pecados que tratan de esconder del resto por lo que justamente necesitan abogados, o los abogados que deciden trabajar en la fiscalía porque tienen ambiciones políticas o los abogados que se encargan de defender a los delincuentes de poca monta.
Los abogados comprendidos en la tercera categoría, terminan por acostumbrarse a defender a culpables y a sacarlos de la cárcel mediante pactos non sanctos con la fiscalía, o por una fianza al alcance del delincuente de turno o por un tecnicismo. Todos los días juntándose con la escoria de la sociedad en la que vive, entre traficantes de droga y pequeños delincuentes, termina por darle lo mismo que sea culpable o no, sin llegar a diferenciar quién es inocente, importándole únicamente y en el peor de los casos, que pague la menor sentencia posible, aunque se trate de una persona inocente.
Esta película esboza, como tantas otras, ese dilema moral del abogado, cuando ya no importa si su cliente es inocente. En cambio, lo entrega a las fauces de una fiscalía que necesita que las estadísticas le sigan dando favorable en cuento a casos resueltos para seguir adelante en su propia carrera. Salvar a una persona de la pena de muerte consiguiéndole una condena de cadena perpetua si se declara culpable de un homicidio que no cometió no significa precisamente ser un buen abogado. Y sin embargo, esta historia es solo el motivador del protagonista, pues no se trata de la principal línea argumental de esta historia.
Pues bien, a estos mensajes morales ya conocidos en otras películas donde finalmente el abogado en cuestión recibe una especie de mensaje divino de conversión y que de ahí en más decide hacer el esfuerzo por revertir su mala acción, hay que sumarle una atractiva propuesta policial, un auténtico juego de gato y ratón entre un abogado y su cliente, con alguna vuelta de tuerca que si bien no lo toma desprevenido, debemos reconocer que no hace otra cosa que enriquecer el interés por la película.
En suma, «Culpable o inocente» (The Lincoln Lawyer, 2011), es una película basada, una vez más en un Best Seller, en esta ocasión de Michael Connelly, cuyo personaje principal es Mickey Halley (Matthew McConaughey), un abogado penal que toma los casos que ningún otro abogado, sea por cuestiones éticas o morales, se anima a aceptar. Mickey es manipulador con propios y extraños (incluso con sus propios clientes) y la manera de ejercer su profesión lo llevó a convertirse en un cínico y hasta a tener algún que otro problema con la bebida.
Su fama por resolver casos complejos lo habría llevado a representar a un joven millonario (Ryan Phillippe) acusado de golpear a una prostituta, un caso aparentemente simple que terminará por ponerlo cara a cara con un oponente tan astuto como él, donde no solo pondrá en riesgo su carrera sino también su vida. Aquí McConaughey no es el típico galán seductor que solemos ver en las comedias románticas a las que nos tiene acostumbrados sino todo lo contrario, el suyo es un personaje astuto, manipulador y carismático que conforme se desarrolla la historia muestra su lado más oscuro, una especie de antihéroe de los abogados. Se trata de un gran cambio para McConaughey, que lleva el peso de la historia sobre sus hombros y en todo momento demuestra estar a la altura de las circunstancias. Sin embargo, McConaughey cuenta con buenos actores en roles secundarios, como Marisa Tomei, interpretando a la ex esposa de Mickey; William H. Macy es un policía retirado que colabora con Mickey y Josh Lucas el abogado querellante.
«Culpable o inocente» explota bien los típicos recursos del cine de suspenso y logra mantener expectante al espectador a fuerza de buenos giros de trama. Si bien no es lo mejor del género cuenta con una buena historia y con un reparto interesante de ver. Una buena opción para aquellos que quieran ver una película inteligente y bien planteada. Se trata de nuestra recomendación de la semana.
