Carlos Ruiz Zafón
La ciudad de vapor
Carlos Ruiz Zafón concibió está obra como un reconocimiento a sus lectores, que le habían seguido a lo largo de la saga iniciada con/La Sombra del Viento.
«Puedo conjurar rostros de chiquillos del barrio de la Ribera con los que a veces jugaba o peleaba en la calle, pero ninguno que quisiera rescatar del país de la indiferencia. Ninguno excepto el de Blanca.»

Un muchacho decide hacerse escritor al descubrir que sus invenciones le regalan un rato más de interés por parte de la niña rica que le ha robado el corazón. Un arquitecto huye de Constantinopla con los planos de una biblioteca inexpugnable. Un extraño caballero tienta a Cervantes para que escriba un libro como no ha existido jamás. Y Gaudí, navegando hacia una misteriosa cita en Nueva York, se deleita con la luz y el vapor, la materia de la que deberían estar hechas las ciudades.
El eco de los grandes personajes y motivos de las novelas de El Cementerio de los Libros Olvidados resuena en los cuentos de Carlos Ruiz Zafón —reunidos por primera vez, y algunos de ellos inéditos— en los que prende la magia del narrador que nos hizo soñar como nadie.
Carlos Ruiz Zafón
Carlos Ruiz Zafón (Barcelona, 1964-Los Ángeles, 2020) es uno de los autores más reconocidos de la literatura internacional de nuestros días y el escritor español más leído en todo el mundo después de Cervantes. Sus obras han sido traducidas a más de cincuenta idiomas. En 1993 se da a conocer con El Príncipe de la Niebla, que forma, con El Palacio de la Medianoche y Las Luces de Septiembre, la Trilogía de la Niebla. En 1998 llega Marina. En 2001 publica La Sombra del Viento, la primera novela de la saga de El Cementerio de los Libros Olvidados, que incluye El Juego del Ángel, El Prisionero del Cielo y El Laberinto de los Espíritus, un universo literario que se ha convertido en uno de los grandes fenómenos de las letras contemporáneas en los cinco continentes.
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Lo bueno de tener un mal día
Si está claro que lo que queremos es ser felices, ¿por qué nos ponemos tantas trabas para conseguirlo?

Pocos refranes han sido más perjudiciales que ese que dice que al mal tiempo hay que ponerle buena cara. Al mal tiempo hay que ponerle lágrimas o tristeza. Y al bueno, sonrisas y alegría. Saber gestionar nuestras emociones no es esconderlas ni suprimirlas, es reconocerlas y manejarlas con sentido.
Tras muchos años de consulta, la doctora Anabel Gonzalez nos brinda esta pequeña guía de supervivencia emocional que nos ayudará a gestionar mejor nuestras emociones y a aprender a convivir con los malos momentos.
Porque la clave para sentirnos a gusto con nosotros mismos y con nuestra vida está precisamente en saber llevar bien los días malos.
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Valeria: La adaptación demasiado libre de las novelas de Elísabet Benavent en Netflix
Diana Gómez y Maxi Iglesias protagonizan esta historia romántico-contemporánea sobre amistad, relaciones e incertidumbre profesional que califica como un ‘guilty pleasure’ para el encierro.

No hace falta que hayas leído En los zapatos de Valeria, la primera novela de la exitosa tetralogía de la escritora española Elísabet Benavent, para disfrutar de esta nueva propuesta peninsular de Netflix.
La serie Valeria es una adaptación abierta y que se toma muchas licencias respecto al material original. Su personaje central, Valeria (Diana Gómez), es una escritora de ficción acercándose a la treintena y que tiene bloqueo de autor, síndrome del impostor y un marido que no le hace demasiado caso.
Por suerte Valeria sigue teniendo una relación sólida con sus amigas: Lola (Silma López), Carmen (Paula Malia) y Nerea (Teresa Riott).
Las cuatro comparten un grupo, Amigas 4ever, al que se envían mensajes constantes y donde Valeria deja mensajes de voz interminables y que casi se podrían calificar de podcasts.
Es en la amistad entre estas cuatro mujeres independientes y profesionales (Lola es traductora, Carmen publicista y Nerea abogada) donde tanto la serie como el libro cuentan con uno de sus ingredientes más fuertes. Las cuatro amigas quedan a menudo para hablar, contarse la vida, tomar algo o simplemente confesar sus preocupaciones amorosas, personales o laborales.
«¿Os acordáis cuando pensábamos que íbamos a tenerlo todo a los 30?», reflexiona Carmen en una de esas sesiones.
Con adaptación y guion de María López Castaño (Física y química) y Benavent como supervisora de producción, la serie toma un papel más activo que las novelas anclando a sus personajes en Madrid.
Valeria se permite hacer un comentario crítico sobre la sociedad española contemporánea (antes de la crisis por el coronavirus, se entiende) destacando las nuevas tecnologías y su alteración del orden establecido. Hay referencias a la guerra de los taxistas con los conductores de Uber, al precio desorbitado del alquiler por la competencia que supone Airbnb o a la transformación de ciertas profesiones a causa de las redes sociales. El marido de Valeria, Adrián (Ibrahim Al Shami J.), es fotógrafo y uno de sus colegas de profesión reflexiona acerca de cómo «el móvil lo ha jodido todo». Adrián acabará teniendo que trabajar grabando las sesiones de yoga de una youtuber.
Más allá de ese punto de crítica social, Valeria no deja de ser un guilty pleasure de fácil consumo. La serie contiene mucho sentido del humor. Sobre todo en la camaradería de las cuatro protagonistas.
Aunque sea el elemento romántico el ingrediente definitorio de esta serie. A la crisis matrimonial de Valeria se le suma conocer a un amigo de Lola, Víctor (Maxi Iglesias), muy tentador. En una versión televisiva del personaje bastante más interesante que la del libro, Víctor es un arquitecto que ha vivido en Istanbul, Berlín y Nueva York diseñando edificios de casas pasivas (que no consumen mucha energía). Lleva a Valeria a ver exposiciones de artistas húngaras y le dice cosas como: «No cojas ese curro, haz lo que realmente te llene. Mejor arrepentirte que quedarte con las ganas», cuando Valeria se plantea aceptar un trabajo como vigilante en un museo porque necesita el dinero. Irresistible, vaya.
Eso sí, si disfrutaste con las páginas del libro original y eres fan de las novelas de Benavent, no descarto que la serie no acabe de satisfacerte. Ya desde el principio de la serie, Valeria se destaca como una adaptación abierta y libre. Pero la trama se desvía bastante de lo acontecido en el primer libro de esta saga a partir de su quinto y sexto episodios. Ni el cameo de Benavent en el segundo episodio de la serie acaba de compensar por la falta de fidelidad con el material original.
Patricia Puentes
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