El vecino de la cancha de Nacional se comunicó con la redacción de EL PUEBLO. «No saben como quedó. Es un lujo. Cuando pasen, entren y vean. Los que somos hinchas de Nacional, ahora tenemos un nuevo orgullo». Y el hecho es que justamente el campo de juego del monarca salteño, es de los que requirió un trabajoso mecanismo de restauración y puesta a punto, para alcanzar ahora este producto. Naturalmente que implicó un costo significativo.
Sucede que Nacional quiere tenerlo en las mejores condiciones, para afrontar sus partidos de local en el marco de la Copa del Interior de Clubes. Pero Nacional no es el único que acentuó la prioridad en su cancha. El que más o el que menos, aportó solución a algunas complicaciones crónicas.
De jugarse la fecha al margen de condiciones normales, las consecuencias para el lamento no faltarían. Días atrás, el presidente tricolor, José Luis Pertusatti admitía frente a EL PUEBLO que «en esto de las canchas, la cuestión es una: las preservas o las destrozas». La nueva suspensión parece tener que ver con el más estricto sentido común.
«Las preservas o las destrozas»
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