Gary Oldman ha sido uno de esos actores camaleónicos que es difícil de encontrar en la historia del cine. De todas formas, cuando nos enteramos que interpretaría a Winston Churchill, no pudimos creerlo porque su complexión física nada tiene que ver con la del ex Primer Ministro británico, y nos dijimos que teníamos que ver esa película para creerlo. Churchill se ha visto beneficiado en los últimos años con una cantidad considerable de películas que pintan un aspecto determinado de la personalidad del hombre que advirtió al mundo la amenaza que significaba el ascenso de Adolfo Hitler, conduciendo al pueblo británico a la guerra. Y ahora llega a Salto la última película que muestra su ascenso al poder junto con la crítica y oposición que llegó a tener de su propio partido político en el inicio del gran conflicto bélico. Esta nueva película sobre Churchill se transforma en todo un documento histórico con una actuación de Oldman que no hace otra cosa que confirmar lo que todos ya sabíamos, se trata de un gran actor, y con esto no estamos descubriendo nada nuevo. Este trabajo le valió el Globo de Oro recientemente y lo ponen en carrera para conquistar en unas semanas el preciado Oscar de la Academia como Mejor Actor.
En su caracterización de Churchill, Oldman está casi irreconocible porque se compenetra con el personaje de tal forma que uno no ve a un actor haciendo de Churchill, lo ve al propio Churchill. Pero además, Oldman tiene la delicadeza de mostrarnos a un Churchill real, con sus dudas y debilidades, más allá de la fortaleza y liderazgo que la gente conoció de él cuando tuvo que conducir a su país en tiempos tan graves.
Y sin el afán de adelantar algo ya conocido por los libros de historia, recomiendo a los espectadores tres escenas casi correlativas, a saber, la visita del rey a la casa de Churchill, el escape de Churchill de su vehículo para tomarse el subte e ir a una reunión de su gabinete de guerra que estudiaba un posible pacto de paz con Hitler y cómo Churchill resuelve su dilema en el subte hablando con la gente.
SINOPSIS. Se trata de una emocionante e inspiradora historia real que surge en la víspera de la Segunda Guerra Mundial. A días de convertirse en el Primer Ministro de La Gran Bretaña, Winston Churchill debe enfrentar uno de los momentos decisivos en la historia: considerar un acuerdo de paz con la Alemania Nazi o permanecer fiel a los ideales de libertad de toda una nación. Mientras el poderío Nazi aumenta su expansión al occidente de Europa, y la amenaza de una invasión es inminente, Churchill deberá enfrentarse a una nación incrédula, un rey escéptico y a la conspiración de su propio partido para superar las horas más oscuras de su vida, y dirigir a una nación para cambiar el curso de la historia.
NOTICIAS: EN LA MALA
Cuando nos referimos a estrellas de Hollywood consagradas como es el caso del actor estadounidense Nicolas Cage, se lo relaciona con excesos y una cuenta corriente millonaria con la que podrá llevar una vida privilegiada, pero cuando asistimos a noticias donde el ex ganador del premio Oscar de la Academia habría llegado a un estado de banca rota, es que algo no han hecho bien, y en este caso sus constantes gastos relacionados con lujos desbordantes, han hecho saltar la alarmas en su entorno, y ahora está dispuesto a interpretar cualquier papel para saldar sus deudas. Cage no es la única cara conocida relacionada con compras compulsivas y lujos fuera de todo lugar, Johnny Depp es otro de ellos y que también tiene problemas financieros por sus compras compulsivas de automóviles de lujo, obras de arte, propiedades inmobiliarias e incluso islas privadas. La vida de Nicolas Cage es digna de un largometraje en la gran pantalla, recordando que hace un par de años se divorció de Alice Kim, tercer divorcio del actor. El primero se produjo en 2001 tras seis años de relación Patricia Arquette, para poco después, en 2002, protagonizar posiblemente el matrimonio más corto de Hollywood, casándose con Lisa Marie Presley, hija de Elvis Presley para separarse tres meses después. Cage no puede mantener su ritmo de vida, necesita efectivo para salir de un estado de banca rota que le podría acarrear problemas legales, y es que tras vender colecciones de cómics descatalogadas, fósiles dignos del mejor museo del planeta, propiedades exóticas y decenas de mansiones entre otras cosas, han hecho que el actor a sus 55 años solicite trabajo para pagar sus deudas.
