Hay varias afirmaciones y casos de ejemplos que demuestran que uno ya pasó la franja de la juventud y empieza en la debacle de la vejez como por ejemplo cuando uno ya no estudia historia para saber que pasó hace unos años atrás, sino que uno simplemente la recuerda, o está la otra de que te vas a dormir a las 20 horas, a las 20:30 ya estás roncando, te levantás al otro día a las 12 del mediodía y lo primero que decís agarrándote la espalda y la cintura es, “que mal que dormí” o “no pude dormir nada”, y te das vuelta para ver la cama y el colchón todavía está con la forma de tu cuerpo pidiendo a gritos que alguien lo infle.
Pero si, llega una edad en la que ya no se está para los trotes adolescentes. Ya llega un momento en el ciclo vital en que dormir 2 horas, NO ALCANZA. El otro día hablada y miraba a un compañero de trabajo de 20 años, que nos contaba sus trajines del fin de semana, el viernes había salido a bailar a lo que pregunté ¿saliste a eso de las 21:00?, y con una sonrisa casi perturbadora, irónica y superior me miró y me contestó “¿a las 21:00?, jaja, a esa hora estaba jugando un partido de fútbol 5”, si, el volcán hormonal que tenia adelante había metido un partido de fútbol 5, después un asado con los amigos, después previa al baila, baile, llegó a la casa el sábado a las 10 de la mañana, a las 12 me comentó que se había levantado porque tenia un cumpleaños de un familiar, había hecho playa toda la tarde (y como había que mantener el grado de alcohol en sangre, había llevado una conservadora con cervezas), por un momento se me cruzó por la cabeza el preguntarle si había dormido siesta, pero me censuré porque, porque por como venia la mano eso iba a dar lugar a otra risa por parte de el; en resumen, la hormona activa frente a mi entre viernes y lunes había dormido mas o menos unas 6 horas, y no es que no hizo nada, al contrario, no paró, y se es viejo cuando se piensa que esas 6 horas son las que se necesitan de siesta, solo de siesta sin incluir las de la noche, por día para estar descansado.
“Ser joven es una cuestión de actitud”, “viejos son los trapos”, “lo que importa es como se llevan, no los años que tenés”, los viejos se convencen con esas frases, se quedan contentos, e incluso tratan de parecerse a los jóvenes, se vuelven corredores, van a los gimnasios, llevan una vida sana, pero lo que mas gracia da, es cuando tratan de parecerse hasta en las modas, pantalones anchos, cagados de tiro bajo, remeras sueltas, gorros con viseras que parecen parabólicas, y no se dan cuenta que lo que están haciendo es tapar las marcas que han dejado los años, pantalones anchos de tiro bajo para que no se noten lo pañales que mas de uno lleva puesto, las remeras sueltas para disimular el prominente estómago que han sabido cosechar en el correr de los años resultado de excesos de bebidas y comidas, y las gorras con viseras para tapar la pelada y las canas.
Hay años y hay modas, y llega un momento en que los años no van de la mano de las modas, y hay cosas en las que se puede acompañar a los avances y otras en las que se tiene que dar un paso al costado para dejar que una nueva generación sea la punta de la lanza, nadie va a ir con una lapicera para rebobinar un cassette de audio, pero tampoco se pongan a hacer cuestiones de gente púber.