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domingo, 11 de mayo de 2025
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“La vida en Israel es muy tranquila; el conflicto no es algo que afecte el día a día”

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Dr. Giancarlo Ghibaudi, Cónsul uruguayo en Israel

Ud. es oriundo de Paysandú, pero le unen fuertes lazos de amistd con Salto… Sí estuve en Salto por ocho años, de los que tengo muy buenos recuerdos y por lo que siempre es un gusto volver, además de contar con buenos amigos. Tuve el placer de estudiar en la Regional Norte, hacer toda mi carrera de abogacía y la mayor parte de la de escribanía.
¿En qué momento tuvo la revelación de que lo suyo realmente era la diplomacia?
Siempre tuve el sueño de la diplomacia, era una deuda pendiente; cuando comencé la carrera aquí en Salto, mi idea FOTO CÓNSUL EN ISRAELera estudiar Relaciones Internacionales, pero al tener un régimen de muchas materias en común, empecé abogacía y luego de dos años me tenía atrapado, y finalmente la culminé. Ahí tuve la oportunidad de trabajar en el estudio jurídico Guyer y Regules, cuando se llamó a un concurso del Ministerio de Relaciones Exteriores y fue más fuerte que yo, decidí presentarme y al tener un buen resultado, me permitió ingresar y comenzar la vida diplomática.
¿Cómo es esa vida diplomática?
La verdad es que tiene muchas cosas buenas y únicas; uno puede vivir experiencias que no están abiertas por lo general a otras profesiones o personas. En el tiempo que llevo en la vida diplomática, me tocó participar de experiencias todas ellas que enriquecen mucho como persona, tanto en lo profesional como en lo personal, sumado a la posibilidad de estar en contacto con otras culturas representando al país, y hace que uno nunca tenga que decidir o que optar entre el trabajo y los intereses, lo que a veces sucede en otras actividades. Por otra parte, está lo más difícil, que es el estar lejos de la familia y de los amigos, pero es un pequeño gran precio, con respecto a lo mucho que ofrece la profesión.
¿Es difícil vivir en un país como Israel, con toda la conflictividad que protagoniza?
La vida en Israel es muy tranquila, en general se vive normalmente, el conflicto no es algo que afecte el día a día; sí existen momentos puntuales en los que la situación de la seguridad es un poco más compleja, como en la frontera o en otros puntos específicos donde el conflicto está más latente; más allá de que siempre está presente la posibilidad de un ataque terrorista, lo cual tampoco es, por suerte, demasiado frecuente; pero sí, es un asunto a considerar y hace que se tenga que prestar atención y tomar ciertos recaudos.
En cuanto a lo cultural, ¿somos muy diferentes?
La cultura israelí es rica y variada; tiene una predominancia de la cultura judía, pero también hay una gran presencia de la árabe, y de la rusa, e incluso dentro de la comunidad judía, como sus integrantes provienen de diferentes entornos y diferentes países, también le aportan una importante diversidad cultural. En su mayor parte tiene muchos aspectos occidentales, por lo que uno se siente más cercano, pero en otros es totalmente diferente, por ejemplo la alimentación, con una dieta basada en pollos, vegetales y pescados, totalmente opuesto a la uruguaya, cuyo soporte esencial es la carne; como toda sociedad, tiene sus particularidades culturales, lo que constituye una de las cosas lindas que permite vivir la diplomacia, y de las que aprender también.
El representar al Uruguay no debe ser una tarea fácil en una zona difícil de por sí, pero al mismo tiempo debe tener su atractivo, ¿puede ser?
La representación del país la tiene el Embajador Néstor Rosa, bajo cuyas órdenes tengo el placer de trabajar. Y sí, en verdad ese aspecto fue uno de los que me motivó a solicitar ser asignado en Israel, donde hay más de 15.000 uruguayos, lo cual implica una atención consular permanente, desde la expedición de pasaportes, hasta la renovación de cédulas de identidad, poderes, certificados de existencia, constancias y una diversidad de otros trámites; es una comunidad muy activa y que se siente muy vinculada a nuestro país. Está lo económico; Israel es el país que compra per cápita más carne uruguaya en el mundo, tema del cual hay que estar sumamente pendiente y prestarle todo el apoyo en los diferentes asuntos que surjan en torno y respecto a otros productos. Y ni que hablar del aspecto político; Israel es un actor mundial, y lo que él hace o lo que allí pasa repercute permanentemente a nivel mundial, por lo tanto, el dar apoyo a la gestión, ayudar en la redacción de informes, realizar la tarea de consulado, para mí constituye un lindo desafío.
¿Cuánto dura cada misión?
De acuerdo a la normativa vigente, es de cinco años, yo comencé esta misión en agosto de 2015, así que estaré allí hasta agosto de 2020, salvo que la superioridad decida otra cosa.
Ante la problemática de los “asentamientos irregulares”, ¿por qué molestó tanto la tesitura adoptada por Uruguay?
Desde siempre hemos impulsado la posición de los “dos estados”, uno Palestino y uno Israelí, conviviendo en armonía, con fronteras seguras, y por lo tanto históricamente Uruguay ha mantenido una posición contraria a la construcción de asentamientos, y eso fue lo que ratificó en esa instancia. Israel manifestó su disconformidad con la votación de los diferentes países que apoyaron la resolución, o sea, los 13 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, entre ellos Uruguay, y la abstención de los Estados Unidos, sin que hubiera ningún voto en contra de la resolución.
¿De qué forma ven desde el extranjero al Uruguay?
En general la visión internacional del Uruguay es buena, tal vez hay que reforzar la imagen, en el sentido de que es muy parcializada en lo referente al fútbol, siendo muy reconocido por jugadores como Suárez o Forlán; y también por la calidad de la carne. Lo que sí falta es fortalecer, y por eso estamos tratando de hacerlo siempre, es el conocimiento sobre los atractivos turísticos de Uruguay, sobre su cultura, sobre otra producción exportable, pero por lo general hay cierto conocimiento del país, y lo más importante es que son positivos, condición con las que no todos los países cuentan y no facilita el trabajo diplomático.

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