Uno de los problemas más importantes que tiene aún sin resolver la sociedad de nuestros días, es la situación de los adultos mayores.
Aún cuando los índices oficiales hablan de un ínfimo porcentaje de estas personas mayores que no están ya en el seno de la familia, sino que fueron derivados a lugares que se dedican a atenderlos, esto no es indicador de nada.
Hay que ver cual es la situación real en cada caso.
Hay adultos mayores, sobre todo los que ya no pueden valerse por si mismos, cuya vida dista muchísimo de ser digna.
El tema tiene hoy raíces muy profundas. Los ancianos son las personas más vulnerables y es difícil hallar hoy día familias que estén preparadas para atender a un anciano desvalido.
No es un problema de falta de sensibilidad o de expresa desatención, sino que es una realidad impuesta por las características de la sociedad de nuestros días, en que lo usual es que ambos cónyuges trabajen y por lo tanto en la casa sólo suelen estar los niños a contraturno escolar o terceras personas a cargo de ellos.
En el mejor de los casos estas personas están a cargo también de los adultos mayores, si estos son autoválidos.
Pero la imagen de los abuelos en casa con nuestros padres o uno de ellos y rodeados de los niños, ha pasado a hacer absolutamente inusual, porque los compromisos económicos que generalmente se asumen con muchas anticipación no se compadecen de estos imprevistos.
Cuando aparecen enfermedades que determinan que estas personas mayores ya no puedan valerse por si mismas, las cosas se complican .y requieren de una urgente solución.
Quizás por unos días, se asuma como una emergencia, pero luego pasa a ser una problemática de gravedad.
Con mucha simpleza podríamos decir que los abuelos que nos han dado todo en la vida y nos han legado hasta los valores que deberíamos poner en práctica a la hora de atenderlos, tienen sobrado derecho a que nos dediquemos a ellos.
Pero la cuestión no es tan sencilla. Esto supone en muchos caso un cambio total de vida, el dejar de lado hábitos y costumbres e incluso ingresos que ya estaban “programados”.
Es difícil la decisión y seguramente nadie queda totalmente satisfecho a la hora de asumirla, pero es este uno de los temas que necesariamente requiere de una revisión profunda y honesta para darle una solución adecuada.
