Que los avances tecnológicos nos llegan tarde o temprano es innegable. Por más que no quisiéramos – de hecho han habido grandes naciones que intentaron oponerse sin éxito – hoy la informática e Internet en particular está impuesta en todo el planeta.
Pero un poco por nuestro atraso en materia tecnológica y otro por nuestra propia idiosincrasia, que nos lleva a dejar todo para mañana, al punto que es un dicho popular que al Uruguay todo llega diez años después. Sin olvidar que como mercado en el mundo somos de los menos atractivos si tenemos en cuenta la cantidad de pobladores, los avances tecnológicos tardan, pero llegan.
Esto explica que los avances tecnológicos que están impuestos desde hace bastante tiempo en otros puntos del planeta, todavía no han irrumpido aquí, al menos no a nivel masivo.
En estos momentos el sector de los trabajadores del taxi en Montevideo se debate los sesos para enfrentar un desafío que no fue divisado a tiempo, como es la llegada de uno de los software que ofrece innegables ventajas para clientes, patronales y los trabajadores que podrían permanecer en funciones con su utilización, pero en contrapartida existe un costo laboral muy grande.
El tema es que no se ha sabido planificar a tiempo, no se ha vislumbrado con la antelación debida la potencialidad del sistema y hoy que uno de ellos ha llegado se plantean dificultades imprevistas. La más negativa de todas es la severa reducción de personal, dado que se habla de casi 250 operadoras de las radios que controlan el servicio, que quedan sin trabajo al entrar en vigencia el nuevo sistema.
Lo que está en juego es la convivencia con las nuevas tecnologías y el único camino es amoldarse para llevar a la práctica un sistema que tiene muchas ventajas, pero también tiene la enorme desventaja de plantear un problema social.
Sin lugar a dudas que el grueso de la población se verá beneficiado con la entrada en vigencia de estas tecnologías -cuando se les de bandera verde – pero para 250 hogares o más, habrá significado un problema enorme, es decir el quedarse desocupado.
Esto plantea la necesidad de ocuparnos con la antelación correspondiente de estas tecnologías. Estudiar la forma de adoptarlas con el menor costo social posible y sobre todo, concientizar a la población toda que es necesario crear redes solidarias para que el país avance en tecnología, sin retroceder en los beneficios sociales que se han obtenido, es la esencia de la cuestión.
En caso contrario como el Quijote, nos desangraremos peleando contra molinos de viento, creyéndolos gigantes invencibles, cuando lo recomendable es prever a tiempo lo que se viene en materia de tecnología para ponerla al servicio de los hombres (o mujeres) y no en contra de estos.
Que los avances tecnológicos nos llegan tarde o temprano es innegable. Por más que no quisiéramos – de hecho han habido grandes naciones que intentaron oponerse sin éxito – hoy la informática e Internet en particular está impuesta en todo el planeta.
Pero un poco por nuestro atraso en materia tecnológica y otro por nuestra propia idiosincrasia, que nos lleva a dejar todo para mañana, al punto que es un dicho popular que al Uruguay todo llega diez años después. Sin olvidar que como mercado en el mundo somos de los menos atractivos si tenemos en cuenta la cantidad de pobladores, los avances tecnológicos tardan, pero llegan.
Esto explica que los avances tecnológicos que están impuestos desde hace bastante tiempo en otros puntos del planeta, todavía no han irrumpido aquí, al menos no a nivel masivo.
- espacio publicitario -![ASISPER]()
En estos momentos el sector de los trabajadores del taxi en Montevideo se debate los sesos para enfrentar un desafío que no fue divisado a tiempo, como es la llegada de uno de los software que ofrece innegables ventajas para clientes, patronales y los trabajadores que podrían permanecer en funciones con su utilización, pero en contrapartida existe un costo laboral muy grande.
El tema es que no se ha sabido planificar a tiempo, no se ha vislumbrado con la antelación debida la potencialidad del sistema y hoy que uno de ellos ha llegado se plantean dificultades imprevistas. La más negativa de todas es la severa reducción de personal, dado que se habla de casi 250 operadoras de las radios que controlan el servicio, que quedan sin trabajo al entrar en vigencia el nuevo sistema.
- espacio publicitario -![UNICEF]()
Lo que está en juego es la convivencia con las nuevas tecnologías y el único camino es amoldarse para llevar a la práctica un sistema que tiene muchas ventajas, pero también tiene la enorme desventaja de plantear un problema social.
Sin lugar a dudas que el grueso de la población se verá beneficiado con la entrada en vigencia de estas tecnologías -cuando se les de bandera verde – pero para 250 hogares o más, habrá significado un problema enorme, es decir el quedarse desocupado.
Esto plantea la necesidad de ocuparnos con la antelación correspondiente de estas tecnologías. Estudiar la forma de adoptarlas con el menor costo social posible y sobre todo, concientizar a la población toda que es necesario crear redes solidarias para que el país avance en tecnología, sin retroceder en los beneficios sociales que se han obtenido, es la esencia de la cuestión.
En caso contrario como el Quijote, nos desangraremos peleando contra molinos de viento, creyéndolos gigantes invencibles, cuando lo recomendable es prever a tiempo lo que se viene en materia de tecnología para ponerla al servicio de los hombres (o mujeres) y no en contra de estos.
- espacio publicitario -![Bloom]()